LA HABANA.- “¡Esto es infernal!”, exclama Lázaro Díaz, un mensajero cubano de 59 años que lleva un día en una fila esperando tener suerte para conseguir nafta, en la crisis de escasez de combustible más prolongada que los habaneros dicen haber vivido en años.
En las calles de La Habana circulan cada vez menos autos y largas hileras de vehículos se extienden kilómetros alrededor de las estaciones de servicio de la capital cubana. Las consecuencias de esta crisis son directas en la vida económica y social de la isla.
Incluso, el presidente Miguel Díaz-Canel informó cambios en la celebración por el Día Internacional de los Trabajadores el 1 de mayo -emblemática en la isla- debido a la compleja situación económica que enfrenta el país, sobre todo con el abastecimiento de combustible. “En vez del gran desfile obrero, muchas voces en más lugares”, señaló en Twitter, por lo que habrá pequeños actos locales en vez de la tradicional manifestación masiva en la capital.
En vez del gran desfile obrero, muchas voces en más lugares.#Cuba #ALaPatriaManosyCorazón https://t.co/CthIyMJazL pic.twitter.com/9U1DVrqIPU
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) April 26, 2023
El régimen de Cuba está recurriendo cada vez más a Rusia y a México en busca de petróleo para aliviar la aguda escasez de diésel y naftas y compensar la disminución de los suministros de crudo y combustibles venezolanos, según datos marítimos y fuentes. Venezuela ha sido durante más de dos décadas el principal aliado político de Cuba y el mayor proveedor de crudo y combustibles a la isla, entregando fueloil -para la generación de energía-, nafta, diésel, turbosina y gas para cocinar.
Pero la imposibilidad de la nación sudamericana de producir suficiente combustible para suplir sus propias necesidades la ha dejado incapacitada para alimentar completamente a la isla caribeña. Las exportaciones de petróleo de Venezuela a Cuba en lo que va del año se redujeron a 55.000 barriles por día (bpd) desde casi 80.000 en 2020. Bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, México ha enviado un volumen creciente de combustibles al régimen comunista, según datos de seguimiento de buques de Refinitiv Eikon. Cuba también importó desde noviembre al menos cinco cargamentos de petróleo ruso y combustibles desde terminales del Caribe y Europa, según muestran los datos.
El impacto de la escasez se siente con fuerza en Cuba. Cinco universidades, una en La Habana y cuatro de distintas provincias, suspendieron clases presenciales esta semana por la contingencia energética, mientras que con el transporte público afectado, muchas personas que no pueden llegar a sus centros laborales volvieron al teletrabajo.
La empresa eléctrica pidió a usuarios mandar por correo el registro de sus medidores de luz porque “la situación con el combustible” puede impedir a sus empleados “llegar a todos y cada uno de sus clientes” para hacer la lectura, según mensajes enviados a sus abonados.
Pero Lázaro es un trabajador independiente y dice que sin su moto no pude generar el dinero que necesita para mantener a su esposa, hijos y hasta nietos. “No tengo combustible, no puedo trabajar. Anteayer no trabajé, ayer no trabajé”, señala recostado en una pared bajo el sol intenso del mediodía. “No puedo vivir haciendo fila”, remata.
Acostumbrados a la recurrente falta de combustible, los cubanos afirman que esta crisis, iniciada a finales de marzo, es la peor. “Es la más crítica”, dice Édgar Sánchez, un entrenador de voleibol de 43 años que no pudo acudir a trabajar porque su Lada soviético se quedó sin combustible.
“No somos productores de petróleo, dependemos del mundo”, dice en una cola en la que lleva siete horas, y lamenta que Cuba sea un país “bloqueado financieramente” por Estados Unidos desde hace más de 60 años.
Evitar “cero suministro”
A mediados de abril, Díaz-Canel admitió no tener “claro” cómo logrará “salir de esta situación”. Según él, Cuba consume en la actualidad “menos de 400 toneladas” de combustible de las 500 a 600 que necesita diariamente.
