No son horas serenas para Javier Milei. La noticia que ubicó a sus armadores Carlos Kikuchi y Sebastián Pareja afuera de la Junta Electoral bonaerense de La Libertad Avanza, acentuó la zozobra que envuelve por estas horas al mundo libertario. Es que, si bien el propio postulante a presidente despejó los rumores de ruptura al aclarar ante LA NACION que se trató de una mera “formalidad”, la salida de ambas figuras, que cumplían un rol central dentro del esquema, fue leída como un capítulo más en la novela de tensiones que cruzan al espacio de cara al cierre de listas.
“No hay conflicto alguno. Ante la eventualidad de que sean candidatos, renuncian para evitar incompatibilidades. Además, [Kikuchi] solo renuncia a la junta electoral provincial, pero sigue en la nacional”, se atajaron inmediatamente en la fuerza política comandada por Milei. Sin embargo, según pudo saber LA NACION de fuentes cercanas a las negociaciones, Kikuchi –una de las personas que, a la par de su hermana Karina, más supo tallar en el entorno del economista– no tendría en sus planes aspirar a un cargo. Una situación muy distinta a la de Pareja, quien sí competiría como candidato a senador provincial por el distrito que lo tuvo hasta hoy como principal coordinador y en donde Carolina Píparo encabezará la boleta libertaria a gobernadora.
El propio exaliado de Emilio Monzó había anticipado, durante un acto partidario que tuvo lugar el sábado en La Matanza, que su trabajo como armador bonaerense de Milei –”como un abogado que termina una demanda, como un arquitecto que termina una casa”– estaba “llegando a su fin”. “Estamos a una semana de poner a nuestros mejores hombres y mujeres a defender las ideas de la libertad. Sepan que ese último trabajo es muy ingrato”, advirtió Pareja. Y llamó a la militancia presente en el club AyD Almafuerte de La Tablada a no resignarse “suceda lo que suceda” el próximo 24 de junio.
Todo comenzó cuando, en la noche del miércoles, se difundió un documento de la Justicia Electoral de La Plata en el que se respondía a una presentación realizada por La Libertad Avanza y se consignaban los nombres de los responsables económicos financieros y también técnicos del espacio libertario. En el texto, al que tuvo acceso LA NACION, se informaba que Kikuchi y Pareja presentaban sus renuncias como integrantes de la Junta Electoral de esa fuerza política. Y que ambos cedían sus lugares a sus suplentes, Julián Akerman y Alicia Luján Lucich. Esta mujer es ni más ni menos que la madre de Milei.
Cierre de listas para las elecciones 2023: las ocho fórmulas presidenciales que ya se confirmaron
Pero las sorpresas para el lector no terminaban ahí. Los dos elegidos para reemplazar a Kikuchi y a Pareja recibieron observaciones por supuestas irregularidades en sus designaciones de parte del juzgado que está a cargo de los comicios de la provincia de Buenos Aires. Mientras se consigna que Lucich no está registrada como afiliada a ningún partido político, Akerman no figuraría como elector en territorio bonaerense, sino en la ciudad de Buenos Aires. Algo que, sin embargo, de acuerdo a lo que aseguraron a este diario desde La Libertad Avanza, no inhabilitaría al espacio para presentar listas en ese distrito.
Viejas heridas
A partir de su ingreso, a comienzos de 2022, la figura de Kikuchi generó resquemores puertas adentro del esquema libertario. El acercamiento con referentes de partidos tradicionales de las provincias, como el hijo del represor tucumano Ricardo Bussi, disparó una interna con los sectores más “puristas” de la militancia de Milei que, una vez iniciada, sobrevivió de manera subterránea incluso hasta la actualidad.
De esa manera, durante todo el año pasado, arreciaron las versiones de que, por supuesta decisión de Kikuchi y de Karina Milei, comenzó a haber gente que estaba siendo corrida del “movimiento”. No faltaron quienes acusaban al armador nacional de haber roto adrede con el Partido Libertario porteño, una de las fuerzas que motorizó la candidatura de Milei en la ciudad de Buenos Aires en 2021. Eran los mismos, sin ir más lejos, que argumentaban que La Libertad Avanza se debía estructurar sobre la base de un “partido rector”, como lo fuera el Pro para Macri en su proyecto presidencial de 2015.
Desde el primer momento, uno de los principales opositores internos a Kikuchi fue el abogado Carlos Maslatón. Pero hubo que esperar hasta el fallido acto de Milei en la localidad bonaerense de Gerli para que esa tensión se hiciera pública. “Ninguno de nosotros va a aceptar ninguna orden más de Karina Milei, dictadora barata e ignorante en todos los aspectos, ni del traidor infiltrado de Carlos Kikuchi”, escribió Maslatón en su cuenta de Twitter, tras el evento que tuvo lugar en El Porvenir, en una noche de frío extremo, y donde hubo 4.000 personas en un estadio con capacidad para 14.000.
“Quiero ser tu presidente”: Eduardo “Wado” De Pedro se lanzó como candidato con reclamos por la inflación, la deuda y la pobreza
Así y todo, pese a los ruidos, Milei no dejó de delegar en Kikuchi el trazo grueso de las negociaciones políticas de su espacio, con una responsabilidad fundamental sobre sus hombros: tejer lazos con sellos locales en busca del aval jurídico que le permitiese a La Libertad Avanza competir a nivel nacional. Es lo que terminó de definirse la semana pasada, cuando los libertarios consiguieron inscribir alianzas en 23 de los 24 distritos del país gracias al vínculo cristalizado con el Partido Demócrata, el Unión Celeste y Blanco y el partido Renovador Federal.
Sin embargo, el magro 3,9% cosechado por Bussi en las elecciones a gobernador en Tucumán abrió aquellas viejas heridas que permanecían latentes. Es que el líder de Fuerza Republicana se erigió como una de las mayores apuestas de Kikuchi, quien confío en la estructura que podía cederle ese espacio que contaba con una amplia experiencia electoral en la provincia. El dirigente tucumano fue uno de los contados referentes locales que Milei apoyó en el interior. Una demostración palpable de la imposibilidad del libertario para trasladar la intención de voto que le asignan los sondeos a cualquier otra figura.
Sucede que la decisión de Milei de sacarle el cuerpo a la pelea en la mayoría de los distritos respondió, además, a la imposibilidad de encontrar una síntesis entre los distintos pretendientes provinciales que buscaban hablar en representación suya. La construcción de una estructura más o menos consolidada, acompañada de figuras adecuadas, si las hubiera, para competir electoralmente en cada una de las provincias, fue un propósito de máxima que, a todas luces, no pudo ser logrado. Es otras de las críticas que le achacan a Kikuchi, cuyo futuro en el esquema libertario hoy es una incógnita.