Javier Milei delega las negociaciones políticas en Guillermo Francos mientras encara su campaña con miras a octubre

Un desafío de fondo cruza la carrera de Javier Milei hacia la Casa Rosada: convertir su furioso discurso “anti-casta” en un proyecto de poder capaz de darle viabilidad a sus propuestas de campaña. En La Libertad Avanza prima la ambigüedad. Mientas su líder todavía reniega de reunirse con gobernadores, otros enfatizan, en cambio, en la necesidad de tender puentes de diálogo con distintos actores del establishment político. Es una tarea que recae principalmente sobre la figura del excavallista Guillermo Francos, quien suena como probable ministro del Interior en caso de una victoria libertaria en octubre.

La labor del exdiputado nacional y, hasta hace pocos días, representante de la Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), recién acaba de comenzar. En ese sinuoso camino lo acompaña Nicolás Posse, un ejecutivo de Corporación América encargado hoy de la coordinación de los equipos técnicos del economista y potencial jefe de Gabinete, según pudo saber LA NACION.

Ambos son los elegidos por Milei para darle volumen político a un espacio que, ajeno a las dinámicas tradicionales, carece de una instancia de resolución orgánica. Y que, además, no tiene problema en amenazar a sus opositores con echar mano a la herramienta del plebiscito si no le dan los números al momento de pretender sacar leyes propias en el Congreso, donde La Libertad Avanza sería minoría en ambas cámaras.

El regreso definitivo de Francos a Buenos Aires tiene un solo sentido: empezar a contrarrestar esa incipiente debilidad institucional a partir de construir la mayor gobernabilidad posible antes de diciembre. Es que, a pesar de que podría engrosar considerablemente su bloque en la Cámara de Diputados y aterrizar en el Senado con una bancada propia de ocho senadores, en La Libertad Avanza son conscientes del acotado margen de maniobra de una eventual presidencia de Milei si se deja de lado la búsqueda de consensos con otras fuerzas políticas.

Todavía es una incógnita a despejar el grado de ordenamiento político que ostentará, por ejemplo, su futura tropa parlamentaria en la Cámara alta: el economista ni siquiera conoce personalmente a buena parte de los candidatos que encabezan las listas de La Libertad Avanza en las provincias del país donde se renuevan bancas de senadores.

En las filas libertarias están convencidos de que la política se ordena “de arriba para abajo”. Por eso también minimizan las supuestas deficiencias que podrían haber existido en el armado a nivel nacional a cargo de Carlos Kikuchi. “Una vez en el gobierno, todo se acomoda”, apuntan cerca de Milei. Sin embargo, con el diario del lunes, algunos inconformistas se lamentan por no haber cerrado listas de legisladores nacionales en provincias como Santa Cruz o Misiones, distritos donde el candidato libertario logró el primer lugar en las PASO, lo que le hubiera permitido sumar cuatro senadores más.

De las 16 provincias en las que se alzó con la victoria, Milei ganó en seis que no había pisado ni una sola vez durante la campaña, con candidatos locales muy poco conocidos, escasa cartelería en las calles y casi sin fiscales en los colegios. A la luz de esa performance, no fueron pocos los que concluyeron que los gobernadores del peronismo no solo le sacaron el cuerpo a la elección nacional, sino que directamente pusieron sus aparatos al servicio del candidato ultraliberal.

Algunas versiones ratifican que el vínculo entre La Libertad Avanza y los gobiernos locales trasciende el mero laissez faire. “Si Milei lograba meter dos senadores por Misiones, no tengas dudas de que hubieran respondido al oficialismo provincial”, deslizaron a este diario desde esa provincia del norte, en referencia a supuestos acuerdos subterráneos con el mandamás provincial, Carlos Rovira. Esta semana, medios misioneros difundieron la noticia de una reunión secreta entre ambos dirigentes, en 2021. “No fue la única”, aseguran. En ese territorio, la boleta presidencial de Milei alcanzó el 43% de los votos.

¿Encenderá una luz de alarma en el tablero de los mandatarios provinciales la intención, explicitada por el propio Milei, de terminar con la coparticipación federal de impuestos en caso de ser presidente? El libertario llama a esta medida “correspondencia fiscal” y formaría parte, en rigor, de la “tercera generación” de reformas incluidas en su plan de gobierno de más de 35 años. Su horizonte es que cada provincia “gaste en función de lo que se recauda” y viva con lo que produce. “Será cuestión de ver caso por caso”, matizan, sin embargo, cerca del candidato de La Libertad Avanza.

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