El mandatario explicó que los países que suministran el crudo a Cuba no cumplieron con sus compromisos porque enfrentan “una situación energética compleja”, sin mencionar a qué naciones se refiere.
Las autoridades adelantaron que las dificultades continuarán durante abril y mayo. “Vamos a seguir sacando combustible parcialmente” para evitar “cero en el suministro”, dijo Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas.
Para Jorge Piñón, experto en política energética de la Universidad de Texas, las quejas del presidente están dirigidas a Venezuela, principal proveedor de Cuba.
“El problema es que Cuba no tiene dinero, no puede pagar en efectivo por ese petróleo” y lo intercambia con Caracas por trabajadores como maestros y médicos, señala.
En el último año Rusia también envió a crédito “tres o cuatro cargamentos de petróleo crudo”, mientras Argelia provee un poco “de vez en cuando”, añade el experto.
Ante este escenario, Cuba “ha tomado la decisión de cerrar el grifo” para tener suficiente carburante los próximos meses, indicó Piñón. Con un parque automotor de unos 600.000 autos, para 11,1 millones de habitantes, el país consume cinco veces menos combustible que naciones como Guatemala o República Dominicana, señala el especialista.
Las autoridades preservaron la disponibilidad para actividades prioritarias, entre las que está el sector turístico, motor de la economía cubana. Dejaron una estación en La Habana destinada a vehículos con matrícula tipo “T”, de turismo. Los autos rentados u ómnibus para tours avanzan de manera un poco más fluida, aunque tampoco se salvan de hacer cola.
Los cubanos han creado múltiples grupos de WhatsApp que explotan día y noche con información de todo tipo sobre la eterna espera. Hay grupos para todos los gustos, para choferes de taxi, de autos particulares y de empresas e incluso los diplomáticos se comunican para organizar su fila. Los automovilistas tienen el radar puesto en todas direcciones.
Desde Matanzas, un importante puerto de distribución de combustible a 100 km de La Habana, un taxista escribió el sábado en su grupo de Whatsapp: “Estoy mirando tres barcos, dos descargaron y uno descargando ahora. A ver si esto nos sirve de aliento”.
En una parada de ómnibus abarrotada en Alamar, a solo 15 minutos al este de La Habana, Rubén Infante, un trabajador del tabaco de 37 años, dijo que espera hasta tres horas diarias, en cada sentido, para que lo lleven a la capital. ”Mira la cantidad de gente aquí, todos ellos esperando un auto a La Habana”, dijo, al señalar que así debe llegar tarde todos los días al trabajo. “Y no hay opción, tienes que hacerlo porque si no trabajas, no comes”, remarcó.
Algunas empresas también comenzaron a reportar dificultades para producir y transportar alimentos debido a la escasez.
Provisión de México
Ante la crisis de combustible, el tanquero Bicentenario, de la estatal petrolera mexicana Pemex, ha descargado desde abril dos veces en una refinería en La Habana, de las pocas que producen gasolina terminada en la isla, según Eikon y TankerTrackers.com. El barco fue visto tan recientemente como el pasado domingo partiendo del puerto de la capital cubana.
El buque Fortunato, de propiedad independiente y de bandera panameña, también ha visitado dos veces puertos cubanos desde enero partiendo desde la terminal mexicana de Salina Cruz para transportar gas licuado de petróleo (GLP), que generalmente se usa para cocinar. El combustible, aunque no es suficiente para absorber la demanda, puede resultar un salvavidas para la atribulada administración de Díaz-Canel, que ha recurrido al racionamiento.
La directora de la petrolera estatal cubana Cupet, Lidia Rodríguez, dijo esta semana a medios locales que Cuba tenía bajas existencias de diésel y nafta, e inventarios particularmente bajos de crudo que sus refinerías puedan procesar. ”Se ha mantenido baja disponibilidad de combustibles y por tanto se han reducido las cifras que hoy podemos distribuir para no tener un desabastecimiento total de combustible en el país”, dijo, en referencia al racionamiento.
Agencias AFP y Reuters