Gustavo López, consultor de la Fundación Producir Conservando, alertó sobre el “estancamiento en el complejo granario” en el último tiempo.
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“Vemos una caída sustantiva del área sembrada en el complejo granario”, mencionó en el seminario “Argentina, ¿potencia o decadencia?”, organizado por la entidad, donde presentó los números del último quinquenio.
Si se compara 2018/2019 versus 2022/2023, se pasó de una superficie total de 37,4 millones de hectáreas entre cereales y oleaginosas a un nivel de 36,3 millones de hectáreas la última campaña. “Hubo una caída sustancial”, apuntó.
“No se había visto una reducción bastante importante en la producción por materia arancelaria y el impacto en el clima, donde tendemos a una suerte de estancamiento en la producción del complejo granario”, señaló.
En cuestiones arancelarias, la soja tiene una carga de retenciones del 33% mientras que cereales como el trigo y el maíz están con el 12%. La cadena de la soja, vale recordar, viene insistiendo en la necesidad de una reducción de los derechos de exportación.
En este contexto, la sequía de la actual campaña “tuvo un efecto bastante nocivo que llevó a reducir el área sembrada”. Se pasó de 37 millones de hectáreas en total en 2021/2022 a los 36,3 millones de hectáreas antes mencionadas.
Para López, contra los 133,2 millones de toneladas de producción del último ciclo, en el actual se recolectarán 82,8 millones de toneladas. Para destacar, el récord productivo fue en 2018/2019 con 142,2 millones de toneladas de granos.
Sobre la situación actual de la soja, donde además de pérdidas de rindes hay mermas en la calidad, afirmó: “Básicamente, en el caso de la soja hay mercadería que no está en óptimas condiciones y a la hora de exportarla es más dificultoso lograr porcentajes adecuados de producción”.
“Si se hace un análisis de los últimos 20 años, que es el momento donde vuelven a aparecer las retenciones, en el complejo oleaginoso vemos que el ciclo 2022/23 es un desastre, porque hablamos en torno a los 20 millones de toneladas [de cosecha de soja]”, afirmó. El año pasado la producción de soja superó los 42 millones de toneladas.
Si bien la exportación del ciclo será la menor en 15 años, hay un precio FOB esperado un 34% más alto versus el promedio del período que ayuda a evitar una caída más pronunciada.
“En 2002 nos hacíamos un primer planteo de qué iba a pasar en 2010. Nos planteábamos una hipótesis de 100 millones de toneladas [de producción total], porque se venía de 60 millones de toneladas y finalmente se dio”, explicó.
Con el Gobierno actual, según comentó terminarán ingresando US$140.000 millones como aporte del agro, algo menos de un tercio de un PBI. La cifra de recaudación por retenciones trepará a US$30.000 millones, 24% del total del periodo que se tomó para el análisis. López remarcó que desde el regreso de las retenciones se recaudaron cerca de 126 billones de dólares.
En tanto, se prevé una proyección de cosecha en torno a los 165 millones de toneladas para el ciclo de 2030. No obstante, explicó que para que esto se de se tienen que rever una serie de restricciones. Entre las jurídicas pasar tener un marco legal estable. En el caso de las macroeconómicas, conseguir estabilidad cambiaria, una eliminación de los derechos de exportación y de otros impuestos distorsivos. También sacar los cupos de exportación o volúmenes de equilibrio.
