El último feriado por el 25 de mayo, mientras Cristina Kirchner se preparaba para encabezar un acto militante frente a la Casa Rosada para recordar el vigésimo aniversario de la asunción de Néstor Kirchner, Mauricio Macri recibió en su casa a Patricia Bullrich, una de las candidatas a presidente dentro de Juntos por el Cambio. La exministra de Seguridad llegó custodiada por su jefe de campaña, Juan Pablo Arenaza. También participó del encuentro Fernando de Andreis, uno de los principales colaboradores del expresidente. Fue una postal de la intensa coordinación política entre Macri y su nueva heredera natural en la geografía de poder de Pro.
Mientras comían, los jefes opositores hablaron del rompecabezas porteño -todavía Fernán Quirós estaba en carrera-, los cortocircuitos por el armado en Córdoba y las negociaciones por las listas de senadores y diputados. En ese punto, concordaron en que deben elegir perfiles compatibles con la cosmovisión que pregonan los referentes del ala dura. Macri machaca con que el Pro no debe perder su esencia y poner nombres que representen la idea de cambio y transformación. Entiende que el tufillo a statu quo favorece a Javier Milei. “Necesitamos diputados que nos voten las cosas”, sentenció Bullrich en la intimidad. En el campamento Macri-Bullrich se alistan para una campaña de confrontación ideológica con el larretismo y sus patrocinadores en la UCR: Gerardo Morales y Martín Lousteau. Con la mira en esa disputa, Macri le sugiere a Bullrich en conversaciones privadas contener a María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo y Miguel Ángel Pichetto.
Macri se corrió de la disputa electoral hace dos meses, cuando anunció que no iba a competir como candidato a presidente en los próximos comicios, pero su renunciamiento no envolvía la idea de un retiro. El exmandatario vuelve a salir a escena en momentos en que crece la tensión e incertidumbre en la cúpula de Juntos por el Cambio por la confección de las listas electorales y los alineamientos en el tablero opositor con vistas a las PASO del 13 de agosto. Tanto referentes del radicalismo como Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, observan con preocupación los últimos movimientos que hizo Macri tras bambalinas para colaborar con el proyecto presidencial de Bullrich y, en paralelo, poner palos en la rueda a su sucesor en la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, principal competidor de la exministra en la interna de JxC. Temen que el conglomerado opositor llegue fragmentado al 24 de junio, cuando cerrará el plazo legal para la inscripción de las candidaturas.
Con ese telón de fondo, acusan a Macri de meterse en el barro y no asumir un papel de estadista. “Sorprende el rol de Mauricio. En lugar de ponerse por encima y ayudar a ordenar como expresidente para amalgamar, está llevando la tensión de Pro al radicalismo”, despotrica uno de los jefes opositores. Los que quieren desempolvar la doctrina de 2015, 2017 y 2019 -un armado con listas únicas a legisladores de Pro, la UCR y la CC- comienzan a perder las esperanzas. Bullrich y Larreta ya desataron una batalla por los puestos de poder más codiciados. “Mauricio volvió a reunir a la mesa de Pro, está tratando de contener y pide una interna respetuosa porque el 14 de agosto tenemos que estar todos juntos”, se defienden los feligreses del expresidente.
Al margen de las especulaciones de sus detractores internos, Macri diseña su propia hoja de ruta y piensa tener un papel activo durante la próxima campaña. Tras irrumpir el martes en Tucumán, bastión del PJ, donde se votará el 11 de junio próximo, para apoyar a los postulantes locales de JxC Roberto Sánchez y Germán Alfaro, el creador de Pro planea sus próximas incursiones en el interior.
El martes desembarcará en Córdoba, donde JxC atravesó días agitados por el cierre de listas, sobre todo, por el sorpresivo pase de Javier Pretto, exaliado de Larreta, al peronismo. Allí, Macri respaldará a Luis Juez -con quien comenzó a recomponer el vínculo- y Rodrigo de Loredo, uno de sus preferidos en la pajarera radical. De hecho, puso a Soher El Sukaria, del ala macrista, como su vice. También fue invitado a participar de un panel en la Bolsa de Comercio de Córdoba, que preside Manuel Tagle.
Más adelante, Macri viajará a Santa Fe y usará el dedo para ratificar quiénes son sus favoritos en la interna de la coalición opositora: Carolina Losada y Federico Angelini. Esa fórmula compite contra Maximiliano Pullaro, apalancado por Lousteau. En las últimas horas ambos fueron blanco de duras críticas de Losada. Esa diatriba generó un temblor en JxC.
