ASUNCIÓN.– A menos de media hora del centro de Asunción, donde la frondosa vegetación avanza sobre las dispersas construcciones, vive Efraín Alegre, el candidato a presidente de Paraguay por la Concertación. En una sala abarrotada de libros y con todo tipo de diplomas en las paredes, el aspirante liberal recibe a LA NACION en la casa en la que seguirá instalado los próximos años, incluso si ganara las elecciones del domingo próximo.
Aclara que, a diferencia de los presidente colorados, no se mudaría a Mburuvicha Róga, la residencia oficial. “No necesito que el Estado me mantenga con privilegios y con grandes gastos que significan más de 15.000 millones de guaraníes al año [unos dos millones de dólares]”, dice el exministro de Obras Públicas y Comunicaciones, de 60 años.
La decisión, explica, es un acto de austeridad en consonancia con lo que predica. Pero también una forma de diferenciarse de sus principales rivales, el candidato del Partido Colorado, Santiago Peña, y el líder y mecenas del partido Horacio Cartes, contra quien desplegará todos sus cañones en cada oportunidad que pueda durante la entrevista.
-Es la tercera vez que se postula a la presidencia, ¿qué le hace pensar que esta vez el resultado será distinto? ¿Qué cambió?
-Cambiaron muchas cosas. En primer lugar, estamos en una gran concertación de 40 organizaciones políticas, 150 organizaciones sociales. Hay una gran unidad de todos los sectores. Tenemos un país que está colapsando, tenemos un modelo clientelista, sustentado en la corrupción, que viene desde la dictadura de Stroessner y que termina por colapsar con la presencia del crimen organizado, con la presencia de Horacio Cartes que es el [Pablo] Escobar Gaviria paraguayo. Entonces estas elecciones realmente se convierten en la definición del Paraguay de los próximos 20 años.
-¿No teme que la convivencia de tantas fuerzas tan distintas represente un impedimento para la gobernabilidad?
-No, eso es lo que plantea precisamente el continuismo, Cartes, Peña. Sin embargo, es todo lo contrario. La pluralidad es nuestra fortaleza. Vamos a tener un gabinete de lo más diverso en función a la integridad, a la capacidad y la idoneidad para el cargo. Estamos cansados del sectarismo, de la visión del Paraguay de un solo color. El candidato de Cartes dijo hace poco que lo importante no era estudiar sino estar afiliado para acceder a cargos. Precisamente ese es el modelo que tenemos que cambiar. Tenemos que terminar con tantos privilegios. Hay un pequeño sector que se apropia de toda la riqueza, que está viviendo con salarios extraordinarios cuando hay gente que no tiene nada. Entonces ese es el sentido del cambio que proponemos, el sentido de la igualdad.
-Usted hace mucho hincapié en Cartes, pero él es una sola persona, y la corrupción y el crimen organizado son problemas estructurales muy grandes y muy enraizados en el país. ¿Cómo piensa abordarlos?
-Cartes es la cabeza del modelo, es el jefe. Él ha consolidado un modelo que venía de mucho tiempo. Lo que él hace en 2013 es incorporar la presencia del dinero de la ilegalidad, del crimen organizado, en el Estado. Y no lo decimos nosotros solamente, está procesado en Brasil, en Colombia, en Estados Unidos. Él es un hombre que tiene problemas con la comunidad internacional, no puede salir del Paraguay, si sale irá preso. Sin embargo, en Paraguay, que es el centro de todas sus operaciones, no tiene ningún proceso porque tiene controlada a la Justicia. El verdadero poder del proyecto del continuismo es Horacio Cartes, no es Santiago Peña, que no maneja ni un parlamentario.
-Es llamativa la cantidad de productos argentinos que pasan la frontera de manera ilegal e inundan el mercado paraguayo. ¿Cómo impacta el contrabando en la economía paraguaya? ¿Y qué planea hacer al respecto?
-Y bueno eso también es parte del modelo. No hay que olvidar que el jefe del contrabando es Cartes, del contrabando de cigarrillos. Detrás de eso están las armas, está todo vinculado. Y para eso están debilitadas las instituciones, para evitar el control. Nos afecta terriblemente, pero no solamente afecta a la industria y el comercio, afecta al desarrollo rural. El contrabando ha impactado tremendamente al pequeño productor. Hoy Paraguay está perdiendo 1000 millones de dólares por año solamente para abastecer el mercado en productos frutihortícolas, que es precisamente lo que nosotros sabemos hacer, y todo esto producto del contrabando.
-Con la narrativa de fraude instalada y precedentes como los de Brasil y Estados Unidos, ¿teme que algo así pueda suceder en Paraguay?
-Nosotros somos un pueblo pacífico, decente. Puede haber algunos violentos desde luego, desde el sector vinculado a la ilegalidad. Sin embargo, creo que toda esa fuerza ciudadana, esa gran expectativa, ese gran entusiasmo es una garantía de que el proceso va a llevarse en los trámites naturales, como corresponde, tenemos fe de que así va a ser.
-Paraguay logró separar su economía de la política y de los políticos de turno, con un crecimiento sostenido y una estabilidad macroeconómica envidiables para algunos países de la región. ¿Propone también cambios en esa área?
-Sí, es cierto que el equilibrio macroeconómico que tenemos es una oportunidad, pero el gran desafío para que Paraguay pueda capitalizar las oportunidades que ofrecemos en cuanto a equilibrio macroeconómico, recursos naturales, energía, en cuanto a todas las condiciones para los negocios, nos falta una cosa importante: la justicia, la seguridad jurídica. Y eso lo podemos dar nosotros, no ellos, porque ellos son parte del problema. Nos falta recuperar el Poder Judicial, ese es un gran desafío que vamos a tener en el próximo gobierno.
-La Argentina también atraviesa un año electoral, ¿cree que un eventual cambio de gobierno en nuestro país podría ser conflictivo para usted en caso de alcanzar la presidencia? De hecho, la precandidata Patricia Bullrich le ofreció la intendencia de La Matanza a José Luis Chilavert…
-Sí, escuché. Y bueno… tiene una popularidad y alguna simpatía en la Argentina. Me parece que puede ser atractivo de repente en una candidatura allá. Pero con respecto a las relaciones con la Argentina, Paraguay está por encima de los gobiernos, por encima del sector político que esté en el gobierno, nosotros sabemos que las relaciones con las Argentina las tenemos que cuidar y fomentar desde todo punto de vista.
-¿Cuáles piensa que son los principales desafíos que enfrenta la región?
-El principal desafío es la integración. Creo que si vemos un poco el proceso del Mercosur, no digo que hayamos fracasado, pero los tiempos definitivamente señalan de que se ha puesto en tela de juicio. Por eso Uruguay plantea negociaciones independientes y eso debe alertarnos. Creo que debemos ponerle tiempo al proceso de integración. Nosotros posiblemente somos el país que tenemos mayor apertura a todos los mercados siendo el más pequeño, y finalmente los más grandes son los más reacios.