La reacción de los usuarios tras los aumentos de hasta 400% en las facturas de luz

En el último año, las boletas de luz para los usuarios de altos ingresos (el nivel N1, según se estableció en el esquema de segmentación tarifario impulsado por el Gobierno), acumulan un aumento de hasta 473% en términos nominales y 164% en términos reales, según datos de la consultora Economía y Energía.

Detrás de estos porcentajes y la frialdad de los números, el impacto mensual se materializó en las facturas que llegaron estos días a los usuarios, quienes reaccionaron con sorpresa y quejas por los aumentos.

Un usuario de zona Norte de Edenor, que pidió mantener en reserva su nombre, tuvo un incremento de 400% interanual en su tarifa domiciliaria: pasó de pagar $11.414,3 a $57.752,96, pese a haber utilizado una cantidad similar de energía. Se trata de un caso de muy alto consumo para un hogar.

Otro usuario de Twitter expresó su indignación: “Los amigos de @EDELAP__Oficial me subieron de $28.000 a $84.000. Y cuando llamé, me dicen q se duplicó el kw de $15 a $30, aprobado por el gobierno… (sic)”.

En ese escenario, la Secretaría de Energía aprobó un nuevo incremento tarifario a partir de agosto, que rondará el 4% para los usuarios residenciales de altos ingresos —que ya no contarán con el subsidio— y para los de ingresos medios cuyo consumo mensual sea mayor a los 400 KWh, con el objetivo de reducir el gasto en el rubro subsidios energéticos.

Con este nuevo aumento tarifario, las facturas en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) acumularán cinco ajustes en el año (febrero, abril, mayo, junio y agosto) para los usuarios de ingresos altos y medios.

La suba no alcanzó a los hogares de ingresos bajos (nivel 2), a partir del esquema de segmentación implementado por el Gobierno, pero los efectos si alcanzaron a hogares o comercios de otros niveles, e incluso a trabajadores independientes o jubilados, que no realizaron el registro para mantener los subsidios.

El impacto del aumento también generó repercusiones en las redes sociales, donde los usuarios volcaron sus quejas por los aumentos. Es el caso de Matías, quien recurrió a Twitter para hacerse escuchar: “En mi caso el aumento fue más del 300%, incluso consumiendo un 35% menos que en 2022 [en el] mismo período. Brutal el ajuste, y después el ‘súper ministro’ con cara de malo, amenaza a las empresas que quieran aumentar precios”, comentó en un mensaje en su cuenta.

Es que la llegada de Sergio Massa al Palacio de Hacienda significó un cambio en la política tarifaria del Gobierno. Pese a la histórica resistencia del kirchnerismo para aumentar las tarifas —especialmente en un año electoral—, que generó enfrentamientos entre parte de la coalición oficialista y el exministro Martín Guzmán, Massa aplicó finalmente la segmentación e impulsó un fuerte aumento para los usuarios de altos ingresos, que representan alrededor de 5,4 millones de usuarios (casi un 35% del total).

En números concretos, mientras que en noviembre del año pasado, estos usuarios pagaban $7500 el MWh (el costo de la generación eléctrica), a partir de agosto, pagarán $22.800. Esto implica una suba de 204%.

El valor de la generación eléctrica es uno de los tres costos que componen las boletas de luz, ya que también se incluye el transporte (de los lugares de generación eléctrica a los centros de consumo) y la distribución (para que llegue el servicio a cada hogar).

El Gobierno también aplicó aumentos tarifarios en los otros rubros. En distribución, por ejemplo, donde operan empresas como Edenor y Edesur, hubo una suba de 261% en el año, para compensar los atrasos tarifarios de los primeros años de gestión. Esta suba alcanzó a todos los usuarios por igual, independientemente de su nivel de subsidios.

Actualmente, según cálculos del mercado, los usuarios de altos ingresos (nivel 1) reciben solo un 3% de subsidios. Sin embargo, los usuarios de ingresos bajos y medios todavía tienen 86% y 83%, respectivamente, de subsidios. Dicho de otra manera, el 65% de los usuarios pagan menos de 20% del costo de la electricidad. El principal desafío de la próxima gestión será reducir esos subsidios, en un contexto de caída del ingreso real.

Aun así, hay quienes aseguran mantener un subsidio y niveles de consumo inferiores a los 400 KWh y haber recibido boletas con fuertes aumentos el último mes. Como Federico, quien escribió en sus redes: “$9mil pagué en pergamino por 350kwh en un mes, subsidiado. Si consumiera 1300 mensual (2600/2) tengo que vender la casa para pagar la luz. No me dan las cuentas, esa factura tiene subsidio sí o sí (sic)”.

