La polémica sobre el director de un museo en Italia aviva las críticas a la estrategia cultural de Meloni

MILÁN.- Una disputa entre el director de un prestigioso museo de Turín y políticos de la coalición de derecha de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, avivó el debate sobre si el gobierno busca un control indebido de la cultura.

Christian Greco dirige el Museo Egipcio de esta ciudad del norte de Italia desde 2014, y ha tenido un notable aumento de la venta de entradas, con más de 900.000 visitantes en 2022, un 6,3% más que antes de la pandemia.

Sin embargo, Greco fue objeto de las críticas de los partidos de derecha en 2018 cuando lanzó una promoción que ofrecía un descuento en la entrada a visitantes musulmanes y, por tanto, el partido Hermanos de Italia de Meloni y su aliado La Liga dijeron que el recorte de precios discriminaba a los italianos. Desde que llegaron el poder tras las elecciones del año pasado, ahora han vuelto a la carga.

“Es un director de izquierdas que ha dirigido el Museo Egipcio de Turín de forma ideológica y racista contra los italianos y los ciudadanos cristianos”, declaró esta semana el jefe adjunto de La Liga, Andrea Crippa, al sitio web Affaritaliani.it. Además, pidió su renuncia de manera contundente, denunciando que “haga un gesto de dignidad y dimita”, ya que “haremos todo lo posible para destituirlo y pedimos al ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, que lo destituya si no dimite”.

En entrevistas concedidas hoy a varios diarios, Greco defendió su trayectoria y afirmó que los políticos italianos, a diferencia de sus homólogos en el extranjero, intentan inmiscuirse en las decisiones técnicas relativas a la gestión de los museos y la elección de sus responsables.

“En siete años de trabajo en el extranjero… nunca conocí a un político”, declaró al diario La Stampa, en aparente referencia a su época de trabajo en Países Bajos.

“La mía es una batalla por la libertad en defensa de los italianos y los cristianos”, insistió Crippa para responder a las numerosas críticas que le llegaron de los representantes de la oposición tras sus palabras.

Por su parte, Piero Fassino, diputado del Partido Demócrata y exalcalde de Turín, dijo que las declaraciones de Crippa son “una manifestación de primitivismo y de rudeza que deben ser rechazadas con la mayor firmeza por todos aquellos, de cualquier color, que creen en la cultura y en su autonomía”.

“Christian Greco -recordó Fassino- es uno de los principales egiptólogos del mundo y fue nombrado tras una selección muy estricta dirigida por una comisión independiente de expertos. En los últimos años, ha aumentado aún más el prestigio y la autoridad del Museo, con éxitos unánimemente reconocidos”.

¿Control político?

La coalición de Meloni, que llegó al poder el pasado octubre, ha impulsado un programa nacionalista que incluye legislación contra el uso de palabras extranjeras en los documentos oficiales.

Aunque Greco es ciudadano italiano, anteriores gobiernos de centroizquierda nombraron a extranjeros de alto nivel para dirigir algunos de los lugares más famosos del país, como la Galería Uffizi, de Florencia; Pompeya, y la Pinacoteca di Brera, de Milán.

Vittorio Sgarbi, Subsecretario de Cultura, declaró el mes pasado que algunos de los principales puestos artísticos sólo deberían ser ocupados por italianos, y el gobierno introdujo nuevos criterios para el proceso de selección, incluidos requisitos lingüísticos más exigentes.

Greco se mostró confiado en que habrá transparencia en los futuros nombramientos, pero afirmó que los políticos italianos deben dejar de interferir.

“En Italia, la interferencia política es excesiva, arruina ciertos equilibrios y es un problema que siempre ha existido”, declaró.

Agencias Reuters y ANSA

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