La alta probabilidad de que el 22 de octubre próximo resulten más votados el candidato de Juntos por el Cambio y Javier Gerardo Milei, con la consiguiente derrota del oficialismo, entusiasma a la mayoría de la población.
Pero la eventualidad de que Milei supere al candidato de JxC, y en consecuencia sea el próximo presidente de la Nación, preocupa a no pocos y aterra a algunos. Como la eventualidad pasó del plano de posible al de bastante probable, apareció una iniciativa: “Hay que frenar a Milei”.
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¿Por las buenas o por las malas? Pequeña diferencia. Frenarlo por las buenas implica que JxC, a partir del 25 de junio, es decir, con las candidaturas definidas, diseñe y comunique un plan de gobierno que a los votantes les resulte más atractivo que el planteado por Milei. Frenarlo por las malas incluye varias alternativas, que usted y yo tenemos en la cabeza, pero que no quiero ni plantear.
Los candidatos o precandidatos presidenciales están hablando demasiado de economía y no solamente en el plano de los objetivos, sino también en el de los instrumentos. Los periodistas les preguntan por la dolarización, el cepo, etcétera, y contestan. No, los quiero semblantear como jefes del Poder Ejecutivo, quienes se ocupan de pocas cosas importantes, dejándole la implementación de las políticas a sus ministros.
Será jodido ocupar la cartera de economía, si Milei es presidente. Pero quien supere el peinado y el show que plantea contra la “casta”, y le preste atención a lo que dice, advertirá la secuencia con la cual piensa introducir las medidas, con las reformas de primera y segunda generación, y finalmente la dolarización. Parecería que para los periodistas es más atractivo hablar de la venta de órganos, la tenencia privada de armas y la dolarización, que de lo que hay que hacer antes de abrir la economía.
No sé qué hay que hacer, decir o callar para ganar una elección, y no parece haber mucha gente que lo sepa. Conozco a Milei desde hace décadas. A los asustados no se me ocurriría decirles que no se preocupen, aunque estoy convencido de que su imagen televisiva es una caricatura de lo cabe esperar de su accionar como presidente de la Nación. El sentido de estas líneas es destacar lo bien que le haría al país que se frenara a Milei con mejores propuestas que las suyas, y que a partir del 10 de diciembre de 2023 él y su gente jugaran un rol importante en la Cámara de Diputados.