La fragilidad de la situación económica se aceleró en los últimos días, luego de que el Indec publicara que la inflación mensual de marzo (7,7%) fue mayor a la esperada. El dato fue la confirmación de que la Argentina entró al año electoral fuertemente afectada por la sequía, que puso en jaque el “Plan Llegar” del Gobierno. Esta situación no pasó desapercibida en los bancos internacionales, que alertaron sobre el aumento de los desequilibrios económicos del país en los últimos informes que enviaron a sus clientes.
El banco de inversión J.P. Morgan, por ejemplo, publicó que la estrategia de “salir del paso” de la Argentina quedó comprometida. “El arrastre de la sequía afectará la actividad económica, tanto directamente, a través del shock de oferta, como a través del endurecimiento de los controles de importación. Además de eso, los desequilibrios macroeconómicos no hacen más que crecer, aumentando la probabilidad de un golpe financiero más significativo antes del ciclo electoral, a medida que el Gobierno agota sus opciones. De hecho, el desequilibrio monetario, que hemos resumido en dos métricas (la relación entre los pasivos del Banco Central [BCRA] y las reservas internacionales y la relación entre los pasivos remunerados y los no remunerados) solo se ha deteriorado en los últimos meses”, dijo.
Según la entidad, de los 40 países de todo el mundo en donde hace proyecciones de la actividad económica y de la inflación, la Argentina será el de peor performance este año. El J.P. Morgan estima una caída de 3,3% del PBI y un índice de precios de 122,2%. Para el año próximo, proyecta que la economía caerá 1,7% del producto y la inflación llegará al 150,3%.
“Sin espacio político para implementar un programa de estabilización adecuado, la estrategia de salir del paso está a punto de exacerbar los desequilibrios existentes, con la estanflación entrando en una nueva fase de tendencias divergentes de inflación y crecimiento: inflación más alta y crecimiento real más bajo. Nuestro caso base es un PBI anual con un promedio de -3,3%”, escribieron los economistas Diego Pereira y Lucila Barbeito.
La entidad advierte sobre el creciente déficit del Estado, que señala como la principal causa que impide estabilizar la inflación, ya que implica que el Tesoro siga dependiendo del financiamiento del Banco Central. De hecho, según sus proyecciones, el BCRA financiará al Tesoro por el equivalente al 4,6% del PBI: 0,6% es el máximo financiamiento directo que permite el FMI, y el 4% del producto restante saldrá de la compra de deuda en el mercado secundario y del programa dólar soja.
“En 2023, el costo cuasifiscal aumentaría a 7,5% del PBI. En total, estimamos que el déficit del sector público consolidado será 12,7% del PBI, muy por encima del 8,1% proyectado por el FMI, y lejos de la consolidación fiscal necesaria para estabilizar la inflación”, se lee en el informe del J.P. Morgan.
El banco Goldman Sachs, por su parte, analizó el último incremento de tres puntos porcentuales de la tasa de interés del Banco Central, que subió a 81% nominal anual, equivalente a una tasa efectiva anual de 119,4% y de 6,7% de tasa mensual.
“Las tasas reales positivas son un componente clave para la normalización monetaria y financiera y un componente importante del programa del país con el FMI. Sin embargo, la última encuesta del Banco Central muestra que las expectativas de inflación para los próximos 12 meses de los 10 principales pronosticadores aumentaron a 119,6% en marzo. Por lo tanto, en el nuevo nivel, la tasa de política monetaria efectiva real ex-ante sigue siendo ligeramente negativa”, dice el informe escrito por Sergio Armella.
“En general, la credibilidad de las políticas sigue siendo débil y el riesgo de una pérdida aún más grave del control monetario y de precios es alto. Las reservas internacionales se están agotando y los intentos del Gobierno de contener los aumentos de precios no han tenido éxito. La dinámica de la inflación se ha deteriorado y la inercia ha aumentado. Ahora, la alta inflación está profundamente arraigada en los mecanismos de formación de precios y salarios”, agregó.
El banco francés BNP Paribas, en tanto, directamente estima para este año una inflación de 135%, luego de aumentar 25 puntos porcentuales sus proyecciones de un mes al otro, con una expectativa de devaluación del oficial de 8% mensual. “Todavía vemos que el balance de riesgos para nuestros pronósticos está sesgado al alza. No descartamos tasas de inflación mensual de dos dígitos si el Gobierno acelera el ritmo de depreciación de la tasa oficial o si la brecha cambiaria se amplía a los niveles desde julio de 2022 [más de 100%]″, dice el economista Felipe Klein.
En detalle, el banco espera un piso de inflación mensual de 7%, que subiría al 8% en el segundo semestre, debido a tres factores. “El nuevo esquema cambiario implica que el Banco Central compra dólares a exportadores a $300 y vende a los importadores a $215. Esto permitirá probable que conduzca a una emisión monetaria de al menos el 0,7% del PBI”, dice.
Por otro lado, indica: “El Gobierno también podría aplicar un plazo de 90 días al régimen de tipo de cambio preferencial a varios otros productos agrícolas, que representan alrededor del 7% exportaciones. A diferencia de la soja, estos productos tienen un impacto directo en la canasta del IPC, lo que implica que los riesgos están sesgados a una tasa de inflación del 8% mensual en el segundo trimestre”.
Finalmente, dice que “el deterioro del balance externo debido a la sequía y las distorsiones derivadas de múltiples tipos de cambio probablemente restringirán aún más las importaciones. Creemos que esto impulsará a los importadores a aumentar los márgenes en los próximos meses, alimentando los precios transables”.
Informes locales
Los informes de consultoras locales no son muy distintos a los internacionales. La consultora Anker, fundada por el exsecretario de Finanzas Luis Caputo, tituló su último informe “Arrancó la cobertura”, por la creciente demanda de dólares de los últimos días.
“La dinámica de esta semana reflejó que la cobertura de riesgos cambiarios ya comenzó y que aumentó la probabilidad de transitar hacia un escenario inestable un tiempo antes de las elecciones. La incapacidad del BCRA para acumular reservas debilita aún más la demanda de dinero, dejando expuesta a la economía a un riesgo considerable de aceleración en la nominalidad, más allá de cuál sea el evento detonante”, dijeron.
La consultora 1816, por su parte, destacó que la semana pasada se confirmó que la Argentina no solo incumplió la meta de reservas del primer trimestre, sino también la fiscal. “El déficit primario de marzo fue $258.000 millones (pese a que ajustó el gasto primario un 17% en términos reales) y el del trimestre, $690.000 millones, muy superior a la meta de $442.000 millones. Recordar que el target de reservas se había incumplido en US$2000 millones, pese a que el Fondo había flexibilizado la meta en US$3600 millones (es decir, el stock de reservas estuvo a casi US$6000 millones del target original)”, indicaron.
En Econviews, en tanto, se refirieron a la brecha cambiaria: “Las brechas de estos dólares testigo ya superaron el 100% contra el oficial, que incluso aceleró la devaluación a una tasa anualizada de 126%. Dada la forma que se están pagando las importaciones y el miedo al costo de reposición, esta es la amenaza más grande que enfrenta la inflación de mayo”, sostuvieron.