Los usuarios de ingresos altos (N1) pasaron de un valor promedio de $3096 en junio de 2022 a otro de $8275 en junio de este año (a precios constantes de mayo), para un consumo medio de 258 KWh por mes, según cálculos de la consultora Economía & Energía, que dirige Nicolás Arceo, exfuncionario del gobernador Axel Kicillof durante su gestión como ministro de Economía.

En el primer semestre, el Gobierno destinó $1,3 billones a subsidiar la energía, lo que significa un aumento de 81,5% con relación al mismo período del año pasado, muy por debajo de la inflación interanual. Si se tiene en cuenta la variación de precios, la caída real en el gasto de subsidios fue de 13%, según cálculos de la consultora LCG. Si bien el aumento de tarifas ayuda a la reducción del gasto en subsidios, la caída también está explicada por una reducción este año en los precios del gas.

En lo que va de 2023, las tarifas de electricidad aumentaron en todo el país en tres ocasiones (febrero, mayo y agosto), luego de que la Secretaría de Energía decidiera encarar la quita total de subsidios para los usuarios de ingresos altos y medios. De esta forma, los hogares de mayores recursos —o aquellos que no se anotaron en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE)— prácticamente ya no reciben subsidios directos del Estado, mientras que los de ingresos medios todavía tienen subvencionado los primeros 400 KWh de consumo por mes.

Paula Soldi, directora del Centro de Estudios para la Promoción de la Igualdad y la Solidaridad (Cepis), explicó que muchos usuarios que recibieron aumentos en sus facturas tuvieron dificultades para realizar el trámite en ese registro: “En la mayoría de las consultas los vecinos nos refieren que son grupos familiares que cumplen con los requisitos para poder ser categorizados como usuarios del nivel 3, por ejemplo, pero que, por distintos motivos, no han podido o no han sabido completar el trámite en el RASE para conservar el subsidio”.

Uno de los problemas que acarrea la quita de subsidios y los aumentos es el caso de usuarios “electrointensivos”, también en opinión de Soldi. Estos son aquellos que no tienen acceso a otros servicios, como agua por red o gas, y que los suplen con el uso de energía eléctrica: “En este caso el problema es que solamente tienen subsidiado el primer bloque de 400 KWh. Es decir, que por todo el excedente de energía que consumen, abonan tarifa plena, como si fueran Nivel 1. Y les han llegado facturas más elevadas respecto del invierno pasado, que tenían la tarifa plenamente subsidiada”, comentó la directora.

Victoria tiene 38 y vive en Laprida. Ella utiliza energía eléctrica en vez de gas, es decir, pertenece al grupo de “electrointensivos” a los que se refería Soldi: “Es mi única forma de calefaccionar. No soy oligarca por querer calefaccionar mi casa”.

También Sandra González, presidenta de Adecua, una sociedad civil que aboga por la defensa de los derechos de usuarios y consumidores, comentó sobre los reclamos por fuertes aumentos en las boletas de energía y las dificultades en los trámites para mantener los subsidios: “Hay cualquier cantidad de reclamos. Obviamente, es gente que no hizo el trámite en el RASE por algún motivo. Hay muchos que no quieren hacerlo, pero hay casos también de jubilados que sufren esto porque no les hicieron bien el trámite. Eso se puede solucionarse en seguida, pero en general el aumento es considerable con un consumo de 500 KWh. Estamos hablando de $20.000 a $23.000″, dice.

Según González, ese sector que no desea hacer el trámite del subsidio son los de ingresos más altos, pero agrega que el problema no se termina con la energía: “Lo que pasa es que te aumenta la luz, te aumenta el gas, te aumenta la prepaga, te aumenta el colegio, te aumenta el seguro. Hay un sector de la sociedad al que lo están asfixiando. La realidad es que no hay plata que te aguante, hay mucho profesional independiente que no puede aumentar de la manera que le está aumentando todo”, aseguró.

Uno de estos profesionales independientes es Gaspar, quien recibió un fuerte aumento en las boletas del local en donde lleva adelante su emprendimiento. Gaspar cuenta que tiene un pequeño taller de cerámica en Capital Federal, en donde da clases, y que pasó de pagar un promedio de $2000 de luz a $11.500. “Voy a tener que subir la cuota que le cobro a los alumnos bastante por encima de la inflación para poder solventar ese aumento tan grande de golpe”, se lamenta.

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