La mejora del tipo de cambio del nuevo dólar agro es la más baja de todas sus ediciones

CÓRDOBA.- La mejora del tipo de cambio para el productos de la actual edición del dólar agro es la más baja de todas tomando el promedio: arrancó el 24 de julio con 25% y comenzó este mes con 24%. En la primera versión, en setiembre de 2022, comenzó con 43% y terminó en 36%; la segunda, entre fines de noviembre y diciembre de ese año, se movió entre 38% y 30% y en la tercera, en abril pasado, entre 41% y 11% tomando las dos puntas.

Los datos se desprenden de un trabajo de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que también analiza la liquidación de divisas en siete días del programa. En ese segmento, la actual lleva la delantera en términos relativos ya que se alcanzó el 68% (US$1357 millones) de las expectativas de US$2000 millones, aunque el volumen final esperado por el Gobierno es el más bajo de todas las ediciones. La inclusión del maíz en el tipo de cambio a $340 fue una decisión oficial para sumar más reservas al Banco Central (BCRA).

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Le siguen la primera edición con 64% (US$3186 millones) sobre US$5000 millones esperados; la segunda sumó 45% (US$1255 millones) sobre US$3000 millones proyectados, y la tercera, 25% (US$1355 millones) sobre US$5000 millones.

También desde la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) indicaron que, si bien en el nuevo programa el aumento del tipo de cambio es del 25%, “queda por atrás de las ediciones del PIE anteriores, que actualizaban 42%, 38% y 40% respectivamente”. El “dólar agro 4″ representa un 11% menos que el “dólar soja 1″ traído al presente actualizándolo por la inflación ($378 por dólar).

Además, indican que la Secretaría de Agricultura instauró cuotas de exportación para la campaña 22/23 en productos que previamente no enfrentaban restricciones: sorgo (950.000 toneladas), cebada forrajera (2,6 millones de toneladas), cebada cervecera (950.000 toneladas), malta (550.000 toneladas) y girasol (semilla 145.000 toneladas, aceite 1,1 millones de toneladas, harina 1,15 millones de toneladas). En el caso del maíz, ya previamente sujeto a cupos, se habilitaron 6 millones de toneladas adicionales para exportar, a 26 millones.

“Las próximas semanas dictaminarán cuánto del beneficio del programa llega efectivamente a los productores dada la estructura del mercado y que la intervención en la comercialización impide el libre juego de la oferta y la demanda -añade el documento-. Además, al tratarse nuevamente de una medida parcial, los eslabones de la cadena (cerdos, pollos, tambos, feedlots, entre otros) que usan al maíz como insumo se ven perjudicados por un aumento de costos que no necesariamente tendrá correlato en el precio de sus productos”.

Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, estima que -dado que el porcentaje vendido de maíz a precio a fines de agosto era de 50% cuando comenzó el actual programa- en esta edición debería comercializarse 23% de la producción, que serían casi 8 millones de toneladas.

Son US$2000 millones de ingreso de divisas y US$1800 millones oficiales extra a nivel productor. Añade: “Justamente esa es la meta que el gobierno esbozó para esta versión, sin contar lo que aporte el girasol, la cebada, el sorgo y las otras economías regionales. El inicio fue auspicioso”.

Romano apunta que el precio del maíz que deben convalidar los consumos internos es de $62.000 la tonelada, cuando antes del dólar diferencial era de $50.000. “Por más de que en el articulado se defina que el dólar agro no corre para el consumo interno, lo cierto es que, si estos no pagan lo mismo que el resto del mercado, nadie les vendería. Por ello se teme que esto impacte en la inflación”, afirma.

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