En plena campaña, la incógnita en Córdoba es cuánto impacta la interna de Juntos por el Cambio con Schiaretti en el medio

CÓRDOBA.- La campaña para elegir gobernador tomó más temperatura. Sintió el impacto de la interna desatada a nivel nacional en Juntos por el Cambio (JxC) por la propuesta de Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales de sumar al sector del peronismo de Juan Schiaretti. Como todavía la perinola está girando, en ninguna de las dos partes se animan a decir qué candidato salió más beneficiado: si Martín Llaryora (Hacemos Unidos por Córdoba) o Luis Juez (Juntos por el Cambio).

Claramente, Juez ocupó el centro de la escena, en un ambiente de debate en el que le resulta cómodo moverse. Su decisión de ir a la reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio el lunes le dio aire y protagonismo. Al día siguiente compartió estrado con Mauricio Macri. Aunque ambos habían cruzado críticas y habían estado distanciados durante años, se unieron en el rechazo a la propuesta de sumar a Schiaretti al conglomerado opositor.

La presión de Massa, el preferido de Cristina y el quiebre de Juntos por el Cambio

El expresidente, incluso, abandonó su equidistancia y se jugó, en este caso, a favor de Patricia Bullrich. Juez no dio nombres, pero sus expresiones lo pusieron del mismo lado, pese a que todo el arco de referentes nacionales avala su postulación. Como hace cuatro años -cuando rompió con la alianza y fue candidato con lista propia- insistió en que los “del puerto” no debían inmiscuirse en Córdoba.

Repitió que esta vez la coalición va “unida”, como se muestran con el radical de Evolución Rodrigo de Loredo. Tampoco para el diputado, candidato a intendente de la ciudad de Córdoba, es cómoda esta situación: el líder de su espacio, Martín Lousteau, avala que Schiaretti se sume a JxC.

Más allá de que en lo discursivo los dirigentes nacionales insistan en que en la provincia tienen una dupla “de lujo”, la crisis interna se siente. Algunos dirigentes piensan que si Juntos por el Cambio se fractura ese nombre podría terminar manteniéndose a nivel provincial en la elección del 25 de junio, aun cuando no exista en el país.

La incógnita, incluso para el mismo juecismo, es cuánto puede rendir en términos de votos que su líder aparezca como una suerte de “víctima” de jugadas realizadas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por el momento, él mismo centra su discurso en pedir que le den “una oportunidad” para gobernar la provincia.

Córdoba es un distrito electoral clave. Además de representar casi el 9% de los votantes del país, es la jurisdicción donde nació Juntos por el Cambio y donde nunca perdió en una votación nacional. Ganar la provincia implicaría, además, ponerle punto final a un ciclo de 24 del peronismo en el que se alternaron en los gobiernos Schiaretti y el fallecido José Manuel de la Sota.

Llaryora, elegido directamente como su posible sucesor por Schiaretti, optó por no meterse en la discusión. Siguió su campaña que hace eje en la “continuidad” y esta vez fue su compañera de fórmula, la radical Myrian Prunotto, la que habló del armado nacional. “La gente quiere que nos juntemos para solucionarle los problemas”, dijo, siguiendo el discurso antigrieta que usa la alianza ampliada de Córdoba.

Ninguna encuesta de las que circulan en el mundillo político cordobés dimensiona, todavía, el impacto que tiene a nivel local la pelea nacional que involucra al Gobernador. Varios consultores indicaron a LA NACION que “no será cero”, pero no se animaron a más; esperan tener resultados en las próximas horas. Hasta ahora, los números daban una ventaja para el oficialismo.

Mayor presencia y riesgos

En el círculo chico de Schiaretti aseguran que la decisión de jugar esta estrategia nacional fue “personal”. Evalúan que “ganó” presencia, más allá de que la Rodríguez Larreta dijo que la “iniciativa” de sumarlo fue suya.

Tras la crisis por el operativo fallido para sumar a Schiaretti, Juntos por el Cambio se quedó sin conexión entre los dos bandos

Aunque reconocen que existenr riesgos, confían en que la apuesta resultará “positiva” para retener la provincia. “Ganar una vez más Córdoba da peso, implica otra posición de negociación”, deslizan. Además, apuntan que el electorado provincial percibe que la alianza de Juntos por el Cambio está fracturada y eso terminará afectando a Juez.

Admiten que el panorama puede modificarse en cuestión de horas. El miércoles próximo, cuando se inscriban las alianzas, una parte de la discusión estará zanjada, pero quedará abierta -a diez días de la elección provincial- la chance de que el peronismo provincial pueda seguir negociando su potencial participación en un próximo gobierno nacional.

MySocialGoodNews.com
Logo
Enable registration in settings - general
Shopping cart