PARÍS.- La desinformación, desde la propaganda hasta los contenidos creados por la inteligencia artificial, es una amenaza para la libertad de prensa en el mundo, alertó este miércoles Reporteros Sin Fronteras (RSF), que también señaló los efectos de la inestabilidad política en los medios de Latinoamérica.
Las condiciones para el ejercicio del periodismo son consideradas “adversas en 7 de cada 10 países” y “satisfactorias sólo en 3 de cada 10″, según la clasificación anual de la ONG, que incluye 180 Estados y territorios.
🔴 #RSFIndex RSF unveils the 2023 World Press Freedom Index:1: Norway 🇳🇴2: Ireland 🇮🇪3: Denmark 🇩🇰24: France 🇫🇷26: United Kingdom 🇬🇧45: United States 🇺🇸68: Japan 🇯🇵92: Brazil 🇧🇷161: India 🇮🇳136: Algeria 🇩🇿179: China 🇨🇳180: North Korea 🇰🇵https://t.co/5hHMzwc8KJ pic.twitter.com/Ji3HZcCywo
— RSF (@RSF_inter) May 3, 2023
Noruega se mantiene en la primera posición del ranking por séptimo año consecutivo al ser el país más libre del mundo para ejercer el periodismo, seguido por Irlanda y Dinamarca.
En el otro extremo se encuentran Corea del Norte, en el último puesto del ranking (180), China (179) y Vietnam (178), que engloban los tres peores países para libertad de expresión del mundo.
“La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa muestra una gran volatilidad, con subidas y bajadas importantes y con cambios inéditos”, menciona Christophe Deloire, Secretario General de RSF. “Esta inestabilidad es producto de un recrudecimiento de la agresividad del poder en muchos países y de la creciente animadversión hacia los periodistas en las redes sociales y en el mundo no virtual”, agrega.
Un claro ejemplo de esta volatilidad lo enmarca Brasil, que presentó uno de los cambios más significativos, detalla el informe. Tras la salida del expresidente Jair Bolsonaro, quien “atacó sistemáticamente a periodistas y medios durante todo su mandato”, ha subido 18 puestos hasta situarse en el lugar 92.
“Diluvio de desinformación”
El reporte 2023 hace hincapié en el auge de “la industria del engaño”, que incentiva la volatilidad dado que “da forma y distribuye la desinformación, al tiempo que proporciona herramientas para fabricarla”, evalúa Deloire. “Es la industria que permite producir la desinformación, distribuirla o amplificarla”.
En 118 países, es decir, en dos tercios de los evaluados en la lista, la mayoría de los expertos que han respondido al cuestionario reseñaron “la implicación de actores políticos de sus países en campañas de desinformación masiva o de propaganda”, precisó la ONG.
“La diferencia entre lo verdadero y lo falso, lo real y lo artificial, los hechos y los artefactos se difumina, poniendo en peligro el derecho a la información”, puntualiza el informe.
Es el caso de “dirigentes de plataformas digitales que se burlan de distribuir propaganda o falsas informaciones”, y cuyo ejemplo es el dueño de Twitter, Elon Musk, que “está llevando al extremo una lógica arbitraria y censitaria, demostrando que las plataformas digitales son auténticas arenas movedizas para el periodismo”, agrega RSF.
Otro fenómeno que afecta a la prensa son los falsos contenidos generados mediante inteligencia artificial (IA).
El informe ejemplifica el caso de la quinta versión de Midjourney, “un programa de IA que genera imágenes de muy alta definición, surte a las redes sociales de falsificaciones cada vez más verosímiles e indetectables”, recalca RSF, enumerando los ejemplos de las falsas imágenes de la detención de Donald Trump “que se hicieron virales”.
La ONG también advierte que “la industria de la desinformación esparce producciones manipuladoras a gran escala”, a través de empresas especializadas, a veces por cuenta de gobiernos.
”La información fiable está sumergida bajo un diluvio de desinformación”, abunda Deloire. ”Uno de los mayores retos es aplicar los principios democráticos en este gigantesco mercado sobre la atención y los contenidos”, estima.
Estados Unidos, en el puesto 45°, descendió tres lugares dado que los periodistas locales se muestran pesimistas sobre la situación de la libertad de prensa, a pesar de “la buena voluntad de la Administración Biden”, por el asesinato de dos periodistas en 2022.
Rusia cayó nueve puestos (164°) por haber creado “en tiempo récord un nuevo arsenal mediático para propagar el discurso del Kremlin en los territorios ocupados del sur de Ucrania”, además de un “bloque de silencio” en periodistas independientes y en los crímenes de guerra perpetrados durante la invasión.
Tras la publicación del informe y en el Día de la Libertad de Prensa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, exigió a Rusia la liberación inmediata del periodista de The Wall Street Journal Evan Gershkovich, detenido por una acusación de espionaje hace más de un mes.
Inestabilidad en América Latina
En América Latina, la remontada de Brasil es excepcional. Pasó del puesto 110 en 2022 al 92 este año gracias, entre otros factores, a la llegada al poder de Luiz Inacio Lula da Silva, “que ha prometido mejorar la situación” de hostilidad a los periodistas que se daba con Bolsonaro.
No obstante, en el mapa de la libertad de prensa, la región ya no tiene ningún país en verde, es decir con una situación “buena”.
”La polarización y la inestabilidad institucional” que afectan a varios países de la región “fomentan la hostilidad y los recelos hacia los medios”, advierte RSF.
Costa Rica, que se mantenía como el último bastión en verde, cambia de categoría al retroceder 15 puestos y se sitúa en el lugar 23º, debido a que “el gobierno profirió ataques verbales hacia determinantes medios y periodistas, y ciertas instituciones se negaron a facilitar información de interés público a los medios”.
Perú, donde los periodistas “pagan un alto precio por la persistente inestabilidad política”, según la ONG, cede 33 puestos hasta el 110º. La organización también señala que México (128º) registra el mayor número de periodistas desaparecidos del mundo (28 en 20 años).
Entre los peores clasificados, siguen Nicaragua (158º; +2), donde “los periodistas independientes se ven obligados a trabajar en la clandestinidad o en el exilio”, según RSF, y Cuba (172º; +1).
Venezuela se mantiene en la 159° posición, y Honduras retrocedió cuatro posiciones, hasta la 169°. El Salvador bajó tres lugares (115°) dado a que “el presidente Nayib Bukele ataca y amenaza a los periodistas no afines a su gobierno”.
En los países donde el panorama político es menos inestable, la situación también ha empeorado a raíz del “uso de la desinformación y la propaganda, casi siempre ligado a la violencia en las redes contra periodistas y medios”, apunta el informe. Uruguay (52º; -8) y la Argentina (40º; -11) sufren el impacto de esta tendencia, cita.
La Argentina bajó 11 lugares en 2022 por varios factores que amenazan a la libertad de expresión, como “la fuerte concentración y opacidad de la propiedad de los medios, la polarización, la falta de políticas gubernamentales que garanticen el pluralismo de los medios y la baja remuneración de los periodistas”.
“Este marco favorece las relaciones de poder de facto, facilita que tanto el gobierno como el sector privado utilicen la asignación de la publicidad para presionar a los medios y facilita un uso partidista de los medios estatales nacionales, regionales y municipales”, profundiza.
RSF realiza esta clasificación en base al “recuento cuantitativo de los ataques cometidos contra los periodistas” y a un “análisis cualitativo” a partir de las respuestas de especialistas en libertad de prensa (periodistas, investigadores, profesores universitarios, defensores de los derechos humanos…) a un cuestionario.
Agencia AFP