PEKÍN.- “Antes de que sigas hablando te voy a dar una buena noticia”, le dijo Dilma Rouseff, presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por las siglas en inglés) de los Brics a Sergio Massa. La exmandataria brasileña lo había recibido en la última actividad del ministro de Economía en Shanghái, en la sede de la institución ubicada en Pudong. Fue luego de las dudas que Luiz Inácio Lula da Silva y Alberto Fernández habían sembrado en la semana ante las urgentes necesidades financieras que tiene la Argentina.
Luego de esas palabras, Rouseff le anunció a Massa que, en una reunión de directores de la entidad del grupo que nuclea a China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica -que tiene un capital de US$50.000 millones- había logrado la autorización para que se debata la incorporación de la Argentina como socio del NDB. La posibilidad se tratará, dijeron, en la primera semana de agosto en un encuentro en Sudáfrica. El NDB publicaría, contaron, un comunicado oficial ratificando la novedad. Aún no lo hizo.
Con Massa, participaron del encuentro el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner; el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, y el secretario de Asuntos Económicos y Financieros de Argentina y director del Indec, Marco Lavagna.
Fuentes de la comitiva contaron a LA NACION que en la reunión con Rouseff, que duró una hora y cuarenta minutos, la expresidenta de Brasil separó a Máximo Kirchner “para hablar unos segundos” y le pidió tener una reunión con él para charlar a solas sobre Cristina Kirchner.
Según precisaron, el hijo de la vicepresidenta le dijo que no podía entonces, porque tenían que salir urgente para Beijing por la primera reunión que arrancaba con el ministro de Comercio chino. “Quedaron en que organizarán una comunicación en algún momento durante su estadía en China”, señalaron.
Para que el ingreso se termine completando, los cuatro postulantes en ese encuentro -la Argentina, Arabia Saudita, Egipto y Zimbabwe- deberán hacer un aporte de capital del 25% de los US$1000 millones, es decir, de US$250 millones cada uno. Economía afirmó que, ante la escasez de reservas, podría hacerlo en bonos soberanos. “Necesitamos dólares, pero bonos tengo para repartir”, bromeaban en la comitiva oficial.
La única condición para poder ser parte del NDB es que un país socio presente al país interesado. Ese aval lo dará Brasil, indicaron. El ministro de Economía no había podido darle los detalles al presidente Alberto Fernández porque el primer mandatario se encontraba en vuelo a Bolivia. Hay tensión entre ambos.
Desembolsos inminentes
La opción por esta posibilidad indica que el país no contará con apoyo financiero en lo inmediato, pese a las necesidades. Sin embargo, la opción de integrarse a ese banco le daría -si se concreta en Sudáfrica- la posibilidad de contar con ese respaldo más adelante y de ampliar el abanico de herramientas a utilizar.
“No fue posible”, dijo anteayer Lula Da Silva a Alberto Fernández sobre las garantías para un acuerdo financiero que ayude a la Argentina y desató un fuerte malhumor en la comitiva que está en este momento en esta ciudad. Haddad había dicho que el tema no se había tratado en la reunión de gobernadores que se realizó en los últimos días en Shanghai, la meca financiera y económica de China.
Massa había trazado entonces una diagonal en busca de fondos frescos para las reservas del BCRA: la idea de que un país miembro aporte capital para, por ejemplo, para financiar exportaciones de un país no miembro, y lograr vehiculizar de ese modo el ese desembolso a través de las garantías del Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics. Esto, ya que no podía modificar el artículo 7 del estatuto del NDB, luego de que el BNDS (banco de desarrollo brasileño) mostrara límites para esa misma operación y de que banco central brasileño desactivara el swap entre países. Dilma le aconsejó que era mejor ir por el posible ingreso al NDB, pese a que Massa intentará seguir empujando además esta última opción.
“Hubo esfuerzo político para que sea muy rápido y ágil”, contaron luego del encuentro.