Javier Milei le dijo a sus asesores de confianza que ya tiene en la cabeza a la persona para ocupar el Ministerio de Economía en un eventual gabinete suyo. Pero a nadie le reveló el nombre, según pudo reconstruir LA NACION de distintos integrantes de La Libertad Avanza (LLA). “Mencionó que vive en el exterior, no sabemos nada”, comentó una figura del primer anillo del libertario.
El candidato presidencial viene soltando nombres de otros potenciales ministros de su gabinete. Pero a la persona para comandar la economía -el cargo más sensible con la dolarización como columna vertebral de su proyecto- la mantiene (hasta ahora) bajo reserva. Nadie duda de que deberá ser un “alter ego obediente” del propio Milei. “Él sabe que si es Presidente también va a ser el ministro de economía”, dijo un colaborador del libertario.
Lo otro que se sabe hasta acá es que los dos economistas estrella devenidos en asesores ad honorem de Milei en la campaña no mostraron interés en ocupar el cargo. Se trata de Carlos Rodríguez y Emilio Ocampo. Ni el candidato presidencial se los propuso ni ellos aceptarían, en principio, por motivos personales.
Lo cierto es que ambos están trabajando intensamente y por separado en soluciones y recetas para encarar un plan de dolarización. No proponen lo mismo. Pero en LLA aseguran que se trata sólo de diferencias de implementación y que ambos coinciden en que la prioridad es hacer un audaz ajuste fiscal con el objetivo de dolarizar la economía. “Many ways to skin a cat”, resumió una figura del team libertario.
A esta altura, el plan de dolarización no está cerrado. “No hay fórmula dicha porque la volatilidad es grande y Javier se tiene que reservar la flexibilidad de dolarizar de la mejor manera”, dicen en LLA.
Casilleros clave
Milei ha dicho que pretende reducir los ministerios a ocho carteras. Señaló a la economista Diana Mondino para la Cancillería y a Sandra Pettovello para un nuevo ministerio llamado Capital Humano. Pretende, además, dejar las áreas de Seguridad Interior y Defensa en manos de su eventual vicepresidenta, Victoria Villarruel, aunque la legalidad de eso está en duda. Para la jefatura de Gabinete comenzó a sonar con fuerza Nicolás Posse, un ejecutivo relevante de Corporación América. La empresa de los Eurnekian asoma como una cantera de funcionarios. En esa compañía fue que Milei conoció a Guillermo Francos, que suena para el Ministerio del Interior.
Milei asegura que tiene definido dolarizar de la economía, que implica la adopción del dólar como moneda de curso legal -a un tipo que cambio que es difícil de estimar-, la libre circulación de monedas y la libre movilidad de capitales. También dice que impondrá un ambicioso ajuste fiscal. “Dolarización y ajuste fiscal se retroalimentan”, afirman cerca del libertario.
Pero la receta, el sendero y los plazos todavía no están definidos. Milei puso a trabajar a dos equipos. Por un lado está el “consejo de asesores económicos” al estilo estadounidense, comandado por Rodríguez e integrado también por el exministro de economía del menemismo, Roque Fernández y por el experto en finanzas, Darío Epstein.
Milei siempre tuvo respeto por Rodríguez, a quien se refiere como “el Profe”, si bien el líder libertario viene de la escuela austríaca y Rodríguez -que es profesor emérito e integra el consejo superior de la UCEMA- de la Escuela de Chicago.
Rodríguez viene exponiendo ideas en sus redes sociales y cree que el primer paso es disponer la libre circulación de dólares mediante la suspensión de las restricciones cambiarias. Su equipo ya está recopilando toda esa normativa. También apunta a bajar la tasa de las Leliqs para poder luego rescatarlas. La propuesta más llamativa es la de una “Ley de Perdón Popular de Mercado” para fomentar un masivo blanqueo de dólares. Menciona, incluso, que se podrían entregar cupos a los ciudadanos para que quienes no tengan ahorros para sincerar puedan vender dichos cupos.
Por separado trabaja Ocampo, profesor en Finanzas e Historia Económica de UCEMA. El líder libertario tenía un plan propio, pero en el último verano leyó el libro de Ocampo, “Dolarización: una solución para la Argentina”, y quedó seducido por la arquitectura financiera que se plasma en sus páginas. Uno de los puntos de debate es qué hacer con los pasivos financieros del BCRA, especialmente las Leliqs. En la propuesta de Ocampo se habla de cerrar el BCRA y, por lo tanto, de cancelar sus activos con sus pasivos.
Ocampo, en su libro, hace alusión a las letras intransferibles del BCRA denominadas en dólares que él estima en un valor de unos U$S 41.000 millones. “Nuestra propuesta consiste en titulizar esos activos netos del BCRA. Es decir, incorporarlos a un fideicomiso al que denominamos Fondo de Estabilización Monetaria (FEM) que emitirá tramos de deuda colateralizada a plazos de menos de un año y con colateral. Estos títulos reemplazarían a las Leliq, Notalq y los pases”, dice el economista en el libro que escribió con Nicolás Cachanosky.
Para Rodríguez esos activos no tienen un valor tan significativo y sería necesario primero un shock de confianza que los revalorice. Pero más allá de esas sutilezas, ¿Puede instrumentarlo sin un paquete de leyes? Y, más importante, ¿tendría los votos para aprobarlas?
Por eso parte del equipo económico de Milei apunta a que la fase final del plan de dolarización requerirá un sendero de dos años de un fuerte ajuste fiscal, de baja de inflación y de generación de confianza, además de unas elecciones de medio término que le permitan a Milei tener un escenario más robusto el Congreso. “Se habla de 9 meses a 2 años”, dijo una importante figura libertaria.
En La Libertad Avanza aseguran que no necesariamente Milei vaya a seguir el libro de Ocampo, ya que ese es un planteo teórico y que ahora ese mismo economista trabaja en soluciones con “opciones A, B y C con costos y beneficios”. “Quien tendrá la palabra final será Milei”, apuntan.