David Lacroze, padre e hijo, y Martín Facundo Lisazo utilizan tres herramientas para aumentar significativamente la producción y la rentabilidad de las empresas ganaderas que gerencian en Salta y en Corrientes: 1) generación de una muy buena base forrajera y correcto aprovechamiento mediante pastoreo rotativo con alambrado eléctrico; 2) armonización de la oferta estacional de pasto con los requerimientos nutricionales de la hacienda mediante el cálculo permanente del balance forrajero; 3) agregado de valor a los animales al venderse como reproductores en vez de hacienda general.
La firma Agromelú del Norte tiene campos en Las Lajitas y Tolloche en la provincia de Salta, y en Corrientes. Alli desarrollan planteos de cría, recría y cabaña, con la que vende 2000 hembras por año.
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El campo de las Lajitas recibe alrededor de 800 milímetros de lluvia anual como promedio, con régimen monzónico, con pico en enero e invierno seco. La temperatura media mensual de enero es de 25,1°C. Los suelos son franco arcillosos y franco arenosos. En Tolloche llueven 500-600 con igual régimen. La temperatura media mensual de diciembre y enero es de 28°C. Los suelos son franco arenosos y franco limosos.
Los tres pilares
La empresa tiene muy buenos resultados productivos y económicos que provienen de la combinación de tres pilares fundamentales.
La base forrajera está constituida principalmente por el gatton panic, que genera gran producción de forraje de calidad desde noviembre está abril, para secarse en invierno. “Hace muchos años hacíamos pastoreo diferido del gatton en invierno, pero teníamos baja performance animal; por eso, en los últimos años cambiamos el planteo y hacemos rollos con el excedente primaveral, que se aprovechan en invierno suplementados con concentrados proteicos, lo que da un mejores indicadores productivos”, afirma David Lacroze, un empresario con amplia trayectoria agropecuaria, que llegó a ser presidente de la Junta Nacional de Granos.
La segunda viga maestra del planteo es el cálculo minucioso de los requerimientos de los animales y de la oferta forrajera por suministrar a lo largo del año. “Mediante planillas que permiten calcular el balance forrajero, en vez del masomenómetro, podemos armonizar la oferta estacional de pasto con los requerimientos de la hacienda”, explica Lacroze. Un ejemplo: una vaca adulta requiere entre 7 a 12 kilos de materia seca por día según esté en condición seca o con ternero al pie. Por su parte, el gatton panic puede producir de 1600 a 11.000 kilos de materia seca por hectárea y por año según las lluvias. Con esos datos, y con los registros de precipitaciones de cada campaña, “se pueden confrontar requerimientos animales y oferta de pasto de modo que se pueda mantener una buena condición corporal de las vacas a lo largo del año y un buen desarrollo de las terneras para reposición y de la recría de los machos”, expresa Lacroze.
En esta instancia cobra particular relevancia el pastoreo rotativo con alambrado eléctrico. “Con el aprovechamiento intensivo del forraje duplicamos la carga animal del campo en los últimos años; es como tener dos empresas”, se entusiasma el empresario.
“Hacemos módulos con parcelas de dos hectáreas de gatton, que se pastorean con 250-300 vacas durante un día, tras lo cual vuelven a los 45 días en verano y a los 70 días en invierno”, añade.
La cría se desarrolla sobre gatton panic en el 90% de la superficie, con un complemento de grama rhodes. El servicio transcurre durante enero y febrero, con pariciones en octubre y noviembre sobre gatton ya verde. “Los índices de preñez fueron subiendo de 85% hasta 95% con un promedio de 92% para los últimos años”, cuantifica David Lacroze (h).
La merma preñez-destete también viene reduciéndose en la medida que mejora el sistema productivo: del 12% bajó a 7% en vacas, al pasar de potreros grandes de monte a lotes más chicos con pastoreo rotativo y mejores planes sanitarios.
En Agromelú del Norte se cuida mucho el estado de las vacas, para que entren bien al invierno luego del destete, porque desde abril a septiembre el gatton permanece seco y debe complementarse con concentrados proteicos. “En años normales, los terneros permanecen al pie de la madre siete meses y con seca, hasta los cuatro o cinco”, indica Lacroze (h).
Los terneros se destetan con 160-170 kilos según años y pasan dos meses a corral con rollos o silaje de gatton panic y suplementación proteica hasta los 200 kilos. En ese momento -habitualmente mayo- se los larga a lotes de gatton panic diferido y sales proteicas (con una ganancia de 250 gramos por día) o con dos kilos de semilla de algodón (400 gramos por día). Cuando vuelven las lluvias en primavera, esos animales siguen a campo (600g/día) y salen recriados en marzo-abril, cuando se venden con 330 kilos a frigoríficos y feedlots que los engordan para exportación.
Las hembras destetadas también van a un corral de recría, pero con dietas que tienen 70% de silaje de gatton panic, 15% de maíz y 15% de soja más núcleo mineral. Con esa alimentación engordan 700-800 gramos por día, para llegar con 320-340 kilos al entore de diciembre con 15 meses. A esa edad se inseminan y luego se les da repaso con toros a campo. Durante el segundo invierno también se les suministra una suplementación con dos kilos por cabeza de semilla de algodón dos meses antes y dos meses después del parto, a modo de apoyo.
“Hace 10 años que hacemos servicio de 15 meses, que permite desarrollar un animal precoz; hoy el 70% de la camada que entra a servicio llega a los 15 meses; el resto se entora en otoño”, diferencia Lacroze (h).
Las vaquillonas de 15 meses reciben semen de toros de bajo peso al nacer, como Pirayú. También se inseminan todas la vacas “cabeza” de parición con semen de Sorpresa y Cautivo. El primero fue Gran Campeón Nacional con 10 meses de edad y Cautivo fue Gran Campeón Macho Nacional en 2022.
