Guerra en Ucrania: Rusia da un giro y acepta recibir al enviado del papa Francisco para hablar sobre la paz

ROMA.- Algo se está moviendo en torno de la diplomacia internacional y de la “misión imposible” del cardenal italiano Matteo Zuppi, que por voluntad del papa Francisco intenta frenar la guerra en Ucrania y que con este objetivo en los últimos meses protagonizó una maratón por las capitales más importantes del tablero geopolítico.

Justo cuando Zuppi concluyó su visita a Pekín (13 al 15 de septiembre) donde ayer se reunió con Li Hui, representante especial de Asuntos Euroasiáticos del Ministerio de Relaciones Exteriorses de la superpotencia china, en forma inesperada llegaron señales alentadoras desde Moscú. Según la agencia de noticias rusa Tass, el canciller, Sergei Lavrov, habló de un regreso o segunda visita a Moscú del cardenal Zuppi, a quien recibirían para discutir la crisis ucraniana.

“El Vaticano continúa con sus esfuerzos. El enviado papal va a volver (a Rusia) pronto. Estamos listos para encontrarnos con quien sea, estamos listos a hablar con quien sea”, dijo Lavrov, según Tass, durante una mesa redonda sobre el futuro de la crisis ucraniana. El canciller no dio ninguna fecha de esta posible visita del cardenal Zuppi a Moscú. Su anuncio resultó una novedad porque todo el mundo recuerda que cuando estuvo en la capital rusa, en junio, Zuppi no fue recibido ni por Lavrov ni por Vladimir Putin sino por un funcionario de mucho menor rango, el consejero diplomático del Kremlin, Yuri Ushakov y por Maria Llova-Belova, la ministra rusa para los niños.

Encuentro en China

En esta inesperada segunda vuelta, que implica que, evidententeme, la misión de Zuppi no ha llegado a su fin, sino que avanza, las cosas serían distintas. Esta novedosa apertura del Kremlin llegó justo al día siguiente de que el cardenal Zuppi tuvo una reunión clave en Pekín y en vísperas de un viaje del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, a Estados Unidos.

Según un comunicado del Vaticano, el encuentro entre Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y Li Hui, representante especial para los Asuntos Euroasiáticos, se desarrolló “en un clima abierto y cordial”. La reunión estuvo centrada en “la guerra en Ucrania y sus dramáticas consecuencias, subrayando la necesidad de unir los esfuerzos para favorecer el diálogo y encontrar caminos que lleven a la paz”, indicó el comunicado del Vaticano. “Además se habló del problema de la seguridad alimentaria, con el auspicio que pronto se pueda garantizar la exportación de cereales, sobre todo a los países más bajo riesgo”, agregó.

Zuppi, arzobispo de Bolonia, de 67 años, en declaraciones a TV2000, el canal de la Conferencia Episcopal italiana y recién vuelto a Italia después de la etapa china, confirmó la inesperada apertura de Lavrov, que consideró “importante porque la paz se hace dialogando y encontrando los espacios posibles y necesarios”. “Seguramente es una declaración positiva que va en la dirección auspiciada por el papa Francisco”, agregó.

El cardenal viajó a Pekín el martes, después de haber participado en Berlín en un convenio sobre la paz organizado por la Comunidad de San Egidio, movimiento católico desde hace años muy activo en la resolución de conflictos, sobre todo en África, al que pertenece. Titulado “La audacia de la paz”, ese convenio también contó con la participación del canciller italiano, Antonio Tajani y el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, entre otros.

En esa ocasión, en diálogo con la prensa Zuppi destacó que lo suyo no era una mediación –que tanto Rusia como el gobierno ucraniano siempre rechazaron-, sino “una misión para ayudar” a acercar a las partes y a crear condiciones de diálogo, al margen de colaborar en todo lo humanitario, que tiene que ver con el intercambio de prisioneros y el regreso de los cientos de miles de niños deportados a Rusia. Además, admitió las dificultades y habló de la importancia de que pudiera alcanzarse una paz “elegida por los ucranianos, con las garantías, el compromiso y el esfuerzo de todos”.

Como enviado especial del papa Francisco, Zuppi viajó a principios de junio a Kiev, donde fue recibido por Zelensky, y luego a Moscú, donde no fue recibido por Putin. A mediados de julio viajó a Washington donde fue recibido en la Casa Blanca por el presidente estadounidense, Joe Biden, que respalda sin medias tintas a Ucrania. Y con su última visita fue a Pekín, potencia que siempre ostentó una posición ambigua, pero en los hechos más bien aliada al país agresor, Rusia, evidentemente abrió ulteriores desarrollos.

El vocero de la cancillería china, Nao Ning, dijo que “China siempre se ha comprometido a promover la paz y las conversaciones y está dispuesta a colaborar con todas las partes”.

La visita de Zuppi a Pekín también es considerada importante en el marco de las difíciles relaciones entre la Santa Sede y la superpotencia asiática, que no tienen relaciones diplomáticas formales desde 1951, cuando irrumpió el régimen comunista. Si bien en 2018 por voluntad de Francisco el Vaticano y China firmaron un delicado acuerdo sobre la designación de obispos, la reunión de Zuppi y Li Hui, fue la primera en la que las dos partes trataron temas políticos internacionales y no estrictamente religiosos.

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