En varios sectores, el teletrabajo se convirtió en una exigencia de los candidatos a ocupar puestos laborales

MADRID.– Guillermo Espinosa de los Monteros trabaja en una empresa tecnológica que le permite desarrollar el 75% de su tarea en su casa. “Yo doy por sentado el teletrabajo. Que me impongan ir a la oficina o qué días debo acudir me parece inconcebible”, dice este madrileño de 33 años. Cuando hace búsquedas de empleo en LinkedIn añade un filtro para que solo le aparezcan ofertas que posibiliten el trabajo remoto. “No aceptaría ninguna oferta sin teletrabajo, creo que no hay salario que justifique una presencialidad del 100%. En mi sector ya es rarísimo que las empresas no contemplen el teletrabajo”, enfatiza.

Los datos confirman esa percepción: el 61% de las vacantes del sector de informática y telecomunicaciones publicadas en Infojobs incluyen alguna forma de teletrabajo, según datos de 2022 de la plataforma. Aunque en general el teletrabajo está estancado e incluso descendiendo –en España tiene modalidad remota el 12% de los trabajadores, según Adecco–, en algunos sectores se ve impulsado, entre otros motivos, porque hay tantas empresas que lo ofrecen que los trabajadores y los postulantes están en posición de poder de exigirlo.

Francisco Hortigüela, director general de la Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información, Telecomunicaciones y Contenidos Digitales, ve “difícil” que las compañías de su sector rechacen la modalidad: “La gente quiere teletrabajar. Si en una empresa te dan la posibilidad y en otra no, lo normal es que elijas la primera oferta. Hay que mimar el talento”. Hortigüela dice que si el teletrabajo afectase negativamente a la productividad en su sector entendería que las empresas no lo facilitasen, pero dice que eso no pasa. “Si los resultados son los mismos y facilitas la vida de las personas, rechazar el trabajo remoto te puede generar problemas de captación de personal”, afirma.

Es un análisis similar al que hace Margarita Álvarez, de la Asociación de Marketing de España. En su sector, el 33% de las vacantes ofrecen teletrabajo. “En esta actividad, como en muchas otras, hay una guerra por el talento. Tienes que poner todas las armas disponibles encima de la mesa para llevarte a los mejores. Y el porcentaje de personas que pide flexibilidad es muy alto, así que si no lo facilitas pierdes esa guerra. Es importante llegar a un punto intermedio para que los mejores quieran venir o seguir contigo”, indica Álvarez, que percibe que incluso las empresas más “tradicionales” se están viendo “obligadas” a adaptarse. “En las entrevistas siempre nos preguntan por la flexibilidad y las opciones de teletrabajo”, agrega.

“Claramente, hay sectores en los que las compañías se ven forzadas a ofrecer el teletrabajo y los candidatos pueden exigirlo. Vemos que cada vez más, sobre todo entre los jóvenes, el trabajo remoto es un pilar fundamental, valorado tanto como el salario”, añade Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs. Fuentes del sector bancario hacen un diagnóstico parecido: “Profesionales de determinadas áreas manifiestan un mayor interés por teletrabajar, sobre todo en las actividades más relacionadas con la tecnología”.

Víctor Pérez, consultor de 33 años, teletrabaja toda su jornada. “Hace poco recibí una oferta en LinkedIn. Precisaban que el puesto era 100% presencial. Contesté que ahora mismo de ninguna forma me plantearía un proyecto sin teletrabajo. Cada empleo es un mundo, pero el mío y mi sector lo permite perfectamente, así que no me parece aceptable que no se facilite”, expresa. Y reconoce que si una empresa no ofrece trabajo remoto “renuncia” a postularse.

Según el informe de Infojobs, junto a las empresas tecnológicas y las de marketing y comunicación, las que más teletrabajo ofrecen en sus vacantes son las de comercial y ventas, de finanzas y banca, de recursos humanos y de atención al cliente. Estos datos coinciden, con matices importantes, con los de los sectores cuyos trabajadores creen que su actividad se puede desarrollar de forma remota. Según el último informe sobre teletrabajo del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, de 2022, los sectores en los que más se puede desarrollar el teletrabajo son información y telecomunicaciones, actividades inmobiliarias y firmas financieras y de seguros. El informe contrapone este dato con otro muy relevante: cuántos trabajadores habían disfrutado de alguna forma de teletrabajo en su actividad hasta entonces.

