El índice de salarios de marzo aparece como un soplo de aire fresco para un Gobierno carente de buenos datos económicos para exhibir, ya que la cifra general arrojó un aumento de 10,1%, que supera a la inflación de 7,7% que se registró en igual mes. Una mirada hacia el interior de ese número, muestra que los sectores privado y el público también crecieron por encima de los precios, con 7,9% y 16,3%, respectivamente; aunque los informales fueron la contracara, con un avance de 6,1%.
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El dato fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), de cuya información se desprende que en el índice anual los privados casi empatan a la inflación, con 104% (contra 104,3% del IPC en igual período); los estatales la superan ampliamente, con 111,8%, y los informales quedan muy rezagados, con 81,2%. El índice general mostró un incremento interanual de 102,4%.
Asimismo, la variación acumulada del índice de salarios en los tres primeros meses del año fue de 22,2%, con lo que supera por muy poco la inflación del período que es de 21,7%. En tanto, el sector privado registrado acumuló un aumento de 20,6%; el público, un alza de 25,5%, y el informal, una suba de 21,2%.
Más allá de que en marzo mostraron cifras positivas, los salarios privados registrados y los del sector público acumulan una enorme pérdida de su poder adquisitivo en los últimos cinco años. Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), la pérdida del poder de compra en el primer caso fue 18%, entre 2017 y feb de 2023; mientras que en el segundo fue de 22% en igual período.
Nadin Argañaraz, director del Iaraf, comentó que los datos de marzo reflejan un aumento real importante de los ingresos mensuales de los trabajadores públicos, un mantenimiento real de los de los trabajadores privados registrados y una nueva caída real de los ingresos de los trabajadores informales. “La alta inflación de marzo volvió a impactar negativamente en los salarios informales, que vienen siendo los más castigados”, indicó el economista.
Jorge Colina, director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), analizó que la línea de pobreza en febrero aumentó 8% y los salarios de trabajadores registrados privados subieron 7,9% en marzo, con lo cual se acercan bastante. Pero agregó: “Lo que está más complicado es el salario informal, que creció en marzo apenas 6,1%. Entonces, si la línea de pobreza viene creciendo al 8% y los ingresos laborales de los pobres al 6%, obviamente que esto va a traer aumento de la pobreza”.
Respecto de lo que pueda suceder en lo que resta del año, Argañaraz opinó que la sostenibilidad de los ingresos reales obtenidos en marzo va a depender de la periodicidad y de la magnitud de los aumentos nominales. “Muchos gremios han obtenido compromisos de aumentos mensuales, lo que permite evitar o minimizar la pérdida. El impacto de la sequía sobre la actividad económica abre un interrogante sobre la posibilidad de ciertos sectores de poder brindar los aumentos nominales necesarios para mitigar los efectos de la inflación”, concluyó el economista.
Colina ve difícil que en la carrera entre salarios y precios, los primeros terminen ganando. “Eso no va a pasar, porque la inflación se está acelerando. Los salarios siguen a la inflación. Cuando la inflación se acelera, los salarios van por detrás. Es como cuando tu hermano mayor te desafiaba una carrera, pero él daba la orden de largada. Primero salía él y luego decía ´Ya´. Por eso, siempre te ganaba”, explicó el economista.