En Pro creen que María Eugenia Vidal buscó preparar el terreno para declinar su candidatura y competir por la Ciudad

¿Un paso previo a bajar su candidatura presidencial? ¿Una jugada que deja la puerta abierta a una eventual postulación a jefa de gobierno porteño? ¿Un globo de ensayo para recuperar centralidad política? María Eugenia Vidal sorprendió ayer al universo de Pro, incluso a varios de sus lugartenientes, cuando propuso que los dirigentes del partido que aspiran a disputar la Presidencia o competir por la sucesión en la Ciudad o el sillón de Dardo Rocha en la provincia de Buenos Aires declinen sus candidaturas como una manera de alcanzar un acuerdo que permita aplacar el conflicto interno en Juntos por el Cambio y garantizar la unidad del espacio con vistas a los próximos comicios.

Luego de que Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta evitaran respaldar el planteo de Vidal y ratificaran sus ambiciones presidenciales, sobrevuela en la cúpula del principal partido opositor la idea de que la exgobernadora prepara el terreno para declinar su precandidatura a presidente. En el larretismo y el bullrichismo coinciden en que el pedido que impulsó la diputada nacional es impracticable a esta altura del proceso electoral. Y especulan que Vidal procura encontrar una salida decorosa y favorable para un eventual renunciamiento. Ella insiste en que aún no definió su futuro -incluso, hoy se mostrará como presidenciable en el Foro Llao Llao, adonde viajó junto a Hernán Lacunza y Darío Nieto– y que comunicará su decisión a fin de mes o a principios de mayo.

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Otros jefes de Pro sospechan que Vidal dejó abierta la posibilidad a pelear por la sucesión de Larreta en la Ciudad ante la chance de que pierda fuerza la candidatura de Jorge Macri, ya sea por falta de acuerdo para que sea el postulante único de Pro -Larreta se resiste-, una eventual impugnación judicial o porque el primo del expresidente no garantice un triunfo en la interna contra Martín Lousteau (UCR). Sin embargo, Vidal rechaza esas especulaciones. Insiste ante propios y extraños en que no piensa ir a la Ciudad y que prefiere hacer su aporte al espacio opositor desde el ámbito nacional. Hasta deja entrever que le entusiasmaría ser ministra. Quienes la frecuentan admiten en la intimidad que la única forma de que la exgobernadora podría aceptar volver a competir en el territorio porteño es que Mauricio Macri, Bullrich y Larreta le pidan que ponga el cuerpo para sostener la hegemonía de Pro en la Capital.

En la cúspide de la fuerza circula la idea de “repensar la estrategia” en la Ciudad para garantizar un triunfo en el bastión macrista y disipar la amenaza radical desde que Larreta optó por convocar a comicios “concurrentes”, una maniobra que incrementó las posibilidades electorales de Lousteau.

En el entorno de Vidal aseguran que la única razón de que ella haya propuesto al resto de los referentes de Pro que bajen sus candidaturas es que le preocupa la escalada del conflicto interno en JxC. Le inquieta, ante todo, la falta de articulación y conducción política en medio de la aceleración de la crisis económica y la profundización del mal humor social con la clase dirigente. Para Vidal, las peleas internas en JxC tienen un único beneficiario: Javier Milei (La Libertad Avanza). No hubo un plan premeditado detrás del mensaje de unidad de la exgobernadora, quien desde meses machaca que la coalición opositora debe enfocarse en la discusión programática para consolidarse como una alternativa de gobierno. Intuye que muchos de sus socios sienten que la elección “ya está ganada”, por lo que se disputan el poder. En cambio, ella visualiza el riesgo de que el Pro y JxC pierdan la oportunidad de volver a la Casa Rosada.

Por eso, dicen quienes hablaron con ella durante las últimas horas, propuso una “solución” para aplacar las tensiones por la competencia. “Está sin mochila y dice lo que piensa. El Pro siempre definió las candidaturas en una mesa”, afirma uno de los colaboradores de Vidal.

Federico Angelini, sucesor de Bullrich al frente de Pro, también le quitó relevancia al tema. “Está bien su expresión, pero es una opinión personal, no tiene ningún tipo de injerencia en el resto de los candidatos. No es algo que se vaya a discutir en el Pro”, apuntó Angelini en diálogo Radio Late.

Allegados a la exgobernadora relativizan que Larreta y Bullrich hayan rechazado el planteo y ratificado sus candidaturas. No lo interpretan como un traspié político. Al contrario, celebran que Vidal haya ocupado parte de la centralidad con un mensaje que sintoniza con una de las principales demandas del electorado de JxC: mantener la unidad para derrotar al kirchnerismo en las urnas.

“Tiene buenas intenciones, pero lo veo complicado”, comentó Macri desde República Dominicana cuando lo consultaron sobre la propuesta de Vidal. Al fundador de Pro le preocupa el nivel de belicosidad en su partido, pero parece resignado a que solo la competencia de las PASO servirá para ordenar el tablero. Aún sigue decepcionado y molesto con Larreta por su decisión sobre la forma de votación en la Ciudad, pero intentó clausurar la disputa ante la opinión pública. De hecho, minimizó en la intimidad la chicana de Elisa Carrió, quien deslizó que el expresidente quiere romper JxC y sellar un acuerdo con Milei. Por estas horas, Macri se ocupa de recordar que él no impuso a su primo, Jorge, como candidato en la Ciudad, sino que fue Larreta quien lo incorporó tras las elecciones legislativas de 2021. De hecho, Macri no estaba de acuerdo con el pase de Diego Santilli a Buenos Aires y apuntalaba al extinto Grupo Dorrego, que supo conducir su primo, para frenar la avanzada de los larretistas porteños.

Sorpresa

“¿Por qué dijo esto?”, inquirían ayer en el seno del vidalismo en pleno revuelo por el pedido de Vidal a sus socios de Pro para que bajen las candidaturas. Poco después, la exgobernadora explicó en charlas cerradas que proponía una alternativa para detener el internismo que desgasta a la marca de JxC. Con miras a la negociación por el cierre de listas, la tropa de Vidal en Buenos Aires aguarda con ansias su definición.

Cristian Ritondo, aspirante a gobernador, se encamina a confluir con el esquema de Bullrich en la provincia. Ritondo encabeza el grupo de vidalistas que orbitan cerca del macrismo y del armado bullrichista, como Santiago López Medrano, Alejandro Finocchiaro, Alex Campbell, Alejandro Gómez o Martín Yeza. Por eso, la exministra demora la unificación de su oferta electoral en el distrito más influyente del país, donde Larreta empuja a Santilli. En Buenos Aires, la titular de Pro en uso de licencia impulsa las candidaturas de Joaquín de la Torre, Néstor Grindetti y Javier Iguacel. Ya encargó una encuesta presencial y podría definir durante los primeros días de mayo.

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Distanciado de Larreta, Ritondo ya avisó que si Vidal no juega, apoyará a Bullrich como candidata a presidenta. En caso de que la exgobernadora declinara su postulación, surgirían nuevas incógnitas en Pro: ¿sellará un acuerdo con la exministra de Seguridad o se mantendrá en una posición neutral y liberará a Ritondo para no romper con Larreta?

En un sector del vidalismo se entusiasman con la chance de que revea su decisión de no ser candidata a jefa de gobierno. “Algo está pasando en su cabeza, por eso, dejó abierta la posibilidad. La sensación en Pro es que la opción de Jorge [Macri] quedó debilitada con la decisión de Larreta”, afirma uno de los dirigentes que más la conoce. Incluso se entusiasman con que brote un “operativo clamor” en Pro para convencerla.

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