CÓRDOBA.-“Si miramos el precio del dólar a corto plazo, es bajo; si se hace a largo plazo, muestra una economía riesgosa”, describió el economista del Ieral de la Fundación Mediterránea, Gustavo Reyes. Y comparó el dólar con un ticket de entrada al arca de Noé: “Si uno cree que se viene el diluvio universal está dispuesto a comprar a cualquier precio. El de $469 no parece tan caro comparado con momentos críticos, pero si la Argentina volviera a la ‘normalidad’, la inflación le terminaría ganando”.
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“No hay programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Entonces, cada vez se mira más la posibilidad de comprar el boleto para el arca”, ironizó. En una presentación ante empresarios en el auditorio de la Universidad Católica de Córdoba, estimó que la actividad económica caerá entre 4% y 5% anual.
“Falta nada para las elecciones; pedir que este Gobierno haga un plan económico es imposible. Ni aunque quisiera lo puede hacer -repasó-. El que viene debe tener un plan, pero, además, en 2024 los dólares deberían ser más y hay que aprovechar esa oportunidad”. Subrayó que hacer un plan de estabilización con inflación del 6% mensual equivale a “hacer un asado con varias garrafas al lado”.
Repasó diferentes aspectos de la macroeconomía, como inflación, nivel de actividad, recaudación y precios de los bonos argentinos. “La macro argentina empeoró en los últimos meses”, concluyó, y planteó que en términos reales respecto a julio pasado, cuando renunció Martín Guzmán, el dólar estaría en torno a $600.
Para analizar escenarios similares al actual, tomó el período 2008/09, cuando hubo sequía y se contrajeron las importaciones y exportaciones, cayó la actividad fuerte, hubo pérdida de reservas, la recaudación subió (“por la estatización de las AFJP”) y la inflación bajó (“el Central vendió reservas, recibió pesos y no emitió. Eso no pasará ahora”).
Las exportaciones e importaciones están bajando desde octubre del año pasado, no solo las del campo, sino las otras, porque el comercio internacional está ralentizado, porque el dólar oficial está retrasado y por “una de las brechas cambiarias más altas de la historia”.
Respecto de la actividad económica, “en los últimos meses ya está cayendo”. Para el Ieral, bajará entre 4% y 5% este año; seguirá el deterioro de las cuentas fiscales y la pérdida de reservas. Reyes subrayó que es “imposible acumular los US$7000 millones firmados en marzo con el Fondo; ya era obsoleto entonces” y calculó que las reservas netas líquidas ya son “menos de cero”.
“Eso no quiere decir que el poder de fuego del Banco Central sea nulo -agregó-. Puede usar dólares que no son de ellos, lo están usando y lo seguirán haciendo. Tiene en esas condiciones unos US$14.000 millones”.
Sobre si hay posibilidades de que -como en 2008/09- se desacelere la suba de la inflación, el economista lo definió como “muy complejo”. Estimó que para llegar al 80% acordado en marzo con el FMI, debería ser del 3% mensual hasta fin de año. “Imposible”, calificó.
“Roguemos que no se acelere más”, dijo. Calculó que, en el mejor de los escenarios, “se podría mantener entre 6% y 7% mensual”. Sobre qué podría llevar a una hiperinflación, Reyes sostuvo que la clave es el escenario político y la posibilidad de quedarse sin reservas.
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Para ponerle contexto a la Argentina, describió que, a nivel mundial, baja el riesgo y los dólares están regresando a los países emergentes; la inflación baja en Estados Unidos, pero en Europa todavía se requiere de más suba de tasas, por lo que habrá una apreciación del euro. En lo que hace a la actividad, hay una mejora generalizada de expectativas, aunque el crecimiento “será poco, pero no habrá recesión, como se esperaba”.