Bien temprano, en Bajo Hondo, al sur de Sáenz Peña, Chaco, Denis Konsimal se subió al tractor para iniciar la jornada de trabajo. Nunca olvida su armónica y su anotador, ya que es en la cabina donde tiene sus momentos de mayor inspiración. Así escribe música para “Vía Fuerte”, la banda de música que tiene junto a su hermano Milton. Ambos, productores agropecuarios, trabajan principalmente con algodón, aunque hacen también otros cultivos. Además de tener su propio campo, brindan servicios.
“No llevo la guitarra porque no puedo meterla adentro de la cabina. Allí, en mi cabeza, va surgiendo la letra; la empiezo a tararear mientras saco mi anotador. Ahora también las grabo en notas de voz en el celular para registrar la melodía”, cuenta.
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Los hermanos, que combinan su vida de músicos con la de productores, crean sus propias canciones al estilo country. Denis toca la guitarra y Milton canta y toca el bajo. Tienen sus propios álbumes.
Amalgamar su faceta de músico y la de productor no es sencillo. La época más sacrificada es la de cosecha. “Esos días llegamos a casa tipo nueve o diez de la noche. Nos bañamos, ponemos a ensayar hasta las cuatro de la mañana, dormimos dos horas y salimos de vuelta al campo”. Sin embargo, aclara: “Es cuestión de hacerse su tiempo porque, si querés, podes”.
Fue su padre el que le transmitió su fanatismo por la música country. Denis aún conserva los cassettes amarillos que le trajo a su hermano y a él de regalo de Estados Unidos con temas de Kenny Roggers, Dolly Parton, Alan jackson. “Era un apasionado y nos lo metió a nosotros en la cabeza. Ahora a donde yo vaya el country va conmigo. Lo escucho todo el día, en la camioneta, en la máquina, en los tractores”, comenta.
Esta pasión sigue trascendiendo las generaciones. Ahora son sus hijas quienes continúan con el legado. “Yo les digo a ellas que me veo reflejado”, confiesa. Es que, a la misma edad de la más chiquita, él tuvo su primera presentación ante 2000 personas, pero no fue hasta los 12 que empezó a tocar con su guitarra.
“Aprendí a los cachetazos porque no existía la tecnología que hay ahora; entonces era más difícil acceder a la música o estudiar un instrumento. Cambió mucho”, comenta.
En 1998, un conocido los invitó a que toquen en un casamiento y desde esa noche nunca más dejaron de hacer música juntos. Primero grabaron un disco en crudo en 2005. En 2010 llegó el segundo, un poco más profesional, y ahora trabajan en el tercero con cuatro temas, que van a grabar durante el verano. Siempre con letras de autoría propia. “Es muy raro que hagamos un cover, a mí me gusta hacer tocar lo mío”, indica.
Las canciones que Denis escribe son un reflejo de él y de su vida: “Hay canciones que escucho después de diez años y me doy cuenta de lo que estaba pasando cuando las escribí. Es muy lindo lograr que el que la escuche también se sienta tocado o reflejado en esa letra o melodía”.
Para él es esencial mostrarse siempre auténtico. “Amamos el campo, vivimos para él y eso nos gusta transmitir en nuestra música. Es decirle a la audiencia que así como en ese momento estamos tocando con traje, hacía un rato habíamos estado llenos de tierra, quizás arriba de un tractor o una cosechadora”, dice.
Esta nota se publicó originalmente el 28 de diciembre de 2021