Las claves del triunfo de Patricia Bullrich sobre Horacio Rodríguez Larreta en la interna de Juntos por el Cambio

Patricia Bullrich construyó su contundente triunfo sobre Horacio Rodríguez Larreta en la interna de Juntos por el Cambio y se consagró como la candidata presidencial del frente opositor con un aluvión de votos en los distritos más poblados del país. La exministra de Seguridad se impuso sobre Larreta, sobre todo, por la cosecha de adhesiones que logró en Córdoba, la Capital, Santa Fe y Mendoza. Complementó ese caudal con una victoria en la provincia de Buenos Aires, el territorio donde el jefe porteño posaba gran parte de sus esperanzas para sortear el test de las PASO, la primera escala hacia la Casa Rosada.

Ni siquiera el empuje de Diego Santilli en Buenos Aires o de sus grandes apuestas electorales, como Maximiliano Pullaro (Santa Fe), le permitieron al alcalde equilibrar la pelea. Bullrich doblegó a su adversario con claridad en la mayoría de las provincias del país, incluso en los distritos que se creían más esquivos, como Santiago del Estero o Misiones. Larreta solo se tuvo que conformar con ser el más votado en Jujuy, bastión de la UCR, donde lo apalancó el gobernador jujeño Gerardo Morales, su compañero de fórmula, La Rioja y San Juan, donde fue clave el aporte de su aliado Marcelo Orrego, gobernador electo en la provincia que controla hasta ahora el peronista Sergio Uñac. En San Luis, terruño donde influye Claudio Poggi, otro socio de Larreta y ganador de los comicios locales, había una fuerte paridad.

Bullrich logró una ventaja aplastante en Córdoba, donde Javier Milei hizo una gran elección, y Mendoza, fortaleza electoral del radicalismo y de un aliado clave de la exministra: Alfredo Cornejo. El frente de la “fuerza del Cambio” también doblegó al ala moderada en la Capital y le asestó un duro golpe a Larreta, ya que gobierna ese distrito hace ocho años. Bullrich también le sacó a su rival una diferencia clara en Corrientes, distrito de Gustavo Valdés, uno de los pocos radicales que se mantuvieron neutrales, y en Entre Ríos.

La victoria que obtuvo Bullrich en la decisiva interna de JxC tuvo otras peculiaridades. En la provincia de Buenos Aires, la disputa más caliente, Larreta no consiguió que Santilli ni su andamiaje ni su amplio red de alianzas con intendentes de Pro y la UCR le diera un empuje a su boleta presidencial y sacara una diferencia clara a su favor en la competencia con la exministra.

Escrutadas el 74% de las mesas, Bullrich le ganaba a Larreta en la categoría de presidente por unos 300.000 votos en el distrito con más peso en el padrón de electores, donde se define casi todo en los comicios nacionales. La tercera sección electoral, que agrupa a La Matanza, Avellaneda, Florencio Varela o Lanús, fue un campo de batalla crucial. Pese a que Larreta confiaba en pisar fuerte en ese territorio por su red de aliados, la exministra sorprendió y lo doblegaba por unos 60.000 votos. Bullrich también le ganaba a su adversario en la primera sección, otro de las zonas más pobladas.

Santilli peleaba voto a voto con Néstor Grindetti, el candidato a la gobernación de la exministra, quien se imponía por una diferencia mínima menos de treinta mil sufragios.

Larreta sostuvo hasta el final su hipótesis de que la elección se ganaba en el centro, con un mensaje moderado y una apuesta a la ampliación para darle sustento a las reformas a largo plazo. Creía que una “mayoría silenciosa” -un segmento del electorado que está menos politizado- optaría por su modelo dialoguista en las urnas. A su vez, preveía que el peso de la estructura y la construcción territorial o el respaldo de los indecisos le permitiría conseguir un repunte de última hora cuando sus detractores pronosticaban un hundimiento. Confiaba en que su estilo propositivo durante la campaña y exhibir una extenso ecosistema de aliados, como Gerardo Morales, Martín Lousteau, Facundo Manes, Rodrigo de Loredo, Elisa Carrió (CC), Miguel Pichetto y José Luis Espert (Avanza libertad) o María Eugenia Vidal le daría un impulso final. Uno de los déficits que Larreta buscó corregir era la “nitidez” de su mensaje y posicionamiento.

Sin embargo, Bullrich logró seducir al núcleo duro de JxC con un discurso basado en el “orden” y “coraje” y aprovechar el corrimiento del escenario político hacia la derecha.

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