Federico Rodríguez, empresario del sector logístico de Córdoba -desde donde atiende a clientes de todo el país- es el flamante titular de Federación de Cámaras de Comercio Exterior de la República Argentina (Fecacera), entidad en la que se “analiza y debate” la problemática específica de la actividad e interactúa con instituciones como la Unión Industria Argentina, la Cámara de Comercio y Came.
En la Fecacera relevan las dificultades y las oportunidades de mejora existentes en el sector mediante un “debate abierto, amplio y constructivo” que se da en el marco de una entidad que cuenta con una “gran diversidad” ya que los asociados están en casi todas las provincias del país. “Esto nos brinda una visión amplio espectro de las diferentes problemáticas que atañen a cada una de las economías regionales de cada provincia y de cada ciudad. Son muy diferentes los contextos y las problemáticas que tiene para exportar e importar una empresa metalmecánica de la región centro del país, de la que tiene una avícola del Litoral o una alfalfera del sur o una bodega de la región de Cuyo”, puntualiza Rodríguez.
Rodríguez plantea que, entre las dificultades para exportar la mayo es la brecha cambiaria es la principal porque “genera un problema muy grave de competitividad” porque la mayoría de los insumos productivos tienen precios alineados con el valor del dólar paralelo en tanto que “el dinero que recibe un exportador es menor que el valor del dólar oficial”.
Fecacera ratifica que debe “haber un único tipo de cambio y que los recursos y las energías que hoy se dispensan en gestionar las cuestiones relacionadas con la multiplicidad de tipos de cambio existentes se reenfoquen a lograr la mayor estabilidad posible del valor de nuestra moneda”.
-¿Es diferente exportar desde el norte del país que desde el centro o el sur?
-Sin dudas, son muy diferentes los contextos y las problemáticas que tiene para exportar e importar una empresa metalmecánica de la región centro del país, de la que tiene una avícola del Litoral o una alfalfera del sur o una bodega de la región de Cuyo. Cada sector y región tiene sus necesidades específicas y Fecacera es un organismo que conoce esas problemáticas y además de conocerla y comunicarla lo que procuramos es proponer mecanismos de solución. En línea con esta postura hemos elaborado un documento operativo, que ponemos a disposición de todos los interesados en el cual plasmamos tanto los problemas operativos existentes como así también las propuestas de solución. Creemos que le cooperación es mucho más poderosa que la confrontación, por eso es que siempre que vamos a una reunión llevamos además del problema una propuesta de solución.
-¿Cree que la mirada del interior es diferente?
-La cámara está integrada por empresarios de todo el país muy comprometidos que dedicamos una buena parte de nuestro tiempo y de nuestras energías a pensar en cómo podemos hacer para que Argentina vuelva a ser un país pujante, que brinde oportunidades de desarrollo a todos los que habitamos este hermoso país. Nuestro sueño es volver a ser esa Argentina que nos describieron nuestros abuelos y que leemos en los libros de historia que era una potencia económica que estaba a la par de Australia, Canadá y Nueva Zelanda. Creemos que tenemos el potencial para lograrlo. Tenemos muchos casos de empresas locales que han realizado desarrollos de altísimo nivel. Las hay de tecnología médica que desarrollan productos de vanguardia mundial que hoy se producen, se exportan y mejoran la calidad de vida de las personas y la productividad agropecuaria en todo el mundo. Las plantas de biodiesel que transforman nuestra producción primaria en combustible y sub productos de alto valor agregado, o la maquinaria agrícola que ha multiplicado varias veces los índices de productividad en base a las técnicas de siembra directa. Hay muchísimos ejemplos más. El potencial de nuestro país es tremendo solo nos falta organizarnos un poco mejor y tirar todos para el mismo lado.
-”Tirar para el mismo lado” parece complicado en un país dividido por una grieta…
-Por supuesto que a veces nos toca alzar la voz y cuestionar medidas. Lo hicimos hace unas semanas en relación a la RG 5329 que eleva los costos impositivos del comercio exterior, deteriora la competitividad de las empresas exportadoras y agrega un elemento más a la inflación que ya es elevada. Pero son manifestaciones siempre constructivas que persiguen el fin de tener un ecosistema amigable y fértil en el cual el entramado productivo pueda desarrollarse y crecer para que todos los argentinos tengamos más y mejores oportunidades.
-¿Cuáles son hoy las principales dificultades para exportar?
-Son muchas pero se pueden resolver. La brecha cambiaria hoy es la principal porque genera un problema muy grave de competitividad para los exportadores porque la mayoría de los insumos productivos tienen precios alineados con el valor del dólar paralelo en tanto que lo que recibe un exportador es menor que el valor del dólar oficial. Esta brecha enorme deriva en que muchos productos que serían exportables por su calidad y disponibilidad no puedan ser vendidos al exterior porque desde otros países los pueden ofrecer a un precio mucho menor. En Fecacera consideramos que tiene que haber un único tipo de cambio y que los recursos y las energías que hoy se dispensan en gestionar las cuestiones relacionadas con la multiplicidad de tipos de cambio existentes se reenfoquen a lograr la mayor estabilidad posible del valor de nuestra moneda. Sabemos que esto no es fácil de lograr y que en materia económica no hay recetas mágicas. El camino sería delinear un plan económico que, además de atender la coyuntura, tenga perspectivas de mediano y de largo plazo, que genere previsibilidad y estabilidad. Estas serían las condiciones ideales para el desarrollo de nuestra industria y de nuestro comercio exterior.
