La empresa que promete aumentar la tasa de éxito de los tratamientos de fertilización asistida con un test “disruptivo”

Iván Anduada Marchetti es biólogo especialista en reproducción asistida y fundador de la Sociedad Argentina de Embriología Clínica. Desde los comienzos de su carrera trabajó en distintas clínicas de la Argentina y el exterior, creó un laboratorio propio y, en 2015, empezó a investigar un proyecto nuevo que derivó en la creación de su emprendimiento, Embryoxite, que busca aumentar la tasa de éxito de los tratamientos de fertilización asistida.

En 2020 se juntó con Ana Paula Sacur Silvestre, embrióloga, y Federico Díaz, ingeniero biomédico, y empezaron a investigar los metabolitos de los embriones para obtener información predictiva respecto de los tratamientos. Se presentaron a varios subsidios, ganaron muchos premios -del Conicet a la innovación en salud, por ejemplo- y, en 2021, ingresaron al programa de Gridx, una aceleradora de startups de biotecnología que conecta a científicos con emprendedores -está presidida por Miguel Galuccio y tiene a Marcos Galperin entre sus inversores-. En el programa de Gridx, Anduada Marchetti conoció a Delfina Vilieri, ingeniera industrial y actual CEO de la empresa, que también se había postulado con la intención de emprender con un proyecto propio. Vilieri había sido mamá hacía dos meses, por lo que se sintió interpelada por la idea de Anduada Marchetti, y pasó a formar parte esencial de este emprendimiento. Además de habilitar el encuentro, Gridx los subvencionó con US$200.000 que, sumado a otros premios que alcanzaban los US$80.000, representó su inversión inicial.

Vilieri explica el objetivo del emprendimiento: “Una nota de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de abril mostraba que una de cada seis personas tiene problemas de infertilidad. Lo que Iván empieza a atacar es el porcentaje de éxito de un tratamiento in vitro. Busca aumentar las tasas a través de un diagnóstico no invasivo”.

Los tratamientos de reproducción asistida hoy tienen una tasa de éxito cercana al 30%. Por esto, la idea es buscar un nuevo mecanismo para ayudar a que este número aumente. “Empecé estudiando el metabolismo de los embriones. Es decir, a identificar un conjunto de moléculas que el embrión produce o excreta en medio del cultivo mientras se desarrolla in vitro”, detalla.

El proceso implica que los embriones se preserven en incubadoras por cinco días. El medio de cultivo, ejemplifica Vilieri, es como una “laguna” de la cual el embrión toma nutrientes y los libera. Para el estudio metabolómico que propone Embryoxite, las muestras se toman de esa “laguna”.

“Traté de entender los patrones de consumo y generación de moléculas, ver si se relacionaban con la probabilidad de gestar un embarazo o no”, agrega Anduada Marchetti. La complejidad radica en que, cuando el especialista habla del comportamiento de las moléculas, no se refiere a dos o tres, sino hasta 7000 por paciente. Dado que todavía están en fase de prueba, por el momento demoran entre dos y cuatro semanas, pero la intención es que, una vez en el mercado, no tarde más de una.

Metabolómica e inteligencia artificial

La cantidad de moléculas a estudiar es tan grande que se deben utilizar varias herramientas paralelas, además de la medicina, como la inteligencia artificial y los algoritmos. “La complejidad de lograr un diagnóstico requiere de un equipo multidisciplinario. Hoy trabajamos con químicos, ingenieros, bioinformáticos, biotecnólogos. Un poco de todo”, agrega Anduada Marchetti, y cuenta que, además, trabajaron con la Universidad Nacional de Córdoba para llevar adelante los ensayos de las pruebas de concepto.

Para este equipo multidisciplinario del que los emprendedores se enorgullecen, una clave esencial es el trabajo con la inteligencia artificial, que de hecho será el último paso para lanzar al mercado los estudios metabolómicos.

“En el equipo del que habla Iván tenemos un investigador del Conicet, que empezó a tomar datos en los últimos 20 años, aunque la inteligencia artificial está en auge recién hace dos o tres años. Así pudo entender estas 7000 moléculas y ver cómo sacar algún modelo que prevenga: «embarazo» o «no embarazo»”, añade Vilieri.

También explica que Embryoxite está, actualmente, desarrollando dos aristas del proyecto: por un lado, el test metabolómico, que es la parte de biotecnología y, en palabras de la CEO, el test más disruptivo que tienen. Por otro lado, una propuesta para ofrecer a los centros de reproducción, sus principales clientes, un software especializado.

“Estamos desarrollando una plataforma de inteligencia artificial que las clínicas van a poder utilizar como un software de gestión diario, donde van a ingresar distintas fuentes de información, como los datos clínicos, imágenes de embriones, y el diagnóstico genético y metabolómico”, detalla Vilieri, y explica que el objetivo de la plataforma es ofrecer un panel con resultados y un score predictivo de implantación de cada embrión.

La necesidad de implementar inteligencia artificial se sustenta en que cualquier modelo predictivo necesita la mayor cantidad de datos posibles. Por esto utilizan información clínica e imágenes, ya que, como explican, “cuanta más información, más robustos los modelos”. El uso de datos requiere, a su vez, que se cumplan normativas, tanto locales como internacionales, a las que Embryoxite adhiere (como la HIPPA, es decir, la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros de Salud de Estados Unidos, y la GDPR, el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea).

Por el momento trabajan con once centros de reproducción, ubicados en la Argentina, Chile, España e Italia, en una relación de intercambio: las clínicas proveen acceso a los datos no confidenciales y las fotos, así como las muestras para que la empresa lleve a cabo las investigaciones sin costo. Como retribución, ellos les ofrecen acceso libre a su plataforma una vez que la lancen al mercado el año que viene. Además, cuando el análisis metabolómico sea un diagnóstico, también les van a conceder acceso a este.

Lo cierto es que las expectativas de los emprendedores son altas: los ensayos mostraron entre un 75% y un 80% de probabilidad de éxito en la búsqueda de un embarazo, gracias a la personalización del diagnóstico. “Para aumentar el 30%, porcentaje actual de éxito, tienen que converger datos genéticos, datos del paciente y metabolómicos. No decimos que este solo sea superador, hablamos de convergencia. La medicina va hacia la personalización, a dejar de brindar datos generales”, comenta Vilieri. Si bien hoy no tienen definido el costo, Anduada Marchetti estima que el diagnóstico va a rondar entre los US$200 y US$250.

Para Vilieri la importancia de apuntar a una mayor tasa de éxito en los tratamientos de reproducción asistida radica en la democratización del acceso a estos, que hoy tienen altos costos y baja efectividad. Su emprendimiento intenta atacar una para que impacte en la otra: “No es lo mismo hacer un ciclo [del tratamiento] que cuatro. Así que de alguna forma aumentamos de esta forma la democratización. Además, son tratamientos invasivos, aunque generan cierta igualdad porque se puede elegir cuándo y con quién formar familia”, concluye.

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