En el entorno del expresidente aseguran que por el momento su presencia en el interior del país será puntual, no constante -no se someterá al trajín de una gira-, y en base a la demanda de los dirigentes en los territorios. Es decir, Macri aparecerá para acompañar a los candidatos provinciales que requieran su visita, como ocurrió en el caso de Tucumán, porque consideran que puede ser un activo electoral. Sus laderos descuentan que tendrá una fuerte participación en la campaña de su primo Jorge en la Ciudad, la casa matriz de Pro. “Hay mucha demanda. Vamos a tratar de cubrir lo más que se pueda”, dicen. Entre Ríos, uno de los distritos que JxC aspira a ganar de la mano de Rogelio Frigerio, es uno de los destinos seguros.
Sabemos todo lo bueno que hicimos: la Argentina en el mundo, la lucha contra el narcotráfico, la modernización del Estado, una cultura del poder sana y una vida en libertad. También aprendimos: gobernar es explicar. Lo que se recibe, lo que se va a hacer y cómo se va a hacer.… pic.twitter.com/5j3AppGl85
— Sabrina Ajmechet (@ajmechet) June 1, 2023
Los arquitectos políticos de Macri armaron un esquema de “abajo hacia arriba”, por lo que el expresidente no intervendrá por ahora en las actividades de Larreta y Bullrich. Tampoco se colará en la pulseada entre Diego Santilli y Néstor Grindetti en Buenos Aires. Cada vez recibe más pedidos para que vuelva a intermediar para unificar la candidatura a la gobernación. En el macrismo atribuyen la responsabilidad de la frustrada negociación a Larreta, quien se resiste a compartir la boleta de Santilli.
Frente a ese escenario, las intervenciones de Macri en el territorio bonaerense se limitarán a los pedidos de intendentes de Pro o integrantes del grupo Sin Tierra, dirigentes opositores que buscan desbancar al PJ de municipios en el conurbano y el interior. Por caso, en las últimas horas recibió a Segundo Cernadas y Gastón di Castelnuovo, aliados de Larreta que aspiran a pelear por las intendencias de Tigre e Ituzaingó. También se vio con dirigentes de Pro del Sur y la diputada nacional Sabrina Ajmechet, cercana a Bullrich.
En esos contactos el expresidente se muestra optimista sobre el panorama electoral para JxC por la pérdida de competitividad del Gobierno frente a la profunda crisis. Y ya casi no disimula su inclinación por el proyecto de Bullrich, aunque los suyos insisten en que se mantendrá ecuánime en la interna y que solo usará el dedo si alguno de los candidatos garantice más “un cambio”. Es un secreto a voces en Pro que Macri cree que Larreta corre desde atrás a Bullrich en las encuestas, incluso en la ciudad, cuna de Pro. No solo lo nota en los estudios que analiza en sus oficinas de Olivos, sino también considera que los pases de intendentes de Buenos Aires a la tropa de la exministra representan un síntoma de debilidad para Larreta. “Estos es ‘deportivo ganar’ y nunca vi que alguien se vaya con el que va perdiendo”, transmitió. Hoy, Bullrich le asestó otro golpe a su rival: anunció que siete de los ochos legisladores electos en Río Negro apoyarán su candidatura.
Durante su visita a Tucumán, Macri también deslizó que percibe una brecha mayor entre los apoyos a Bullrich y Larreta a nivel nacional. En un almuerzo con empresarios en el complejo Altercity, ubicado en Yerba Buena, vaticinó que la exministra podría ganar con comodidad la interna. En algunas charlas confesó que importantes integrantes del establishment le piden que JxC unifique la candidatura a presidente. ¿Cree que Larreta debería bajarse? Bullrich no quiere saber nada con esas especulaciones. Necesita un triunfo en la interna para construir su liderazgo. En su tropa tampoco quieren un apoyo explícito de Macri: “Hoy no le sirve a Patricia”, sintetizan.
En Tucumán, Macri también presagió que Javier Milei tendría una mejor performance en las primarias que en las elecciones generales. Es una hipótesis que circula en JxC: el libertario podría canalizar la bronca en las PASO, pero encontraría un techo en la general. “La gente va a sacarse las ganas y después a votar con más racionalidad”, comenta un dirigente del ala dura de Pro. También miran los aliados con extenso recorrido en el PJ que recluta Milei en la provincia y el interior: “¿Eso no es casta? Se disfrazan de liberales”, dicen.
En ese marco, la inclusión de José Luis Espert a JxC quedó en un limbo. Macri ya avisó que no avala su ingreso como candidato a presidente, mientras radicales y larretistas ahora empujan por sumar a Juan Schiaretti. El tema se tocó en una reunión exprés de esta tarde de los jefes partidarios. Quedaron en retomarlo la semana próxima. “Eso no va”, avisan en el macrismo.