SANTA FE.- Las lluvias volvieron a ratificar que la provincia de Santa Fe tiene tres regiones productivas bien diferenciadas. El sur de los granos, el centro de la leche y el norte de la ganadería. Los registros pluviométricos fueron “generosos” en el centro y en el sur, pero en el norte hay zonas de los departamentos 9 de Julio, Vera y General Obligado donde la sequía sigue brillando después de tres años y marcando a fuego a los productores.
“Estamos por entrar al invierno; dentro de dos meses esto va a ser desesperante”, aseguró Daniel Bosch, jefe de la Agencia de Extensión Rural Garabato de INTA, departamento Vera, 312 kilómetros al norte de esta capital.
En esa zona llovió muy poco para la época del año que se está y sigue sin modificar nada a lo que se viene señalando como una verdadera catástrofe para el productor de la región. Según se explicó, la sequía continúa ahondando la situación de extrema fragilidad de los productores.
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Bosch comentó que, si bien hubo algunos aportes de humedad, las represas siguen secas y la proximidad del invierno mantiene encendida la luz de alarma ante lo que se anticipa será un drama mayor cuando las heladas –que comenzaron esta semana- terminen con los pocos brotes de forraje natural.
Además, nadie desconoce las derivaciones de la situación socio-cultural y el déficit de infraestructura que se observa claramente en aquellos distritos más próximos a Chaco que a la capital provincial. Como sucede en la Cuña Boscosa o los Bajos Submeridionales, donde las familias rurales tienen una gran proporción del stock animal en la informalidad, lo que plantea incertidumbre porque se ocultan cifras y la asistencia generalmente es insuficiente. A ello hay que añadirle la falta de mantenimiento de caminos, muy evidente cuando fue necesario aumentar el acarreo de agua en grandes cisternas, lo que derivó en la destrucción de alcantarillas aún no repuestas.
Bosch indicó que hubo chaparrones en algunos lugares pero el agua duró tres días en las represas ya que se filtró todo por las rajaduras del suelo. “Debería llover 40 o 50 milímetros por semana para que la tierra se expanda lo suficiente, esas grietas se cierren y se pueda comenzar a acumular agua”, precisó. Sin dudas, difícilmente eso ocurra en los próximos 10 días. Es más: el poco pasto tierno que había se terminará en estos días como consecuencia de las heladas.
“Estamos por entrar al invierno; dentro de dos meses esto va a ser desesperante y no hay recursos con qué cubrir eso; así de triste es la situación”, insistió.
Campos pelados
Desde otra zona, varios productores indicaron ante este diario que “no se pueden cuantificar las pérdidas; basta con mirar detenidamente los rostros de los productores para darse cuenta lo que sucede y lo que vendrá”, apuntaron, mientras siguen dependiendo de la ayuda de las entidades para el acarreo de agua a campos “pelados” donde los animales mueren de a decenas semanalmente.
En sus declaraciones, Bosch comentó que “hay productores que venden terneros a $100 menos el kilo porque no quieren estar inscriptos ya que consideran que el Estado les saca todo. Miremos los números: con el valor de dos terneros en blanco pagaban todos los trámites para formalizar el establecimiento para todo el año; por más que sea pequeño y tenga 10 terneros, con 2 gana plata estando en blanco. Y si bien hay situaciones complejas, como predios en procesos sucesorios, es una cuestión más cultural. Si se le busca una solución a esto, se podría mejorar muchísimo”.
Por su parte, Sara Gardiol, titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa FE (Carsfe), entidad que cumplió 85 años, consideró que la sequía modificó parte de la economía santafecina y del país. “Supongo que el gobierno se ha dado cuenta la importancia de lo que aporta el sector y las actividades vinculadas. Por eso, si los políticos no toman esto como ejemplo y le prestan atención, quiere decir que no están para el cargo que pretenden desarrollar. Al productor le sirvió para analizar costos, analizar cómo estaba trabajando, ver dónde hay que tener cuidado, es decir, replantearse su empresa. Quienes vayan a gobernar tienen que replantearse esta situación”, señaló.
Otro panorama
En cambio, en los departamentos del centro y sur de esta provincia el panorama es muy diferente. Las lluvias fueron abundantes y mejoraron los perfiles de agua en los suelos permitiendo el desarrollo de las tareas agrícolas, particularmente las del proceso de cosecha de soja tardía y algodón y progresivamente el movimiento de equipos en la implantación del trigo de la nueva campaña.
Los profesionales que asisten a los productores analizaron y evaluaron nuevas planificaciones, insumos disponibles, fechas de implantación, variedades, ciclo para cada lote o establecimiento, los futuros pronósticos climáticos y las situaciones económicas de cada productor, para la toma de decisiones finales: siembra o no siembra.
Según pudo saber este diario, la intención de siembra de trigo alcanzaría las 450.000 hectáreas, por lo que registraría un incremento de 80.000 hectáreas con respecto a las del año anterior, que fueron 370.000, lo que sería un 18 a un 20 % más de superficie cubierta.
Finalmente, el gobierno provincial recordó que prorrogó el estado de emergencia y/o desastre agropecuario desde el 1° de junio y hasta el 30 de septiembre de 2023 para todas las producciones agropecuarias y extendió la fecha límite para la presentación de declaraciones juradas de daños hasta el 30 de este mes. Los que deseen alcanzar los beneficios de la Emergencia y/o Desastre Agropecuario deberán completar una Declaración Jurada de daños y pérdidas económicas y productivas en el siguiente link: https://www.santafe.gov.ar/emergencia-agro/.