El salario en dólares de los argentinos marca un nuevo piso, acercándose a los valores mínimos que se registraron durante la crisis de 2001 y el Rodrigazo, en 1975. En agosto, entre la incertidumbre electoral por las PASO y la posterior devaluación del tipo de cambio oficial, los dólares libres consolidaron la corrida cambiaria que arrastraban desde comienzos de julio y marcaron récords históricos. Hoy, aunque las cotizaciones paralelas dan signos de estabilizarse, la capacidad de ahorro en moneda dura de los trabajadores quedó deteriorada.
La semana pasada se conoció la actualización del Salario Promedio de los Trabajadores Registrados (Ripte), públicos y privados. En julio, último dato disponible, los ingresos aumentaron un 7,4% (cifra que se encontró por encima de la inflación de ese mes, que fue del 6,3%). Llegó, así, a $324.997,28 brutos.
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Al ajustar ese dato frente al dólar contado con liquidación (CCL, también llamado Cable) libre, una cotización que sirve como una suerte de “termómetro” de la economía del país (alejado del cepo, los controles e intervenciones del Gobierno), significó un ingreso de US$444. El dato fue elaborado por Fernando Marull, economista de FMyA, quien comparó el salario promedio durante los últimos 50 años al tipo de cambio paralelo, descontando la inflación americana acumulada.
La cifra queda muy lejana al pico que se alcanzó en el año 2017, cuando los argentinos cobraban en torno a los US$1832 brutos. En otras palabras, actualmente se percibe una cuarta parte que cinco años atrás. “¿Qué factores explican esta caída? La Argentina post 2015 empezó a hacer algunos ajustes fiscales, a ordenar las cuentas fiscales, monetarias y de reservas. Pero el país se quedó sin financiamiento y esto impactó en 2018 y 2019. En ese período se observa el primer golpe, cuando los salarios cayeron de US$1800 a US$1000, mientras que después de las PASO 2019 tocaron los US$450, valor que se mantuvo durante los últimos cuatro años”, explicó.
Para Marull, el escenario actual se explica por la falta de una moneda confiable, el desorden fiscal que atraviesa la macroeconomía argentina, la escasez de reservas en el Banco Central (BCRA), la actual crisis cambiaria y una inflación que supera los tres dígitos. Ese conjunto de factores impactó en un salto del dólar paralelo, movimiento que no acompañaron los ingresos de los trabajadores.
Al observar qué sucedió con los salarios en los últimos cincuenta años, los valores actuales se encuentran cercanos al piso que se alcanzó durante el Rodrigazo en 1975, cuando fue de US$411. Similar sucedió en la crisis de 2001, tiempos donde los sueldos tocaron los US$419. La cifra más baja fue en la hiperinflación de 1989, cuando se ganaba en torno a los US$134.
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“En el Rodrigazo, había un déficit fiscal muy alto, había problemas de gobernabilidad, no había moneda, faltaban reservas, había congelamientos de precios. En 1989, se atravesó dos hiperinflaciones y eventualmente un cambio de gobierno radical, que fue la transición de Raúl Alfonsín a Carlos Menem, donde se generó un ruido muy fuerte. Si bien hoy la crisis es diferente a la de esos momentos históricos, sobre todo porque actualmente hay mayor gobernabilidad que en esos períodos, al analizar la macroeconomía surgen algunos paralelismos”, señaló Marull.
También se registraron picos históricamente altos. Si bien el último se dio en 2017, durante la convertibilidad en los años 90 el salario promedio tocó los US$1840. Mientras que en 1981 se alcanzó un período de “plata dulce”, cuando los trabajadores llegaron a cobrar una cifra cercana a los US$3000. Duró poco. Meses después, hubo un ajuste que llevó los ingresos a mínimos.
De acuerdo con el economista de FMyA, en los últimos 50 años se pueden ver reflejados los momentos del “boom” argentino, pero que después terminaron en crisis por la “falta de sostenibilidad de estos procesos de recuperación” de los salarios dolarizados. Así se llega a momentos como el de hoy, considerados de “explosión”, donde se encuentra debajo de los US$450.
“En el caso de ‘la plata dulce’, se retrasó mucho el tipo de cambio y el salario en dólares era muy alto para el resto de los países. Los argentinos salían al mundo a comprar cosas, en la convertibilidad pasó lo mismo. Pero si la Argentina es muy cara en dólares, termina teniendo el problema de que fiscalmente requiere endeudamiento. Se aprecia el tipo de cambio, las importaciones crecen más que las exportaciones y se empiezan a perder reservas. Esto termina en crisis cambiarias; es lo que pasó siempre. ¿Cómo se resuelve esto? Con un plan de estabilización exitoso, donde se alcance un punto de equilibrio, que en el país estaría cerca de los US$1000 [el salario promedio]″, concluyó.