En respuesta a la creciente demanda mundial de alimentos y los desafíos del cambio climático, las empresas trabajan en la adopción de medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) sin comprometer la productividad y la calidad. En este contexto, el cultivo de papa hace emisiones de estos gases debido a las prácticas intensivas de labranza, el riego y el uso de altas cantidades de fertilizantes nitrogenados. Por esa razón, una empresa líder en la comercialización de papas compartió detalles sobre su colaboración con otras dos compañías para implementar nuevas herramientas y tecnologías que reduzcan el impacto ambiental de la actividad.
“La disminución de la cantidad total de uso de fuentes convencionales de nitrógeno, como la urea, se puede lograr mediante la incorporación de tecnologías que incrementen la eficiencia en el uso de dicho nutriente y disminuyan las emisiones de óxido nitroso”, destacó Carolina de Lasa Andrés, gerenta de Agronomía de McCain, la empresa que trabaja en conjunto con Yara, Corteva y Amauta para favorecer el equilibrio natural del suelo a través de la agricultura regenerativa.
En rigor, en lo que respecta al trabajo en el campo, explicó que parte de la emisión de los gases tiene que ver con el cultivo en sí, y otra con las labores que se realizan sobre la tierra. Esto último, detalló, “incluye, especialmente, a la fabricación y utilización de los fertilizantes nitrogenados, que generan más del 40% de las emisiones”.
“Durante la producción de fertilizantes se liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera, razón por la cual es importante tener protocolos y tecnología para reducir este indicador. Por otro lado, el cultivo de papa genera elevadas emisiones de estos gases debido al uso de labranzas intensas, de riego y a las elevadas dosis de fertilizantes nitrogenados”, agregó sobre ese tema.
En base a esto, en la empresa informaron que dirigen gran parte de sus esfuerzos a la nutrición del suelo y los fertilizantes que utilizan, para que “la producción de sus cultivos sea lo más eficiente posible y reducir las emisiones de GEI de su cadena de valor”.
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Asimismo, la compañía trabaja en forma conjunta con Yara, Corteva y Amauta, empresas que desarrollan tecnologías que incrementan la eficiencia de uso de nutrientes e impactan positivamente en los indicadores ambientales.
Yara, por ejemplo, se enfoca en la gestión sostenible del nitrógeno a través del suministro equilibrado de nutrientes y la producción eficiente de fertilizantes. “Esto se logra desde su proceso de producción, mediante la utilización de catalizadores que capturan los GEI y evitan que se liberen a la atmósfera, lo que hace que el producto ya tenga una huella de carbono menor de base. Durante su utilización, se gestiona con el uso de fertilizantes de mayor eficiencia de uso de los nutrientes, lo que termina dando un resultado positivo en el rendimiento, calidad, indicadores de sustentabilidad y costos”, precisaron.
Por otro lado, detallaron que decidieron evaluar en conjunto la tecnología de Corteva aplicada al cultivo de papa para luego incorporarla en los sistemas productivos. “Tecnologías como estabilizadores de nitrógeno (nitrapirinas) y/o bioestimulantes, son una opción válida de mitigación de emisiones de GEI, con el objetivo de incrementar los rendimientos (o alcanzar los rindes potenciales) sin afectar los parámetros de calidad”, indicaron.
En el caso de la alianza entre McCain y Amauta, informaron que se centra en los fertilizantes como fuente de aporte balanceado de nutrientes, gracias a moléculas y fracciones orgánicas que optimizan la eficiencia del uso de los mismos, con lo que mejoran los parámetros de rendimiento y calidad y disminuye el impacto ambiental.
“Al atender estos factores, contribuyen a mantener el ambiente más limpio, mejorar la calidad del agua y del aire, tener suministro seguro de alimentos, reducir la presión climática y el riesgo de pérdida de biodiversidad, y ahorrar tierras y costes”, expresaron.
