Por la falta de agua en el oeste de la región agrícola y por los excesos en el este, hubo poca actividad de siembra en esta semana en la región núcleo. En concreto, solo se implantaron 164.000 hectáreas de trigo de las 910.000 hectáreas proyectadas. Estos datos, brindados por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), posicionan a esta siembra como la más retrasada de las últimas cinco campañas.
Por otro lado, la entidad indicó que, después de la magra campaña 2022/23, hay poco espacio para tomar riesgos y los márgenes pesan mucho más en la intención de siembra porque en campo alquilado “los números no cierran”.
“Para esta fecha, el año pasado ya se había sembrado el 55% del área de intención de trigo. Hacia el este, el problema son los excesos de humedad. En el centro sur de Santa Fe se sembró el 50% del área. En Carlos Pellegrini, la persistencia de días nublados y la humedad impide orear los suelos y poder avanzar. En el extremo sudeste provincial se sembró el 25% del cereal. En el nordeste de Buenos Aires, aun no comenzaron las labores”, señaló la BCR.
Massa fue a comer un asado a una entidad del campo, escuchó reclamos y dejó $1000 millones
En tanto, en el oeste del área agrícola por la falta de agua y la consecuente caída de la intención de siembra “tampoco se ven sembradoras trabajando”. Para esta zona, las perspectivas no son buenas.
“Lamentablemente, la mala noticia es que esperábamos que en el oeste de la región pampeana pudiera haber un evento repentino de lluvia que modificara ligeramente la situación actual. Sin embargo, con la llegada del frente frío, esta posibilidad se complica y, desafortunadamente, parece que para el oeste se acabó la posibilidad”, indicó Cristian Russo, jefe de Estimaciones de la entidad a LA NACION.
“Además, el pasado fin de semana no llovió, lo cual disminuye las esperanzas de cambio en esta situación para el cultivo de trigo en esa zona”, agregó.
En este marco, el consultor Alfredo Elorriaga precisó a la entidad que en la segunda mitad de junio no se esperan nuevas lluvias significativas para el oeste.
La semana pasada, la BCR informó que las lluvias del 23 al 29 de mayo dividieron la región en dos: el este sembraría entre un 30 a 40% más, pero el oeste entre un 30 a 50% menos que el año pasado. Tras dicho evento climático, la entidad mejoró su perspectiva de siembra en la zona de 650.000 hectáreas a 910.000 hectáreas. Es un 30% menos que el año pasado y la peor implantación en siete años.
“Los modelos de pronóstico indican que en la segunda década de junio las lluvias seguirán reticentes y predominarán las irrupciones de aire polar. Habrá un abrupto cambio a condiciones invernales. El comportamiento atmosférico frío y seco y la distribución de lluvias típica del invierno sella el destino de la franja oeste mediterránea”, indicó Elorriaga.
“Con condiciones de neutralidad en el Pacífico y lluvias dentro de las normales estacionales, el gradiente negativo de humedad que se ha establecido entre el este y el oeste no tiene posibilidades de modificarse”, agregó el especialista.
Asimismo, las perspectivas son desalentadoras en el sudeste de Córdoba, en donde los técnicos citados por la BCR informaron que “la humedad está muy al límite para plantear una siembra racional de trigo”. Un ejemplo de esta situación se observa en Corral de Bustos, una de las localidades de esa región, donde la superficie destinada al cultivo de trigo disminuyó en un 50% en comparación con el año pasado.
Márgenes
Otro dato que preocupa, teniendo en cuenta la situación financiera en que se encuentran los productores tras la sequía, es la cuestión vinculada a los márgenes del cultivo de trigo para campo alquilado.
“Más allá de que están limitados en la siembra por la falta de agua y que este año predominarán los planteos con niveles de tecnología defensivos (bajos) o medios, con 30 quintales por hectárea (qq/ha) y hasta con 40 qq/ha, los números no cierran en campo alquilado. Para comenzar a ganar se requieren al menos 45 qq/ha. En campo propio la situación es otra: el rinde de indiferencia es de 29 qq/ha”, detalló.
La entidad luego evaluó: “Todos los cultivos presentan una caída de sus márgenes 2023/24 frente a los del 2022/23 para esta misma fecha. Bajo la condición de campo propio, el maíz de primera y la rotación trigo/soja fueron los que más retrocedieron de año a año (-248 US$/ha cada uno). En campo alquilado, el maíz tardío muestra la mayor variación negativa, con -288US$/ha, seguido de la rotación trigo/soja de segunda, con -266US$/ha”.