La diputada nacional Graciela Ocaña se sumó hoy a la pelea por la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad de Buenos Aires. Después de meditar la decisión durante varios meses, la líder de Confianza Pública, una fuerza que se incorporó a Cambiemos en las legislativas de 2017, volverá a competir en el territorio porteño. Hace apenas dos años había escoltado a Diego Santilli en la lista bonaerense de Juntos por el Cambio para la interna con Facundo Manes.
“La hormiguita”, como la apodó Elisa Carrió, confirmó esta mañana su postulación como jefa de gobierno, un viejo anhelo en su carrera, y confía en sus posibilidades de disputar el voto oficialista en la base electoral de Pro. Hasta ahora, Ocaña, quien fue titular del PAMI, medirá fuerzas en las PASO con una larga lista de aspirantes de Juntos por el Cambio (JXC). Ya están anotados Jorge Macri, Fernán Quirós y Soledad Acuña, en representación de Pro. En tanto, Martín Lousteau buscará arrebatarle al macrismo su bastión con el respaldo de la UCR. Y Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos), aliado de Patricia Bullrich a nivel nacional, también se subirá al ring.
Otro municipio dio de baja al IOMA como obra social obligatoria de sus empleados
Si bien compitió en las últimas dos contiendas electorales en la provincia, Ocaña, que estuvo al frente de la cartera de Salud y ocupa una banca en el Congreso, vive en la ciudad de Buenos Aires. De hecho, fue legisladora porteña hasta 2017.
En Confianza Pública consideran que tienen “potencial” para fortalecer su papel en el distrito porteño. Se convencieron de que la candidatura de Ocaña era la mejor estrategia para posicionarse después de evaluar los números de las encuestas. En principio, la “hormiguita” competiría por el voto del centro y podría pescar en la misma fuente que Lousteau. A Jorge Macri, en cambio, le preocupa la presencia de López Murphy, quien competiría por las adhesiones del sector de la derecha y liberal.
Una de las claves para que Ocaña se decidiera es que Larreta dispuso que la ciudad de Buenos Aires no desdoblará sus comicios y elegirá sus autoridades bajo la modalidad “concurrente”. En otras palabras: las elecciones en la ciudad se realizarán en la misma fecha que las nacionales, pero mediante sistemas diferentes: para los cargos locales se utilizará el voto electrónico, y para los nacionales, las boletas y urnas tradicionales. Así, los candidatos a jefe de gobierno irán separados de los presidenciales, como pedía Lousteau, que enfrenta a Jorge Macri como candidato a suceder a Larreta.
Después de las grandes transformaciones de los últimos años empieza una nueva etapa en la Ciudad de Buenos Aires. Venimos a fortalecer Juntos por el Cambio, sumando nuevas propuestas que tengan como centro al ciudadano. pic.twitter.com/OmajZJp2mD
— Graciela Ocaña (@gracielaocana) April 26, 2023
En Confianza Pública intuyen que el cambio de sistema de votación en la ciudad los beneficia ya que, de esa forma, no necesitan negociar con Pro o la UCR para colgar su boleta de un presidenciable competitivo. Tampoco tienen estructura suficiente ni despliegue territorial para fiscalizar en todo el distrito. La Boleta Única Electrónica les facilitó esa tarea.
Ocaña habló con Larreta para avisarle que se lanzaría. Y el jefe porteño le dio el visto bueno. ¿Complica más a Lousteau que a Pro? Durante la campaña la extitular del PAMI intentará levantar el eslogan de “Graciela Suma” y marcará sus diferencias con sus competidores. El eje de sus propuestas será facilitar la vida diaria a los vecinos. “La política pública tiene que estar basada en el vecino”, afirman.