“Algo tenemos que inventar”: una frase y un viaje al exterior los hizo crear un negocio novedoso

En los recreos de las maratones de estudio de Joaquín Arzubi Borda y Julián Torres en su camino a convertirse en agrónomos había una frase que era recurrente: “Algo tenemos que inventar”. En 2017, con el título en mano, ambos habían elegido caminos diferentes en otros países. Sin embargo, después de un año, la vida los volvió a juntar y esa idea que rondaba en sus cabezas siendo estudiantes tomó forma. A mediados de 2018 fundaron Kelpie, una empresa de medición y gestión del recurso forrajero.

Torres cuenta que ambos decidieron ir a vivir una experiencia al exterior. Arzubi Borda se fue a Australia en donde trabajó en un campo ganadero en Bingara, NSW. Mientras, él se desempeñaba en un tambo en Rotorua, Bay of Plenty, Nueva Zelanda.

“Ahí entendí que el correcto manejo del forraje es la base para eficientizar un sistema productivo ganadero”, señala. En julio de 2018, mientras recorría una feria en Nueva Zelanda, Torres se encontró con un sensor que medía disponibilidad forrajera georreferenciando la información.

Ese desarrollo quedó grabado en su cabeza. Al tiempo, la vida lo volvió a cruzar con Arzubi Borda. Habiendo los dos vivido sus experiencias en otros países, coincidieron en que había muchas herramientas que se usaban y que todavía no estaban disponibles en la Argentina.

Era momento de empezar a gestar ese “algo” y fue así que trajeron el sensor y comenzaron a brindar servicio de medición de pasto a campo, pero ese primer desarrollo mutó.

Nos dimos cuenta de que no era suficiente proveer al productor sólo el dato de cuánto pasto tenía, sino que lo que necesitaba era una herramienta que interprete esa información, que lo dirija y le de directamente una recomendación o un parámetro para tomar la decisión”, detalla.

“Es una catástrofe”: empezaron a cosechar y se encontraron con algo peor a lo esperado

Así fue que desarrollaron un software que, además de decirle a los productores cuánto pasto tienen, les indica en función de eso qué cantidad de hacienda pueden meter en un lote o cuántos días hacer pastorear en una determinada superficie, entre otras cosas.

De esta manera, se convirtieron en una plataforma que brinda a sus usuarios, a partir de los datos productivos que registran- sobre disponibilidad forrajera, movimiento de hacienda, eventos, sanidad, variables de los lotes, entre otros-, indicadores y parámetros para tomar decisiones y mejorar la planificación de los circuitos del pastoreo.

Actualmente tienen más de 300.000 hectáreas registradas en el país. Poseen usuarios en Uruguay, Paraguay y los Estados Unidos. Facturan más de US$100.000 al año.

“Al principio iba a ser todo más artesanal, por eso no necesitábamos tanta inversión, empezamos con lo que habíamos ahorrado en el viaje, pero cuando se transformó en el software incorporamos a dos socios que son, a la vez de inversores, asesores que nos van guiando. Llegamos a un nivel de desarrollo muy alto por lo poco que invertimos”, cuenta Torres.

También trabajaron en un algoritmo de estimación de disponibilidad forrajera remota con imágenes satelitales para dar con exactitud en cada punto del lote cuánto pasto tiene y, en función de ese valor, dar la recomendación.

Para ello trabajaron durante tres años en la construcción de la base de datos. Se midieron 539 lotes en más de 30 localidades de Entre Ríos, Buenos Aires, La Pampa y Córdoba. Validaron la información a campo.

“Esa base tiene más de 2.100.000 de datos. Gracias a eso y al equipo de data science llegamos a tener una precisión altísima y, por eso motivo, tenemos el sustento técnico para decir esto anda”, comenta.

Esta nota se publicó originalmente el 20 de febrero de 2022

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