Mañana es el último día de agosto, de manera que en pocos días más conoceremos las estimaciones privadas del aumento de los precios al consumidor entre julio y agosto pasados, y cerca de mediados de mes la estimación oficial.
Todo el mundo estima que la tasa de inflación de agosto fue de “2 dígitos”, pero, como esta categoría va de 10% a 99%, mucho no aclara. Más útil resulta prestarle atención a la estimación semanal, de la evolución de los precios al consumidor, que realiza FIEL.
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En la tercera semana de agosto, es decir, la primera luego del salto devaluatorio dispuesto por el Banco Central el 14 de agosto pasado, en promedio dichos precios aumentaron 6%. Esto, agregado a los aumentos de las dos primeras semanas, acumula una suba de 13,2%, lo cual implica un aumento de 18% equivalente mensual.
Cualquier economista profesional diferencia entre los determinantes inmediatos y mediatos de la inflación. El aumento de precios verificado a partir de la tercera semana de agosto es una consecuencia inmediata del citado salto devaluatorio. El cual hace un par de semanas en LA NACION critiqué de manera contundente. Las políticas fiscales y monetarias impactan sobre la tasa de inflación, pero de manera mediata.
Sigo sosteniendo la misma postura. Luego de una derrota electoral, sin anunciar ni acompañar el salto devaluatorio con otras medidas que le dieran algún sentido, lo único que cabía esperar es lo que ocurrió. “Abriendo la tranquera” con respecto a lo que puede llegar a ocurrir. Claro que no estamos en hiper, o en corridas bancaria o cambiaria, pero me resulta más difícil que hasta hace un par de semanas argumentar a favor de una terminación poco traumática del actual gobierno.
En este contexto hay que analizar los denominados paliativos: los aumentos de suma fija (pésimos, como todo el mundo sabe), los bonos para ciertos jubilados, etc. No conozco a ningún beneficiario de estas medidas que piense que podrá neutralizar el aumento de los precios inducido por el salto devaluatorio.
No es que veníamos fenómeno y el 14 de agosto el oficialismo metió la pata; veníamos con muchos problemas y encima esto. A caballo de lo cual, dado el resultado de las PASO seguimos en campaña electoral, lo cual dificulta la interpretación de los mensajes. ¿Quién dijo que la vida es fácil? Comprendo, pero no termino de entender por qué la tenemos que hacer tan difícil.