NUEVA YORK.- El banco estadounidense First Republic, uno de los bancos más impactados por la crisis bancaria de marzo pasado, registraba este miércoles una caída superior al 30% en la bolsa neoyorquina, tras el desplome de ayer del 49%, mientras continúan los rumores de venta de sus activos.
De esta forma, las acciones del banco en Wall Street cotizaban a un mínimo histórico de alrededor de US$ 5 la unidad esta mañana, lejos de los US$ 147 a los que cerró el pasado 2 de febrero, pasando así a tener un valor de mercado menor a los US$ 1500 millones, desde los más de US$ 22.000 millones que valía a principios de marzo.
Ante la grave situación, el banco busca persuadir a las grandes entidades estadounidenses a rescatarlo comprándole bonos a tasas por debajo del mercado y a pérdida, según informó el canal CNBC y difundió la agencia Bloomberg.
De esta forma, el banco aspira a una segunda inyección de liquidez luego de que el mes pasado, para evitar su colapso, once grandes bancos de Estados Unidos -entre ellos el JPMorgan, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo- desembolsaran US$ 30.000 millones en sus cuentas, en un plan acordado con las autoridades reguladoras.
De esta forma, busca desprenderse de entre US$ 50.000 millones y US$ 100.000 millones de sus activos, incluyendo hipotecas a largo plazo y otros valores, para poder reducir su desajuste en su hoja de balance entre activos y pasivos, y así evitar un colapso y posterior toma de control por parte de las autoridades estadounidenses, que según la postura del banco podría terminar siéndole más costosa a las demás entidades bancarias.
Los potenciales compradores podrían recibir garantías o acciones preferenciales como incentivo para comprar estos activos. “Estamos trabajando para reestructurar nuestro balance”, afirmó el director de finanzas del banco, Neal Holland, en un comunicado. Ese desajuste fue uno de los desencadenantes en marzo pasado de la corrida bancaria que lo llevó a la actual situación.
Los desajustes entre activos y pasivos en los bancos suelen ser comunes en un marco económico de subas de tasas de interés, lo cual obliga a los bancos a pagar a los depositantes una mayor tasa de los que lo que reciben en materia de préstamos concedidos antes de que subieran las tasas.
En el caso de First Republic, este problema es aún mayor dado a que una gran porción de sus activos son hipotecas unifamiliares iniciadas cuando las tasas estaban en mínimos históricos y que además tenían incentivos propios del banco que, en algunos casos, permitía a los acreedores pagar únicamente los intereses por una década.
En marzo pasado, tras el colapso de Silicon Valley Bank y Signature Bank, una gran cantidad de clientes comenzaron a retirar sus depósitos por el temor a un contagio, llevándolas a otros bancos de mayor envergadura, que son considerados demasiado grandes como que el Estado las deje quebrar.
El lunes pasado, el banco presentó su balance trimestral donde comunicó a sus inversores una caída del 41% en sus depósitos entre fines de 2022 y fines de marzo, una corrida peor de la anticipada.
La cifra deja a sus depósitos en un total de US$ 104.500 millones, menos de los US$ 137.000 millones que anticipaban diversos economistas de mercado consultados por la agencia Bloomberg. Esto motivó la fuerte caída en su cotización que comenzó ayer y que perduraba hoy.
El desplome del First Republic podría tener mayores implicancias, e incluso ahora existe la posibilidad de que la Reserva Federal (FED) postergue su suba de tasas prevista para la semana próxima. Hasta ahora el mercado esperaba una última suba de 25 puntos porcentuales en mayo anticipando una potencial pausa en las subas desde junio.
“No podemos descartar la posibilidad de que estos desarrollos alrededor del First Republic lleven a la FED a saltear la suba de mayo para hacerla en junio”, afirmaron Krishna Guha y Per Williams de la firma de asesoría Evercore en una nota a clientes.
Agencias AP y AFP