TOKIO.- Japón empezará a descargar el agua residual radioactiva, ya tratada y diluida, de la planta nuclear de Fukushima al Océano Pacífico a partir del jueves, una medida controvertida pero esencial en el largo trabajo para clausurarla 12 años después de ser golpeada por por un masivo terremoto y un tsunami.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, dio el visto bueno final hoy en una reunión de ministros del gabinete involucrados en el plan, e instruyó al operador, la empresa Tokyo Electric Power Company Holdings (Tepco), a que esté listo para empezar a verter el agua en la costa el jueves si el clima y las condiciones del mar lo permiten.
Kishida dijo en la reunión que la descarga del agua es esencial para el avance en el desmantelamiento de la planta y la recuperación de la prefectura de Fukushima tras el desastre del 11 de marzo de 2011.
Tanto Tokio como expertos internacionales argumentan que la operación no representa peligro alguno porque el agua fue tratada y el proceso será gradual. Pero algunos países vecinos, sobre todo China, han expresado su preocupación.
China acusó este martes a Japón de querer verter “arbitrariamente” al mar el agua contaminada de la central nuclear de Fukushima, después de que Tokio anunciara el inicio de las operaciones este jueves.
“El océano es propiedad común de toda la humanidad, no un lugar para que Japón vierta arbitrariamente agua contaminada con materia nuclear”, declaró el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin. Pekín tomará “las medidas necesarias para salvaguardar el entorno marino, la seguridad alimentaria y la salud pública”, añadió.
#FMsays Japan’s discharge of the nuclear-contaminated water is improper, unreasonable and unnecessary, and China will take all necessary measures to safeguard its food safety and public health, FM spokesman Wang Wenbin said as Japan plans to start discharging the water from… pic.twitter.com/ZB346vDygS
— China Daily (@ChinaDaily) August 22, 2023¿Por qué se vierte en el océano?
La central de Fukushima Daiichi genera en promedio más de 100.000 litros de agua contaminada al día. Se trata de agua pluvial, proveniente de las capas subterráneas o de inyecciones necesarias para enfriar sus reactores.
El agua se recupera, se filtra y luego se almacena en el propio recinto, pero las capacidades disponibles están casi saturadas.
Desde 2011, el operador Tepco ha acumulado más de 1,3 millones de toneladas (el equivalente a la capacidad de casi 540 piletas olímpicas) de agua en cisternas gigantes.
Tras años de reflexión, Japón optó en 2021 por descargar el agua en el mar a través de un conducto submarino construido especialmente para la operación.
El procedimiento, en el que se echarán al mar un máximo de 500.000 litros al día, será supervisado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y durará hasta 2050. El OIEA aprobó el plan en julio.
¿No existe peligro alguno?
El agua se trata mediante un proceso de filtración denominado “Sistema Avanzado de Tratamiento de Líquidos” (ALPS).
El sistema permite eliminar la mayor parte de las sustancias radiactivas, con excepción del tritio, que necesitaría otro tipo de tecnología.
El tritio es un radionucleido que se encuentra de forma natural en el agua de mar y tiene escaso impacto radiológico.
Si se inhala o ingiere, puede presentar un riesgo, pero sólo las dosis muy altas son perjudiciales para la salud humana, indican los expertos.
Tepco prevé diluir el agua con tritio para reducir su nivel de radioactividad a un nivel muy inferior al umbral de peligrosidad.
Desde hace décadas, las centrales nucleares y las plantas de procesamiento de residuos nucleares liberan tritio en el agua de forma regular, recordó a la AFP Tony Hooker, especialista en radiación de la Universidad de Adelaida (Australia).
“No hemos identificado ningún impacto sobre el medioambiente o la salud”, subrayó.
¿Quién está preocupado y por qué?
El plan del gobierno japonés, sin embargo, genera inquietudes. La ONG ecologista Greenpeace acusó a las autoridades de minimizar los riesgos de radiación.
Los pescadores japoneses también temen que afecte la imagen de sus productos.
China por ejemplo, prohibió en julio la importación de productos alimentarios de diez prefecturas japonesas e impuso controles de radiación a los del resto del archipiélago.
Para Pekín, el plan japonés es “extremadamente egoísta e irresponsable”. Tokio quiere usar el océano Pacífico como si fuera una “cloaca”, denunció.
Por su parte, Corea del Sur no rechaza el plan japonés. Pero tanto la oposición como la población están preocupados.
Ya se produjeron manifestaciones en contra en el país y algunos ciudadanos, alarmados, hicieron acopio de sal marina por temor a que el agua de la que se obtiene termine contaminada.
¿Qué ha hecho Japón para tranquilizar?
Tanto el gobierno japonés como el operador Tepco tratan desde hace meses de convencer a los escépticos.
Para ello han organizado visitas a la central de Fukushima, sesiones de información técnica o retransmisiones en directo en YouTube de un experimento en el que peces nadan en cuencas de agua tratada y diluida.
Tokio también lucha contra la desinformación en línea que se publica alrededor del proyecto.
Agencia AFP y AP