La espiritualidad de Javier Milei: sus vivencias en los Estados Unidos y el extenso camino a una posible conversión al judaísmo

Javier Milei se acercó al rabino Shimon Axel Wahnish a principios de 2021, cuando aún no se había sometido a las urnas para ser diputado y mucho menos pensaba que podía estar cerca de ser presidente. Quienes conocen mucho al líder libertario aseguran que, además de ser fanático del Estado de Israel, también creyó encontrar en el judaísmo “un tesoro de sabiduría de vida”, aún cuando es católico y fue educado en una escuela religiosa. Su ascenso meteórico en la vida política pública de los últimos dos años se dio en paralelo a un intenso proceso espiritual personal.

El candidato de La Libertad Avanza dijo cuando ganó su banca a diputado: “Estoy pensando en convertirme al judaísmo y aspiro a llegar a ser el primer presidente judío de la historia argentina”. Semanas atrás, en LN+, refrendó: “Estoy a poco de ser judío, solo me falta el pacto de sangre”. Pero Milei aún no inició el proceso de conversión formal, un camino que puede demandar como mínimo un año y que, aseguran en la comunidad, implica compromiso pleno y muchas horas de dedicación. Sobre todo si se hace de la mano de la ortodoxia, que es el ámbito en el que se mueve el libertario.

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Milei, sin embargo, empezó a desandar un camino, a estudiar y a tener vivencias que van en esa dirección. Entre la nada y el punto cúlmine -que sería comparecer ante un tribunal rabínico- puede haber aproximaciones.

Hay una parte del proceso de conversión al judaísmo -según explicaron fuentes al tanto del procedimiento- que es de tipo “emocional y social” y que implica vivir la religión, respetar el Shabat y compartir las fiestas del calendario hebreo con miembros de la comunidad.

Eso explicaría por qué Milei interrumpió dos veces su campaña presidencial para viajar a los Estados Unidos por “motivos personales”, que fueron, en rigor, espirituales. En julio, antes de las PASO, voló a Nueva York para visitar la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, mejor conocido como “el Rebe de Lubavitch”, séptimo líder de la dinastía jasídica Jabad Lubavitch, fallecido en 1994. Y el último fin de semana, en plena carrera a las elecciones generales, se tomó un vuelo a Miami con su hermana Karina para pasar el Shabat con “amigos” de la comunidad, días antes del Año Nuevo Judío, según detalló este miércoles en una entrevista en LN+.

La oportunidad

Una persona muy allegada a Milei aseguró a LA NACION que el líder libertario “no tiene completamente decidido convertirse” aunque esté cada vez más comprometido con el judaísmo. De todas formas, parece muy difícil que formalice su conversión durante la campaña electoral y -en caso de ganar los comicios- que asuma la presidencia como judío. Por un lado, por el tiempo que le insumiría prepararse para comparecer ante un tribunal rabínico (probablemente en el exterior), algo que incompatible con la demanda proselitista local. Por el otro, el proceso, explican cerca del libertario, implica “quietud, reflexión y maduración”, un espíritu que no se condice con la adrenalina que conlleva la disputa por la Casa Rosada.

Un proceso de conversión como el que pretende encarar Milei implica un trabajo intelectual con un rabino para madurar la decisión, que tiene que ser probadamente genuina y no por oportunismo o conveniencia externa. Además, requiere un estudio en profundidad de la Torá (el denominado Viejo Testamento) y prepararse para el proceso final que implica la comparecencia ante un tribunal rabínico, la recepción de los preceptos y la culminación del ritual con un baño de purificación o “mikve”.

Si bien no está realizando cursos, hace tiempo que Milei está estudiando la Torá de forma autodidacta y en contacto permanente con el rabino Wahnish, a quien le hace preguntas a diario, ya sea personalmente o por teléfono, y con quien reflexiona durante largas horas, según contó el propio Milei.

Cerca del libertario señalan que le atrae dinámica de estudio judío basado en el “cuestionar y reflexionar y preguntar como un ejercicio per se”. Milei le ha dicho a su entorno que cree que la reflexión sobre la Torá le aporta mayor amplitud para poder analizar la realidad del país. “El rabino que me ayuda a estudiar dice que debo leer la Torá desde el punto de vista del análisis económico”, dijo Milei.

El Ohel de todos… pic.twitter.com/qrGSUfrC4p

— Rafi Tawil (@TawilRafi) July 15, 2023

Wahnish es licenciado en psicopedagogía y conduce una comunidad judeo marroquí (Acilba), en el barrio de Palermo, donde hace acompañamiento espiritual a personas, parejas y familias, además de dedicarse al estudio y la enseñanza de cabalá y del pensamiento judío. Bajó radicalmente el perfil desde que se conoce que es el consejero del candidato libertario.

Cerca de Milei aseguraron que el líder libertario no sólo está estudiando de la mano del rabino sino que también está realizando un trabajo interno para “mejorar la templanza, tener un crecimiento interno y estar en eje consigo mismo”. Después de las PASO, el candidato libertario parece más aplacado y con mejor dominio sobre sus exabruptos, que en otra época lo convirtieron en celebrity de televisión pero que ahora que puede ser presidente tienen otro peso en su imagen. “Cuando yo inicié mi carrera en los medios decidí defender mis ideas. Se me ponía en paneles de televisión a pelear con 15 personas”, se defendió el miércoles Milei en TN. “Desde que me metí en política no insulté más. Es algo que no hago más y sin embargo todo el tiempo lo están trayendo”, se quejó.

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Respecto a su posible conversión, Milei alguna vez habló de las dificultades prácticas que tendría ejercer la presidencia siendo practicante. “Si soy presidente y es Shabat, ¿Qué hago? ¿Me voy a desconectar del país de viernes a sábado? Hay algunas cuestiones que harían que [la religión] fuera incompatible”, dijo. Un judío converso debería vivir bajo los preceptos de la religión y eso implica, entre muchas otras cosas, abstenerse de trabajar o utilizar su teléfono celular en Shabat.

Milei quiere conocer Israel. Ha dicho que si gana la elección presidencial, su primera visita de Estado será a ese país y que planea trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, como hizo Donald Trump con la representación diplomática estadounidense. Pase lo que pase con su boleta, el candidato presidencial le transmitió a su entorno que tiene fuertes deseos de realizar ese viaje en el corto plazo.

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