Iván Werning es un reconocido economista argentino, que hace años investiga y da clases en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Por la mañana, ofreció un seminario en español y por Zoom para hablar sobre “dolarización y sus efectos macro de corto plazo”. Entre los economistas que participaron y le hicieron preguntas estaban Guillermo Calvo, Domingo Cavallo, Federico Sturzenegger, Martín Uribe y Pablo Guidotti.
Werning escribió recientemente un paper sobre el tema, junto a los economistas Tomas E. Caravello y Pedro Martinez-Bruera, luego de que el candidato presidencial Javier Milei planteara a debate público la posibilidad de abandonar el peso y abrazar el dólar como moneda de cambio.
“La gente está muy harta de la inflación y por eso se concentra en los beneficios del corto plazo de dolarizar. Por eso me parece relevante plantear que hay algunos problemas con la transición hacia la dolarización y sobre los efectos inmediatos después”, dijo el economista a modo de introducción.
Explicó que hay dos nociones de escasez de dólares. La primera, que es la más discutida entre los analistas económicos, es que no hay suficientes dólares para absorber todos los pesos en circulación, sin que haya una disparada previa del tipo de cambio, que se trasladará a precios e inflación.
La segunda, explica Werning, es que está mal plantear que “en el colchón” (fuera del sistema), los argentinos tienen ahorrados más de US$200.000 millones que darán liquidez a la economía luego de la dolarización, porque están muy concentrado en pocas personas, que no usarán todo es dinero para el consumo.
“Está mal hablar en el ex ante como que lo único que importa es el tipo cambio de mercado, porque eso es endógeno. Es como que te queme la casa y te la compre a precio de mercado, maestro. Es de película de mafioso. Cuando hablamos de esto, tenemos que afilar esa discusión. Puede ser increíblemente inflacionario en la transición anunciar la dolarización con una escasez absoluta de dólares. No vale hablar de que te voy a cubrir al tipo cambio de mercado, porque si la cantidad absoluta no es suficientemente holgada, vas a tener mucha inflación”, advirtió.
La segunda advertencia se centró en los efectos luego de dolarizar, donde señaló que las personas “no van a cobrar lo mismo en dólares que cobran hoy”, ya que al haber pocos dólares en circulación, hará falta una devaluación mayor.
“Si hay una escasez de dólares después de dolarizar, el tipo de cambio real se tiene que depreciar, y eso implica ganar menos en dólares. Si no ocurre esa depreciación real, va a haber una recesión. Así que de una manera u otra, va a haber algo a tener en cuenta, y especialmente para algunos sectores de la población”, dijo.
“Finalmente, recordemos que esa depreciación real se da de un saque o por ahí se da lentamente, dependiendo, y después hay una recuperación en el precio, así que va a haber inflación después de dolarizar”, dijo.
De hecho, Calvo, el economista e investigador de la Universidad de Columbia, había recordado unos minutos antes que Ecuador, luego de dolarizar su economía, tuvo una inflación relativamente alta durante casi un año.
“Estoy necesitando ampliar un poquito el paraguas y hacerme la pregunta de por qué mucha gente está pensando seriamente en la dolarización. Es porque viene de una situación de la política monetaria que no pueden confiar. Desde la vuelta de la democracia, la Argentina ha estado acompañada por las tasas de inflación más altas de la historia”, dijo Calvo.
El economista utilizó la teoría de time inconsistency (incosistencia temporal) para explicar la situación argentina actual, en la que todos los políticos toman decisiones según su conveniencia de corto plazo, en vez de pensar en las ventajas de largo plazo.
“Lo ve uno como están los políticos o cómo está [Sergio] Massa moviéndose hoy en día. Sería interesante levantar un poco la vista y preguntarse cuál es la mejor manera de estabilizar la economía bajo estas condiciones. Y tengo dos grandes instrumentos, uno es la monetaria y la otra es la fiscal. Y acá me hago otra pregunta: ¿qué hacemos con la inflexibilidad de la parte fiscal que tiene que pasar por el Congreso?”, reflexionó.
Calvo luego señaló que “pagar tasas de interés sobre el dinero”, como se está haciendo con las Leliq, ya se vio durante la hiperinflación de Raúl Alfonsín, “que fue un resultado de una cosa muy similar”. Y contó una anécdota para demostrar que en la Argentina siempre se barajan las mismas soluciones “ingeniosas”.
“Cuando estaba en el FMI, Roque Fernández me invitó al Banco Central cuando se estaba discutiendo el plan Bonex [1989]. Empezamos a hablar, y al rato entra un empleado del banco que traía un decreto escrito por Cavallo, que había estado en el Banco Central unos cuantos años antes [en 1982]. Lo que quiero decir es que ya tenemos una tradición. ¿Querés hacer una cosa así? Ya está, sale en un ratito”, opinó.