Héctor Daniel Marchi era hasta hoy el administrador general de la Corte, cargo al que llegó de la mano de Ricardo Lorenzetti, el único de los jueces del Máximo Tribunal que intentó evitar con su voto en disidencia el desplazamiento. Marchi llevava más de 15 años en el cargo, un sillón estratégico desde donde manejaba una caja de 33.365 millones de pesos.
Sobrevivió a los cambios de presidentes de la Corte y a las embestidas de Elisa Carrió, quien lo denunció penalmente. Cuando asumió Carlos Rosenkrantz al frente de la Corte, se lo buscó desplazar, pero en esa ocasión los votos no acompañaron la decisión. Hoy ocurrió lo contrario. Solo Lorenzetti lo respaldó.
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Marchi, santafesino, llegó a la Corte como subadministrador del tribunal a finales de 2003, cuando asumió Lorenzetti como juez de la Corte. Era la manera de neutralizar a Nicolás Reyes, el hábil administrador de la Corte heredado del menemismo. Reyes se retiró y Marchi, que había aprendido a su lado los secretos del Palacio de Justicia, quedó al frente.
Marchi trabajaba con Lorenzetti en asuntos ligados a prestadores del PAMI en Santa Fe. En 2001 llegó a ocupar la Secretaría de Hacienda de la Municipalidad de Rafaela, durante la segunda gestión de Ricardo Peirone, y de allí escaló hasta ser ministro de Hacienda del gobernador Jorge Obeid, peronista como él, aunque hoy Marchi ya no tiene una activa militancia. Rafaela es la ciudad de Lorenzetti.
En la Corte, Marchi concentró la administración y la manejaba desde hacía más de una década con el mismo ímpetu con el que jugaba al fútbol como marcador central en la liga santafecina. Alto, colorado, es conocido por ser un hombre serio, algo parco y un duro negociador.
En 2012, cuando las relaciones entre el kirchnerismo y la Justicia se tensaron, estuvo detrás de la decisión de la Corte de prestarle dinero al Consejo de la Magistratura para pagar sueldos, plata que nunca se devolvió.
Fue el administrador del fondo anticíclico que asciende a decenas de miles de millones de pesos, un respaldo económico que creó Lorenzetti como presidente y que -producto de cómo fue invertido en el mercado financiero- permitió generosas ganancias.
Contador, su paso por innumerables cargos no le impidió a Marchi mantener un obsesivo perfil bajo. En la Corte dirigió el Comité de Inversiones, donde se decidían las obras de infraestructura de la Justicia.
Elisa Carrió lo denunció penalmente en 2016 por prestunto enriquecimiento ilícito, en una causa que quedó radicada en el juzgado del entonces juez Sergio Torres, pero el juez desestimó el caso por inexistencia de delito.