-¿En el interior hay problemas extras, específicos?
-Al ser un país grande los costos internos de transporte y sus accesorios (la puesta a FOB) son muy significativos. Muchas veces superan en monto al valor del flete internacional. Para optimizar esta variable, consideramos que se puede trabajar en varios sentidos. Por un lado, ampliar la cantidad de puertos operativos en un litoral extensísimo que tenemos y que está sub aprovechado. La mayoría de los contenedores se traen vacíos desde el puerto hasta la ciudad donde se cargan; esto se podría evitar con la creación de puertos secos, en los cuales existiera stock de contenedores vacíos, que se nutriría de las importaciones que estas mismas ciudades también tienen. Lo ideal sería que los contenedores que regresan vacíos a puerto pudieran ir con carga, con la intervención aduanera correspondiente realizada, precintados y que al llegar a puerto directamente suban al buque, sin costos adicionales ni demoras. Esto generaría un ahorro importantísimo en términos de logística. Además, se debe potenciar el flujo aéreo hacia el interior, hacer un mayor uso del ferrocarril, potenciar el sistema de barcazas para conectar los puertos de la costa argentina y la cuenca del Paraná, entro otros. Hay mucho por hacer en materia de logística.
-Con la pandemia los costos de logística internacional se multiplicaron hasta por tres, ¿cómo están hoy los precios y la disponibilidad?
-Como en diferentes sectores, la pandemia de Covid-19 disparó una montaña rusa con picos y valles, hubo escasez de medios y las tarifas se dispararon por exceso de demanda. Después, sucedió lo contrario. Hubo menos actividad y entraron en vigencia las inversiones de las compañías marítimas y hay más oferta que demanda. Las compañías marítimas volvieron a tener pérdidas y ahora estamos en una tercera fase, las empresas recortan la oferta para que la tarifa vuelva a subir. Hoy para el importador y el exportador, el escenario es conveniente después de que en la pandemia pagaron con sangre, sudor y lágrimas.
-Empresarios de diferentes sectores aseguran que hay inflación en dólares y eso complejiza aún más la actividad…
-Hoy hay inflación mundial en dólares lo que no ocurría desde hace varios años. Era muy diferente el escenario en el cual las tasas eran bajísimas o incluso negativas y hoy ronda el 10% anual. Esto determina, por un lado, que la financiación sea más cara y más escasa. Pero por otro, este ejercicio de actualizar precios permanentemente que muchos países no tienen pero nosotros sí, puede verse como una oportunidad. En parte porque es un tablero de juego al cual estamos habituados y en parte porque la inflación de dólares que nosotros tenemos al interno y que anteriormente causaba rechazo por parte de nuestros clientes en el mundo, ahora ya no les resulta tan extraña. Entonces los espacios para revisar y renegociar precios son más permeables que antes y en eso nosotros somos campeones mundiales.
-¿A dónde ven las oportunidades en el mundo?
-La guerra entre Rusia y Ucrania -más allá de la crisis humanitaria- genera de momento una gran avidez de alimentos en los mercados y es, justamente, lo que más producimos y exportamos. Tenemos una enorme oportunidad en este contexto y debemos aprovecharla. El sector de la energía es otra; desde el gas y el petróleo que se extrae en Vaca Muerta hasta el litio del norte argentino serán, si los sabemos explotar, fuentes de grandes oportunidades para nuestro país en los próximos años. Todo esto nos alienta a pensar que si hacemos las cosas bien, la Argentina tiene oportunidades para salir adelante. Si jugamos en equipo y nos trazamos objetivos comunes y claros, podríamos estar a las puertas de un ciclo de crecimiento muy positivo y muy virtuoso para nuestro país y para nuestra sociedad. Por el contrario, si apostamos al individualismo es posible que esta sea una nueva oportunidad desaprovechada.
-El Mercosur es un mercado importante para las exportaciones de muchas provincias, ¿cómo está hoy?
-Todos coincidimos en que es un desarrollo que no muestra avances significativos desde hace bastante tiempo y es una pena porque si evolucionara sería un bloque regional con muchísima potencialidad. Lo que está faltando, desde nuestra perspectiva, es que haya un debate respecto de cuáles son las posibles sinergias y las complementariedades reales que existen entre los países miembro y de la mano de esto delinear una matriz productiva como bloque en la cual definamos qué sectores productivos va a promover y proteger cada país y cuáles son los otros productos que actualmente necesitamos traer desde extrazona. La Argentina también debería definir un plan estratégico productivo con ese mismo enfoque, de largo plazo, que ofrezca previsibilidad y reglas de juego claras. Así se promovería el interés de los inversores internacionales que apostarían más fuerte por la Argentina y también por el Mercosur.