Las políticas de la mujer y de género, otra vez postergadas en la agenda electoral en Paraguay

ASUNCIÓN.- Todavía no son las nueve de la mañana en Asunción. Lorena Ocampos ya está parada al frente de su puesto callejero de termos, bombillas y guampas para tereré, la bebida típica paraguaya. Cerrará en diez horas o cuando tenga la certeza que las ventas del día alcanzan para alimentar a sus tres hijos.

A los 35 años, es madre soltera y debe afrontar sola la renta y los gastos de comida, vestimentas, escuela y medicamentos de toda su familia sin ningún tipo de asistencia social.

“Es muy difícil. Cuando uno de ellos se enferma cuesta muchísimo porque no hay una ayuda a la madre soltera en Paraguay. Depende exclusivamente de lo que trabaje, haga o no haga”, se lamentó Ocampos.

Paraguay elegirá presidente este domingo, pero ella no tiene muchas esperanzas de que su situación mejore.

“Lastimosamente acá en Paraguay el machismo es una cosa fuerte todavía. La mujer no tiene voz ni voto. Cuando una mujer trata de ser independiente o trata de valerse por sí misma o de levantar la voz ya se le juzga mal. La cultura machista está muy fuerte todavía”, remarcó.

La ola feminista que impulsó transformaciones en el vecino Argentina y otros países de Sudamérica no tuvo la misma fuerza dentro de las fronteras paraguayas, donde la permanencia en el poder de una fuerza conservadora durante siete décadas ha bloqueado la discusión pública sobre aborto, matrimonio igualitario, paridad de ingresos, educación sexual en escuelas y prevención de femicidios, entre otros.

“Paraguay es el país más conservador de Sudamérica”, dijo la activista feminista Michi Moragas, una abogada que es experta en asistencia jurídica a mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad desde el Consultorio Jurídico Feminista.

“Estamos en un contexto de un partido gobierno con más de 70 años (el gobernante Partido Colorado) que para fidelizar a su electorado lo que ha hecho en las dos últimas elecciones es la instrumentalización de temas de género para generar un enemigo interno ante el cual presentarse como grandes defensores de la vida”, detalló. “Ante cualquier cuestión que se hable de igualdad, se la descalifica como ideología de género”.

El conservador Partido Colorado ha gobernado Paraguay desde 1947, incluso como sostén político del dictador Alfredo Stroessner y con excepción de un breve período progresista entre 2008 y 2012.

La campaña electoral pare elegir presidente reprodujo este patrón.

De un total de 9095 candidatos, 6098 son hombres y solo 2997 son mujeres, en cumplimiento de un piso del 20% que fija la ley.

El candidato opositor Efraín Alegre, de la Concertación para un Nuevo Paraguay, que es acompañado en la fórmula por Soledad Núñez, introdujo una novedad al anunciar que en caso de ganar el 50% de su gabinete estará integrado por mujeres. También prometió un programa de transferencias directas a jefas de familias por 200.000 guaraníes mensuales (27 dólares).

Sin embargo, el postulante no impulsará el debate legislativo por aborto o matrimonio igualitario.

“Nosotros tenemos una política donde le damos un respaldo importante a la mujer… Por eso tenemos una chapa que es con la presencia de una mujer importante, joven, brillante, que nos acompaña. Nuestro gabinete va a ser paritario. Pero eso no tiene nada que ver con el resto. Nosotros estamos por la vida”, advirtió Alegre en una reciente entrevista con AP.

Creemos que todos estos temas (por aborto y matrimonio igualitario), además, están resueltos en el Paraguay. Están resueltos. Nuestra Constitución tiene resuelto todos estos temas”, remarcó.

La interrupción del embarazo sólo se permite si está en riesgo la salud de la mujer.

Por su parte, el candidato del partido gobernante Santiago Peña, un economista con formación universitaria en Estados Unidos y que trabajó para el Fondo Monetario Internacional, se declaró en contra “de la agenda global que promueve la ideología de género, el matrimonio igualitario y el aborto”.

“Paraguay claramente es el último bastión de defensa de estos preceptos. Defiende la familia como la unión entre un hombre y una mujer”, aseveró.

En Paraguay hubo 37 femicidios en 2022 y en lo que va del año se registraron 10. Y casi 8 de cada 10 mujeres pasó por algún tipo de violencia en algún momento de su vida, según cifras oficiales.

La experta Moragas se permite confiar que un cambio político en Paraguay podría ser un punto de partida para al menos abrir el debate.

“Si gana el Partido Colorado es la continuidad de status quo de género, pero podemos tener una alternancia que permita una mayor interlocución de la sociedad civil con el Estado. Es lo máximo que aspiro. Hoy es hablarle a la pared”, apuntó.

Mientras tanto, en su puesto de venta callejera, Ocampos cree que las mujeres en Paraguay tendrán que seguir valiéndose por sí mismas.

“Tengo dos varones y una nena. A mi hija le enseño que se tiene que valer por sí misma, que tiene que ser independiente y a los varones que se tiene que respetar a la mujer y que no les tienen que pegar”, apuntó.

Agencia AP

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