La correlación entre la posibilidad de teletrabajar y las vacantes que ofrecen teletrabajo o la proporción de empleados que han teletrabajado no es perfecta. Hay una vinculación, pero se aprecian diferencias importantes. Por ejemplo, en las actividades inmobiliarias un 87,2% de los empleados dice que podría teletrabajar, pero solo un 37,1% ha teletrabajado y eso solo se ofrece en el 21% de las ofertas (Infojobs incluye a la construcción en este apartado, lo que reduce aún más el porcentaje).

El responsable de Digitalización de UGT, José Varela, cree que, a igual posibilidad de teletrabajo, la diferencia clave en la implantación en cada sector se debe al nivel de oferta y demanda de mano de obra: “Si en un sector hay escasez de candidatos, la empresa se ve obligada a acceder a lo que pidan. Y viceversa: si hay más candidatos que ofertas, la empresa puede defender más su posición”. Y cree que el tamaño de la compañía es otro factor diferencial: “En las grandes empresas observamos una mayor implantación del teletrabajo porque hay una cultura laboral más expansiva. Dentro de esas grandes empresas también se ven diferencias por departamentos. En los relacionados con la tecnología hay más tendencia a facilitarlo”, explica. La especialista de Infojobs agrega que los sectores que ya fomentaban el teletrabajo antes del Covid-19, como el tecnológico, son los más avanzados hoy. “Durante la pandemia, muchos sectores comprobaron que el teletrabajo funciona, sobre todo cuando es híbrido y combina la presencialidad y lo remoto. Los sectores que ahora no aceptan esta realidad lo acabarán haciendo”, considera.

Resistencia generacional

Espinosa de los Monteros cree que la resistencia al teletrabajo en los sectores que podrían desarrollarlo es una cuestión “generacional”. “Muchos jefes piensan que su tarea es tener controlado a cada empleado, estar atentos a qué hacen cada minuto. Es esa idea tan tóxica la que fomenta el presencialismo: que si no te ven, no estás trabajando, que te miren mal si te vas a las 18:45 aunque ya hayas cumplido tus objetivos”, añade este madrileño, que gestiona un equipo de 40 personas. “El teletrabajo no tiene freno. Lo que estamos viviendo ahora son las resistencias típicas al cambio. Cuando los mandos vayan rotando hacia las nuevas generaciones, el presencialismo desaparecerá”, dice.

Solo un 32% de los trabajadores, según la encuesta de Infojobs, defiende fórmulas sin teletrabajo, frente al 54% que apuesta por modelos híbridos y el 14% que pide un sistema completamente remoto.

El responsable de Digitalización de UGT desarrolla más la idea planteada por Espinosa de los Monteros: “La resistencia está en los cargos intermedios y superiores que temen por su existencia, por lo que no conocen. En los convenios en los que estamos consiguiendo incluir el teletrabajo el elemento más refractario siempre son ellos. Necesitamos que se instale la cultura del trabajo por proyectos, que quede claro que estar constantemente en la oficina no te hace mejor trabajador”. Con todo, es pesimista. “Observamos una caída del número de empleados que teletrabajan y de la intensidad con la que lo hacen (número de días permitidos). Esperábamos que avanzase más rápido”, admite.

Pérez, el consultor, afirma que recibe ofertas de trabajo casi diariamente. “Para lo que yo hago hay más necesidad de trabajadores que candidatos, así que las empresas están más abiertas a ofrecer teletrabajo. Pero no debería ser así. Se debería poder teletrabajar siempre que se pueda. Si la actividad no lo permite, obviamente no, pero si se puede es ir contra el futuro y contra la conciliación”, concluye. Su mujer está embarazada, así que últimamente tiene que acudir a menudo al médico. “Ahora más que nunca estoy viendo la importancia que tiene en mi vida. Cada dos por tres tenemos que ir al médico y así puedo hacerlo sin problema, con muchas más facilidad –explica–; no sé cuánto me tendrían que multiplicar el sueldo para aceptar una oferta sin teletrabajo, muchísimo”. © El País

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