La Cámara Nacional Electoral confirmó el criterio de la jueza federal con competencia electoral María Servini acerca de los problemas con la Boleta Única Electrónica que se sucedieron en la ciudad de Buenos Aires en las PASO. Por eso es que ahora el gobierno porteño, que ya descartó volver a utilizar los máquinas, deberá decidir cómo se votará en las elecciones generales del 22 de octubre.
Si bien no es oficial, la Ciudad está cerca de implementar el uso de una boleta tradicional de papel para la elección del jefe de gobierno porteño y las autorices locales, pero separada de la papeleta que ese mismo domingo se utilizará para elegir al presidente, legisladores nacionales y diputados del Parlasur. Esto es, las elecciones porteñas y las nacionales volverían a realizarse con biombos y urnas separados.
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El presidente de la Cámara Nacional Electoral, Alberto Dalla Vía, firmó una decisión que señala: “Ténganse presentes las circunstancias puestas en conocimiento por la señora jueza federal con competencia electoral de la Capital Federal sobre las consecuencias derivadas del mal funcionamiento del sistema de votación con boleta única electrónica (BUE) implementado por el Instituto de Gestión Electoral de la ciudad de Buenos Aires”.
Y señaló que “las falencias en la instrumentación de dicho sistema de votación fueron advertidas por el propio este tribunal” cuando consideraron el convenio de colaboración entre la Justicia y la autorizada electoral porteña.
Según pudo saber LA NACION de fuentes de la Ciudad, ahora se analiza utilizar una boleta corta de papel para elegir al Jefe de Gobierno, los legisladores locales y comuneros. Se colocará un biombo de cartón y una urna exclusiva para autoridades locales. En la misma mesa habrá otro biombo con las boletas de las autoridades nacionales y otra urna.
“La decisión definitiva acerca de cómo se votará, de todos modos, se tiene que discutir con todos los involucrados”, dijo una alta fuente del gobierno de la Ciudad. Los funcionarios de Horacio Rodríguez Larreta están evaluando escenarios y hablando con el equipo de Jorge Macri para analizar la mejor opción, luego de que la jueza electoral María Servini decidió romper el convenio entre la Ciudad y la justicia electoral para organizar las elecciones generales.
Esto se debió a lo que la jueza interpreta que hubo incumplimiento de las autoridades de la Ciudad sobre las tareas que habían asumido, dado que hubo muchos problemas derivados del uso de máquinas de boleta electrónica, cuestionadas por la justicia federal.
En un oficio a la Cámara Nacional Electoral, Servini enumeró casos de máquinas que no funcionaron, y se quejó de falencias técnicas y hasta desobediencia de la empresa MSA que proveyó las máquinas. Sostuvo además que votar de esta manera en octubre sería “una burla” a la ciudadanía, por lo que se resolvió dar de baja el convenio.
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Por otro lado, la Ciudad emitió la semana pasado un comunicado en el que defendió el uso de la boleta electrónica y culpó a las autoridades de mesa por las demoras. De todos modos, dijo que estaba evaluando alternativas para votar el 22 de octubre que no contemplaban el uso de las máquinas electrónicas.
El Instituto de Gestión Electoral había licitado el uso de las máquinas y la ganadora fue la empresa MSA, con un contrato de 26 millones de dólares por las PASO y las generales, cuestión que ahora deberá reverse, dado que se descartó la utilización de la Boleta Única Electrónica por los problemas que se registraron.