El Arzobispado de Resistencia reclamó que “se conozca la verdad y se haga justicia” para esclarecer la desaparición de la joven Cecilia Stzryzowski en la provincia de Chaco, emn medio de la convulsionada crisis política que jaquea al poder, al comrpomete a los integrantes del clan Sena, cercano al gobernador Jorge Capitanich.
“La Justicia resulta particularmente importante en este contexto, en el que el valor de la persona, de su dignidad, de sus derechos y de la vida, a pesar de las proclamaciones de propósitos, se ve amenazada”, advirtió en un pronunciamiento la comisión de Justicia y Paz del Arzobispado de Resistencia, que conduce el arzobispo Ramón Dus.
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En un fuerte reclamo a la dirigencia política, el organismo advirtió que “todos podemos contribuir para procurar justicia –en especial los poderes del Estado-, ya que es la única garantía para una convivencia en paz, sólida y verdadera”.
La Comisión de Justicia y Paz citó palabras del papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti, al recordar que “la verdad es una compañera inseparable de la justicia y de la misericordia. Verdad, Justicia y Misericordia, las tres juntas, son esenciales para construir la paz; cada una de ellas impide que las otras sean alteradas”.
En sintonía con ese pensamiento, señaló que “la verdad no puede ni debe ser camino a la venganza, sino más bien a la reconciliación y al perdón”.
Dijo, en ese sentido, que “la verdad es contar a las familias desgarradas por el dolor lo que ha ocurrido con sus parientes desaparecidos […], reconocer el dolor de las mujeres víctimas de violencia y de abusos”.
Y advirtió que “cada violencia cometida contra un ser humano es una herida en la carne de la humanidad; cada muerte violenta nos disminuye como personas”.
Conflicto en Jujuy
La declaración por la desaparición de Cecilia investigada en Resistencia se suma a un pronunciamiento del obispo de Jujuy, monseñor Daniel Fernández, ante los enfrentamientos registrados en esa provincia a raíz del conflicto por la reforma de la Constitución provincial, que afectaría el encuadre legal de las protestas sociales, lo que derivó en incidentes.
El obispo reiteró una convocatoria al “diálogo sincero entre las autoridades y los distintos grupos de hermanos y hermanas que se encuentran en conflicto”.
“Hay que detenerse para escucharnos pacientemente. Hay que construir puentes a recorrer para encontrarnos y no dinamitarlos. Todo se puede lograr con el diálogo y todo se pierde cuando la palabra cede el paso a la violencia”, advirtió el representante de la Iglesia.
Monseñor Fernández admitió que “el camino del diálogo es fatigoso”, pero consideró que “hay que transitarlo y escucharnos pacientemente, haciendo lugar a las distintas voces de los actores de nuestra vida social”.