Los Brics acuerdan abrir el bloque a otros países para ganar influencia mundial

PARÍS.– En el segundo día de su 15ª cumbre, los dirigentes del Brics anunciaron este miércoles en Johannesburgo su decisión de aceptar nuevos miembros con el fin de pesar más en el orden mundial. Impulsado por China y a pesar de las reservas de la India, Brasil y Sudáfrica, el proyecto logró finalmente la unanimidad. Queda por saber cuáles son los países que serán aceptados.

“Estamos a punto de ampliar la familia del Brics”, declaró el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, anfitrión de la cumbre. “Todos los miembros” apoyan “plenamente” la propuesta, agregó antes de una reunión con sus homólogos.

La apertura del bloque logró (por fin) la unanimidad dentro del Brics. Los dirigentes de Brasil, Rusia, China, la India y Sudáfrica declararon apoyar la idea. El grupo, que produce un cuarto de la riqueza mundial y reúne 42% de la población del planeta, desea extender su influencia y redefinir los equilibrios geopolíticos internacionales. Pero la elección de los futuros miembros debe aún ser discutida.

Hasta la semana pasada, la India había emitido reservas. El país más poblado del mundo (más de 1400 millones de habitantes) desconfía de las ambiciones de su rival regional chino y, hasta la apertura de la cumbre el martes, no había dado su opinión. El acuerdo de última hora de Nueva Delhi está condicionado a las modalidades de esa ampliación. La toma de decisión dentro del grupo exige, en efecto, el acuerdo de la totalidad de sus miembros.

Hasta ahora ese proceso de apertura del bloque sigue siendo un misterio. Tampoco hubo información sobre la posibilidad de que esa selección se realice antes del final de la cumbre, el jueves, o si solo se tratará de plantar las bases de una extensión. Sudáfrica, sede de la cumbre, debe presentar una lista de “directivas” para el ingreso de nuevos países al grupo.

Los candidatos son una cuarentena de naciones. Algunas lo solicitaron en forma directa, como Argelia, Arabia Saudita, la Argentina, Bangladesh, Cuba, Egipto, Etiopía, Irán y Vietnam. Otros simplemente manifestaron su interés, como México, Pakistán y Turquía.

Solidaridad regional obliga, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva defiende la adhesión de la Argentina, en momentos en que el país no sabe cómo rembolsar una deuda de 44.000 millones de dólares al FMI. Lula asumió el compromiso de “reducir las vulnerabilidades” de los países del sur, gracias a “nuestros (los del Brics) propios sistemas financieros”.

El dirigente brasileño hacía así referencia al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), creado por el grupo en 2015 con la ambición de proponer una alternativa al Banco Mundial y al FMI. Por el momento, la institución invirtió 30.000 millones de dólares en proyectos de infraestructura y desarrollo durable en los Estados miembros y las economías en desarrollo. El problema es que el NBD depende mayormente de financiamientos en dólares acordados por inversores institucionales estadounidenses. Y que desde que comenzó la guerra en Ucrania, éstos son muy reticentes a acordar nuevos préstamos, pues Rusia tiene 19% de su capital.

El NBD ya acogió, en todo caso, a nuevos miembros: Bangladesh, los Emiratos Árabes Unidos y Egipto, mientras que Uruguay debería incorporarse dentro de poco tiempo. Según Pretoria, esto ya es una forma de ampliación.

“No obstante, si los Brics quieren seguir siendo el grupo de ‘las grandes economías emergentes’, sería lógico hacer entrar a los países del sur miembros del G20″, estima John Stremlau, especialista sudafricano en relaciones internacionales. Tres países candidatos pertenecen al G20: Arabia Saudita, Indonesia y la Argentina.

“Como sea, serán necesarios mucho tiempo y mucha práctica de dura disciplina diplomática” para llegar a competir con el G20 y el G7, este último constituido por países “aliados desde hace décadas”, señala Stremlau.

Para muchos especialistas, más que modificar la balanza geopolítica mundial, la llegada de nuevos miembros podría alterar el equilibrio del bloque mismo. Los Brics tienen en común su reivindicación de un equilibrio económico y político mundial multipolar, sobre todo frente a la influencia de Estados Unidos y de la Unión Europea. Pero, entre los candidatos a la adhesión, muchos países son tradicionalmente no-alineados, como Indonesia y Etiopía, mientras que otros son abiertamente hostiles a Estados Unidos y sus aliados, como Irán, Cuba y Venezuela.

“Si Irán se incorpora al Brics, cambiará el alcance político del grupo en forma significativa. Lo mismo sucederá con el ingreso de Arabia Saudita”, estima Cobus Van Staden, investigador especialista en relaciones China-África.

Por su parte, Estados Unidos declaró el martes que no ve en los Brics a “futuros rivales geopolíticos”. Por el contrario, Washington afirmó su intención de mantener “sólidas relaciones” con Brasil, la India y Sudáfrica, “administrando” al mismo tiempo sus relaciones con China y oponiéndose a la invasión rusa.

A su vez, el vocero de la Unión Europea, Peter Stano, lanzó un llamado a Pekín, Brasilia, Nueva Delhi y Pretoria a aprovechar la ocasión para hacer respetar el derecho internacional. “Esperamos con impaciencia sus contribuciones para que Vladimir Putin ponga fin a su comportamiento ilegal y desestabilizante”, dijo. Una condena poco probable que, hasta ahora, fracasó ampliamente entre los países del BRICS y en gran parte del Sur Global.

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