Mientras ayer cientos de personas eran evacuadas debido a las inundaciones en localidades como La Plata, en la zona agrícola núcleo, en especial en su franja noroeste donde se requerían precipitaciones para recuperar humedad, cayeron apenas menos de cinco milímetros. Con estos registros prácticamente nulos, la situación sigue siendo complicada para cultivos de trigo que necesitaban de esas lluvias para mantener su desarrollo. Lo mismo ocurre para el maíz, que debería empezar a sembrarse el mes próximo.
“Estas lluvias eran claves para el trigo, pero en términos generales en la zona núcleo no llovió”, se lamentó Florencia Poeta, analista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Específicamente, detalló, la franja centro-oeste es la que presenta una mayor complejidad, en donde se requieren entre 40 y 110 milímetros para lograr un nivel óptimo de humedad en el primer metro de suelo. Sin embargo, allí los registros fueron prácticamente nulos.
Según detalló, en esa zona es en donde se sembró menos trigo y donde también hay mayores intenciones para la siembra maicera. Sin embargo, todo está supeditado a las precipitaciones que puedan ocurrir durante la transición entre el invierno y la primavera.
Por otro lado, en el noreste de Buenos Aires y en partidos como Baradero y Pergamino, se reportaron registros de lluvia en el rango de uno a cinco milímetros. En esta región se observa una situación algo más favorable, ya que los trigos están en mejores condiciones, lo que hace que estos pocos milímetros de lluvia tengan algún impacto positivo, aunque en realidad se habrían necesitado al menos 10 milímetros. Sin embargo, la situación es completamente distinta en el centro oeste, donde la problemática es más crítica.
La especialista explicó que durante el invierno las precipitaciones se concentraron principalmente en la franja este de la región núcleo. Por eso, aunque no se logre alcanzar el milimetraje requerido, con la reserva que tenía la situación es menos crítica que en el centro oeste, donde no solo faltaron lluvias, sino que también continua la escasez hídrica de las últimas tres campañas.
Poeta sostuvo que aunque las lluvias invernales se mantienen en los límites normales para esta época, caracterizadas por su escasa magnitud, la persistente influencia de tres años de fenómeno la Niña hace necesario contar con precipitaciones por encima del promedio.
A este escenario advirtió que se suma que julio fue muy caluroso, hubo temperaturas inusuales por encima de la media. “Eso también generó una mayor demanda atmosférica que en invierno no suele haberla”, dijo.
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Con este contexto, en el caso de la franja centro-oeste alertan que el trigo se empezó a deteriorar. “Se está empezando a ver problemas de mortandad de plantas”, dijo.
Frente a este panorama, la BCR alertó que el 15% de los lotes de la región núcleo presentan signos de estrés hídrico: hay pérdidas de hojas basales y sectores del lote con pérdidas de plantas. “En 15 días, unas 150.000 hectáreas de trigo de la región núcleo pasaron a estar en condición regular. Si bien el 40% de los lotes aún se conservan en buen estado y un 45% muy buenos, las lluvias aun no llegan y con el transcurso de los días los requerimientos del cultivo se incrementan”, señaló.
En lo que respecta a la posibilidad de nuevos eventos de lluvias, la especialista indicó que hay probabilidad de una inestabilidad el lunes, “pero muy similar a las que pasaron, es decir, que beneficien al este del país y en el oeste llegue poco”.
“Estamos de cara a la siembra gruesa y necesitamos que se empiece a revertir el esquema pluvial para el centro-este, que es donde hay mayor intención de siembra maicera, que hoy está en gran parte con sequía o escasez hídrica”, advirtió.
Las estimaciones iniciales de la BCR en maíz apuntan a una intención de siembra a nivel nacional de 8,5 millones de hectáreas para el ciclo 2023/24, similar al ciclo pasado. La entidad advierte que superficie maicera está fuertemente condicionada a la evolución de los precios de los insumos, las condiciones climáticas y otros factores económicos.
Por otro lado, María Cecilia Conde, jefa de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, indicó que las lluvias registradas en el noreste argentino y centro norte de Santa Fe “permitirían reimpulsar la siembra del girasol que se veía demorada por la escasez de humedad superficial”. Asimismo, mejorarían la condición de los trigos que se encuentran en macollaje/encañazon.
En su ultimo informe, la entidad había advertido que la ausencia de precipitaciones sobre el centro y norte del área agrícola demoran el avance de siembra de girasol, que, tras un progreso intersemanal de 0,8 puntos porcentuales, cubría el 3,5% del área proyectada en 1,95 millones de hectáreas.
En simultáneo, sobre el centro y norte del área agrícola, la entidad había informado que el trigo continuaba su desarrollo bajo condiciones restrictivas de humedad, y alternancia de temperaturas que seguían provocando caídas en la condición del cultivo y pérdidas de estructuras reproductivas. Por último indicaron que las precipitaciones sobre el sur del área agrícola favorecen el desarrollo temprano del cereal.