Fernández se enteró por la tarde de la maniobra del INDEC y en la Casa Rosada apuntaban a Massa

Nadie se hizo cargo de la medida, pero la postergación de los datos de la inflación dejaron al Gobierno sumergido en una nueva controversia. El ida y vuelta respecto de la medida del INDEC, que finalmente se dio de baja por la polémica, tuvo ayer su correlato político en la Casa Rosada.

El presidente Alberto Fernández se enteró recién esta tarde de la decisión de pasar la difusión de los datos del viernes 12 al lunes 15, tras haber estado en vuelo desde Brasil hasta Catamarca, según confirmaron a LA NACION tres altas fuentes cercanas al mandatario. Eso, a pesar de haber compartido toda la jornada de ayer con el ministro de Economía, Sergio Massa, bajo cuya órbita está el INDEC, que preside Marcos Lavagna, hombre de confianza del titular de Hacienda.

Desde las filas presidenciales las voces se dividieron. Mientras unas echaban mano a argumentos técnicos y legales, otras apuntaban directamente a Sergio Massa. Desde Hacienda intentaban despegarse del sentido político de la maniobra y aseguraban: “Massa no se mete en eso”. La frase sacó sonrisas socarronas en algunos funcionarios de Balcarce 50.

En el atardecer, con la marcha atrás de la medida, se cayeron los argumentos legales que esgrimían desde el Ejecutivo para sostener que la decisión era técnica y no política. La polémica quedó expuesta.

El comunicado final del Indec sostuvo que su director, Marco Lavagna, dejaba sin efecto los cambios y “que se difundirán los informes técnicos en las fechas originalmente establecidas doce meses atrás”. Lavagna “lamentó que la intención de separar el trabajo estadístico del Instituto del proceso electoral fuera malinterpretada y se despertaran suspicacias sobre la integridad de los equipos técnicos del INDEC”. Tras lo que agregó: “Consideramos que es una buena práctica no dar información estadística en medio de la veda pero, dada la controversia ocasionada, las cuatro fechas se mantendrán en su esquema establecido originalmente”.

La postergación de 72 horas eludía dar a conocer una nueva cifra, que se anticipa demoledora, en vísperas de una jornada electoral en 4 provincias: Salta, Tucumán, Tierra del Fuego y La Pampa. El hecho beneficiaba eventualmente a un alicaído oficialismo que, ante un escenario que ellos mismo anticipan adverso en las elecciones presidenciales, encuentra a 19 provincias con sus calendarios desdoblados.

“No estábamos al tanto”, insistían cerca de Fernández y agregaban que, más allá de que no se les haya comunicado, “era facultativo” del INDEC poder hacerlo. “Hay legislación nacional y provincial que prohíbe la decisión”, aseguraban frente a la decisión que luego se revertiría.

“El INDEC es autónomo”, decían en referencia a la decisión del Instituto y agregaban que era “lógico que no se hagan actos de gobierno en veda”. La postura no era compartida por otros funcionarios de Balcarce 50. “¿Acto de gobierno la difusión del INDEC? Mirá vos”, ironizaban.

Muchos coincidían en mirar al Palacio de Hacienda y Massa. “Preguntá en Economía”, fue otras de las respuesta en la Casa Rosada ante la consulta de LA NACION. La respuesta se repetía cada vez con más frecuencia en una sede de Gobierno cuyo poder luce deslucido desde hace meses, pero en especial en las últimas semanas, luego de que el Presidente dio un paso al costado en la carrera electoral.

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