Las elecciones autonómicas y municipales en España, un test para la batalla nacional de fin de año

MADRID.– Barro. En dos niveles, el literal y el metafórico, este sustantivo es el más pronunciado en las últimas horas. Unos 35 millones de españoles están habilitados para votar hoy en las elecciones autonómicas y municipales que ofician como antesala de diciembre cuando los comicios sean nacionales y el presidente Pedro Sánchez busque, posiblemente, su reelección. Esta campaña enrarecida, plagada de ataques y graves acusaciones, coincide con un temporal de lluvia que azota el país después de meses de sequía.

Sánchez consideró que esta convocatoria sería una especie de referéndum a su gestión, pero durante la campaña de solo 14 días no paró de recibir embates que atentan contra su partido y su figura, acciones de sus aliados y hasta de miembros de su propio bloque, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Acusaciones de fraude electoral; la presencia del grupo terrorista ETA en las listas y en el debate en el Congreso, y hasta un secuestro aparecieron en esta campaña turbia, cuyos temas principales, aquellos que proponen los candidatos en sus plataformas (vivienda, sanidad, educación, cambio climático y transporte, entre otras) quedaron en un segundo plano.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en las elecciones municipales más de 35 millones de ciudadanos pueden emitir su voto en 8131 municipios; además, 12 de las 17 comunidades autónomas acuden a las urnas, entre ellas Madrid. ¿Qué está en juego en estos comicios? El Partido Popular (PP) en Madrid, liderado por Isabel Díaz Ayuso, apuesta a obtener su reelección con mayoría absoluta, es decir, que no necesitaría trazar estrategias ni pactos con Vox, por ejemplo, el partido de extrema derecha, para gobernar.

El PP lograría un excelente resultado hoy si además obtuviese la victoria en Valencia, motivo por el cual antes de acompañar en la capital a Díaz Ayuso y al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo -que sueña con llegar a la Moncloa- estuvo presente el viernes por la mañana en la comunidad del Mediterráneo junto a su candidato, Carlos Mazón.

Sánchez y el PSOE tienen la ilusión de recuperar Barcelona –donde la alcadesa Ada Colau, de Unidas Podemos, se presenta por su tercer mandado– de la mano del candidato Jaume Collboni. El mandatario busca también fortalecerse en la región ante los partidos independentistas catalanes con los que pactó en su gestión. Este último recibió el viernes un gran espaldarazo: al cierre de su campaña fueron el mismísimo Sánchez y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Incluso la popular conductora de TV Ana Rosa Quintana, al finalizar su programa, pidió votar por Collboni.

La pelea será dura y Colau recibió el respaldo de intelectuales como Noam Chomsky, Judith Butler, Thomas Piketty, además del expresidente uruguayo José Mujica y de la ministra de Trabajo y de Economía, Yolanda Díaz, que aspiraría a la Moncloa en diciembre a través de su flamante plataforma llamada Sumar.

La tormenta política comenzó el primer día de campaña cuando el partido vasco Euskal Herria Bildu, aliado al PSOE, presentó en sus listas a candidatos que integraron la banda terrorista ETA (siete de ellos condenados por denominados “delitos de sangre” que finalmente se bajaron de la contienda).

Luego, el escándalo se mudó a Melilla cuando a la Junta Electoral le llamó la atención el incremento de interesados por ejercer su voto por correo en esta ciudad autónoma, más del doble de ciudadanos que en la última elección, hace cuatro años. A partir de este aluvión de votantes, se comenzó a pedir el DNI en el correo a quienes acudían a sus oficinas a votar.

La Policía Nacional investiga contrarreloj una trama de compra de votos [a favor de Coalición Melilla, aliados de Sánchez], y la atención está depositada en lo que sería un fallo inédito en la democracia española: ¿se anularán las elecciones y deberán repetirse? ¿Se conocerá el domingo a la medianoche el resultado o se aplazará el resultado hasta que la Justicia Electoral se expida? Melilla no fue el único territorio donde se registran acusaciones de fraude electoral –comúnmente denominados en España como “pucherazo”– y son al menos seis territorios, entre municipios y comunidades, donde ha habido sospechas y denuncias.

En el municipio andaluz de Mojácar, en Almería, dos candidatos socialistas fueron detenidos. El PP también ha sido acusado de irregularidades y la Justicia investiga el paradero de “papeletas” [boletas] que estarían faltando, según sostiene el PSOE. Hay además otro caso muy estrambótico que es el del secuestro de un edil en Granada en febrero que acusa al número tres del PSOE andaluz de ser autor intelectual de este hecho.

¿De qué modo afectará este contexto a Sánchez? La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicada antes del escándalo de Melilla señalaba que se estrechaba la distancia entre el PSOE y el PP a nivel nacional (30,2% y 27,9 respectivamente). ¿De qué modo repercutirá este hecho en el oficialismo? ¿Se abstendrá el votante tradicional del PSOE en esta ocasión? ¿Votará por otra formación o seguirá fiel a su ideología, a pesar de que Sánchez vuelva a pactar con Bildu? ¿Qué ocurrirá con Ciudadanos, la fuerza de centro derecha que tuvo hace 4 años una gran proyección nacional? ¿Será el fin del partido naranja?

Vox confía en que seguirá creciendo, en Castilla-La Mancha y en Valencia, en particular, y este poder ilusiona a su líder, Santiago Abascal, para negociar con el PP de cara a diciembre. ¿Logrará Podemos recuperar el poder y los votantes que cosechó en elecciones anteriores o votarán estos electores hacia otros partidos de izquierda ahora que Pablo Iglesias, desde las sombras, y con perfil bajo, se ha retirado del ring?

En este fango y en este escenario de dudas y de cambios en el tablero, las certezas tardarán en llegar en muchos municipios y comunidades.

MySocialGoodNews.com
Logo
Enable registration in settings - general
Shopping cart