Las complicaciones cada vez mayores para importar, la sequía que azotó al agro y la elevada inflación que erosionó el salario real propinaron golpes demasiado duros para la industria y la construcción en junio, que mostraron caídas mensuales desestacionalizadas de 1,3% y 1,5%, respectivamente. Además, en la comparación interanual también los números son rojos, con retrocesos de 2,3% y 2,5% en cada caso.
Ambos datos fueron publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en los informes del índice de producción industrial manufacturera (IPIM) y el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC). Allí se indicó además que en el acumulado de enero a junio la construcción exhibió una caída de 2,5%, mientras que en igual período la industria subió 1,3%.
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Gabriel Caamaño, economista de Consultora Ledesma, comentó que ambos sectores están en línea con lo que se esperaba, con bajas mensuales significativas. “Esto es producto de las trabas a las importaciones, de la caída del salario real por el pico inflacionario de abril-mayo y el tema de la sequía. Esos tres factores se están combinando para generar esta baja, tanto en la producción industrial como en la construcción”, afirmó el especialista.
El economista Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos, señaló que en ambos sectores se ve una caída mensual desestacionalizada, que para él es lo más relevante. “En el caso de la construcción, el ISAC cayó 1,5% después de haber caído 2,4% en mayo, con lo cual es como que retrocedió al nivel que hubo entre febrero y marzo. Si se lo ve con un poco de perspectiva, es menor que el de un año atrás. Un indicador para tener en cuenta es que está cayendo la superficie de los permisos para construir, lo que anticipa menor actividad en el futuro”, analizó.
En lo que hace a la industria, Tiscornia indicó que esta caída desestacionalizada mensual de 1,3% se suma a la baja de 1,6% que tuvo en mayo. “Acá sí claramente se ve que está bastante estancada desde el año pasado. Hay un cuadro en el IPIM que muestra la incidencia que tiene cada uno de los sectores donde se ve que hay una caída interanual de 1,3%, en la que prácticamente la mitad corresponde a Alimentos y bebidas, y ahí se ve el impacto de la sequía, porque el rubro de molienda de oleaginosas cayó 21%. Por supuesto que, además de la sequía, las restricciones a la importación están pesando”, opinó el especialista.
Por su parte, el economista Gustavo Vallejo, jefe del Departamento de Estadísticas del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), dijo que la baja interanual de 2,8% en la construcción es la tercera consecutiva y la cuarta que se da en el año. “Esto confirma una menor actividad en la ejecución de obras que comenzó a visualizarse desde febrero pero que aún no ha impactado en el nivel de empleo sectorial, que en marzo alcanzó un record histórico y se mantuvo estable durante el segundo trimestre del año”, remarcó.
Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, subrayó que los datos de junio en industria y construcción confirman que la actividad económica sigue en caída y agregó que estima que eso se profundizará en los próximos meses. “En la primera mitad del año el BCRA sostuvo la demanda agregada vendiendo reservas, pero ahora ese margen se ha agotado (las reservas netas son negativas en US$10.000 millones) y, sumado al shock de ingresos negativo que significa la sequía, no hay amortiguadores para la caída en el nivel de actividad”, dijo.
Con esta tendencia, Marí proyecta que la actividad económica anotará en la segunda mitad del año caídas de hasta 5-6% interanual. “Con esto, el ingreso por habitante caerá a su menor nivel desde 2006. Por ahora, esto se viene dando en un marco donde la economía ajusta por poder adquisitivo y no tanto por nivel de empleo. Pero, con esta dinámica, no sería raro que la tasa de desocupación vuelva a subir para acercarse al 8-9%”, auguró.
Estos malos resultados de junio, según Caamaño, confirmaron que en el segundo trimestre del año el nivel general del PBI va a tener una caída muy fuerte. “Esto va a dejar un arrastre negativo para el tercer trimestre. Encima, se sumará el impacto de la incertidumbre electoral, el cepo cambiario y las mayores trabas a la importación, con lo que está casi descartado que este año se va a caer en recesión, con aceleración de la inflación; es decir, estanflación”, concluyó el economista.