CÓRDOBA.- Guillermo Cavigliasso el domingo pasado obtuvo un triunfo contundente en General Cabrera con Juntos por Cabrera (77,3% versus 18,2% de Verónica Huppi, de Unidos por Cabrera) y es el nuevo intendente. Lleva varios años dedicado a la política -fue concejal- y toda una vida ligado al clúster de maní. Es gerente de Producción Primaria de Prodeman, una empresa de su familia fundada en 1984, que vende al mundo.
“Los Cavigliasso llevamos el maní en el ADN”, bromean en la familia. La empresa siembra unas 45.000 hectáreas anuales en promedio (entre producción propia, asociada y, además, compran), procesa unas 140.000 toneladas en su planta agroindustrial y exportan alrededor del 90%, principalmente a Europa. Además, producen biomateriales para la construcción.
Santiago del Estero, la provincia donde la propiedad se discute como en el medioevo
El fundador del grupo fue Oscar Cavigliasso, el padre de Guillermo e Ivana (también está en la empresa y es la presidenta de la Cámara Argentina del Maní). En 2010 lanzaron la marca “Maní King” para el mercado interno y, además, para algunas cadenas líderes en el mundo. También cuentan con una planta de bionergía que produce 10 Mw/hora (alcanza para abastecer unos 18.000 hogares) y con la ceniza generan ladrillos.
Cavigliasso, de 41 años, era concejal de la UCR cuando el intendente de General Cabrera, y titular del radicalismo cordobés, Marcos Carasso, renunció para asumir como diputado nacional. Entonces asumió en el cargo y, meses más tarde, el partido lo designó candidato. La UCR lleva 16 años gobernando la ciudad del centro-sur cordobés, a 170 kilómetros de la capital provincial.
“Toda la vida ligada al maní, nací en cuna manicera -dice Cavigliasso a LA NACION-. Llevo unos 12 años acompañando el proyecto político de la UCR en General Cabrera. No como un político de raza, sino como un cabrerense que quiere dejar algo para adelante. Como empresa estamos muy comprometidos con la ciudad, participamos mucho en diferentes actividades”.
Cuenta que en la ciudad se da algo “muy particular”, ya que cuenta con “todos los eslabones de la cadena, desde la genética de la semilla hasta el paquete que sale para la góndola”.
“Incluso tenemos hasta una fiesta local, Sabores del maní”, señala. En esa línea, dice que la Municipalidad “acompaña, se sienta con todos los referentes, analiza proyectos que pueden ser útiles”.
Cavigliasso admite que, cuando se incorporó a la función pública, empezó a “ver las cosas desde otro lugar, desde una comunidad integrada y no solo desde la actividad privada”. Respecto de la relación con los gobiernos provincial y nacional, enfatiza que “hay diálogo” con los dos. “Como empresario conocía ciertos ministerios, pero en este tiempo como intendente tuve mucho más contactos”, sintetiza.
Señala que uno de sus objetivos, cuando fue designado candidato, fue “sumar gente que no sea de la política” y entiende que esa fue una de las claves del apoyo que logró en el escrutinio. “Pesó el equipo de trabajo que armamos; todavía no tengo presentado el equipo de gobierno, pero hay participación”, afirma. Reconoce que “no fue fácil” sumar otros perfiles a la política, pero que avanzó y convocó a quienes, cree, “tienen para aportarle a la ciudad”.
Como intendente mantiene la rutina de trabajar en la Municipalidad una parte del día y la otra, en su empresa. Agradece a su familia el acompañamiento y también: “A la familia empresaria que me da la posibilidad de llevar adelante este esquema. Soy un apasionado del maní y vale hacer un doble esfuerzo porque terminada la gestión hay que seguir en la actividad privada”.
“A la economía del maní la vamos a seguir promocionando; de a poco se va conociendo cada vez más, los argentinos empiezan a comerlo porque lo encuentran -sostiene-. Desde las empresas hemos empujado para ponerlo en su lugar; es un sector netamente exportador, importante en el ingreso de divisas”.
