WASHINGTON.- Un juez federal sentenció este jueves a Stewart Rhodes, el fundador de la milicia ultraderechista Oath Keepers, a 18 años de prisión por “sedición”, la sentencia más grave hasta ahora por el asalto al Capitolio.
“Usted representa una amenaza persistente y un peligro para el país”, dijo el juez federal Amit Mehta al justificar la severidad de la pena contra el líder miliciano. “La conspiración sediciosa es uno de los delitos más graves que puede cometer un estadounidense”, añadió.
Rhodes, de 58 años, es el primer acusado por el ataque del 6 de enero de 2021 en ser sentenciada por conspiración sediciosa, y su sentencia es la más larga dictada hasta ahora en los cientos de casos de disturbios en el Capitolio.
Los Oath Keepers participaron, con un arsenal de armas, en el asalto al Capitolio realizado por los partidarios del entonces presidente Donald Trump, el 6 de enero de 2021, en respaldo de los dichos del exmandatario de que la elección de noviembre anterior estuvo amañada en su contra.
“Usted es inteligente, carismático y convincente y eso es francamente lo que lo hace peligroso”, dijo Mehta, rechazando la afirmación de Rhodes de que era un “prisionero político”.
La sentencia no alcanzó los 25 años que pretendía el gobierno, aunque Mehta aceptó el argumento de que el plan de los Oath Keepers para impedir violentamente que Joe Biden fuera presidente se asimilaba al terrorismo.
Rhodes, con un parche en el ojo y vestido con su mono naranja de prisionero, defendió de manera desafiante sus acciones en apoyo de Trump. “Soy un preso político”, dijo al compararse con el famoso disidente soviético Aleksandr Solzhenitsyn. “Mi único crimen es oponerme a quienes destruyen nuestro país”, agregó.
Proud Boys
El caso de Rhodes fue la primera acusación importante que cayó sobre un miembro de estas milicias presentes en las revueltas del Capitolio. Varios miembros del también grupo de ultraderecha Proud Boys, entre ellos su jefe Enrique Tarrio, fueron también declarados recientemente culpables de conspiración sediciosa, mientras esperan sentencia.
Durante semanas, la acusación mostró mensajes en redes sociales, correos electrónicos, videos y registros de llamadas para evidenciar la coordinación entre los acusados antes, durante y después del ataque. Las pruebas reflejan que algunos de ellos viajaron juntos hasta Washington y escondieron armas en Virginia.
“No nos temerán hasta que lleguemos con los rifles en la mano”, escribió Rhodes en uno de estos mensajes en vísperas del 6 de enero. Posteriormente, en una de las grabaciones que se presentaron como pruebas se le podía oír lamentarse de no haber estado más y mejor armados aquel día.
Rhodes se mostró prolífico en comentarios de este tipo durante aquellos días. En otro mensaje, este antiguo paracaidista del Ejército afirmó que el día 6 debían, “con o sin Trump”, evitar que clavasen “el último clavo en el ataúd de esta república”.
Durante su turno de defensa, Rhodes -que no entró en el Capitolio- intentó de todos modos desvincularse de los hombres que tuvo a su mando, a quienes llamó “estúpidos” por irrumpir de aquella manera en la sede de la democracia estadounidense. “No tenía ni idea de que algún Oath Keeper estuviera pensando en entrar o que entraría”.
Agencias AFP, DPA y AP