En el mundo de la derecha global, José Antonio Kast aún es un fenómeno indescifrable

SANTIAGO, Chile.- El holgado triunfo del domingo del Partido Republicano para sentarse cómodamente a la cabeza del Consejo Constitucional –con sus 23 escaños– ha dejado una serie de interpretaciones sobre las razones por las que la ciudadanía, la misma que hace dos años dijo “apruebo” por una nueva Constitución, votó desde el lado opuesto de la moneda.

Para muchos, el triunfo de los republicanos viene a ser esa confirmación de lo que ocurrió en el plebiscito de salida de septiembre; una forma de subrayar que Chile ahora rechaza una nueva Constitución, o que al menos prevalece en la idea de que en los términos en que la Convención Constitucional la entregó no tiene adherencia.

Otros, incluyendo los propios consejeros constitucionales del oficialismo, reconocen que el ambiente está polarizado y que así llegarán a enfrentarse al órgano. Y en esa polarización, el Partido Republicano, hábil por haber encauzado las urgencias del Chile de los últimos dos años, ha ganado un terreno indiscutible y, a la vez, paradójico: porque poco y nada han ocultado querer mantener la actual carta magna.

Y es que más allá del debate sobre las propias razones de los votantes, cabe preguntarse por el carácter de esta extrema derecha que se instala en el Consejo Constitucional y que podrá plasmar con holgura sus convicciones conservadoras en el texto a presentar en diciembre. ¿Cómo es esa derecha “republicana”? ¿Qué perfil ha construido su líder, José Antonio Kast, para la tienda que fue alzada por el voto democrático?

O de otra forma: ¿Qué tanto se parece o diferencia de otros líderes de derecha en el mundo como la ultraderecha española de Vox –que incluso ha apoyado a otros líderes del sector, como la francesa Marine Le Pen o al expresidente de Estados Unidos Donald Trump–, o más cerca, de Javier Milei, el candidato de ultraderecha en la Argentina, o el expresidente brasileño Jair Bolsonaro?

“Los países se empiezan a parecer. En cada país hay como un Donald Trump. Brasil tenía el suyo, con Bolsonaro; en Italia hay una mujer (la primera ministra Giorgia Meloni); en la Argentina… y ¿cuál era el de Chile? Ese Kast vendría siendo el de Chile, pero ¿por qué nos tocó el más fome (aburrido) de todos?”.

El extracto es del humorista nacional Fabrizio Copano durante su presentación en el Festival de Viña, hace apenas dos meses y un poco más. Copano continuó: “Te gusten o no los otros, igual eran chistosos. Bolsonaro andaba con metralleta, de repente lo apuñalaban, tenía sus aventuras; Trump, también raro. Naranja, guatón (barrigón). ¿Y Kast, qué tiene? Como 20 hijos, y cada uno con más cara de pavo que otro”.

Perfil conservador

Más allá de los calificativos que se permitió el comediante, lo que intentaba graficar tenía que ver con ese carácter que su líder ha impregnado en esta derecha extrema, algo distinta de lo que se ve en otras latitudes: un perfil mucho más conservador, poco dado a los “escándalos”.

Leónidas Montes, director del Centro de Estudios Públicos (CEP), plantea que efectivamente existen diferencias entre la derecha de Republicanos y otras que han emergido. “Es cierto que hay diferencias, en términos de la propuesta de José Antonio Kast que, evidentemente, tiene ambiciones políticas más de largo plazo, y eso juega en esta cancha de una manera distinta. Es una derecha principalmente institucional y democrática, creo que eso hay que destacarlo. No es una derecha libertaria como lo que estamos viendo en la Argentina. Es una derecha más conservadora, y que tiene un camino propio en cierto sentido”, dijo Montes a EmolTV.

“Que es un fenómeno mundial, de eso no cabe duda, pero lo que ha pasado en Chile yo creo que es más bien sorprendente, porque de alguna forma saltamos del estallido social al estallido republicano. Creo que eso refleja un poco lo que hemos vivido en los últimos tres años”, cerró.

En una reciente entrevista con La Segunda, el periodista John Lee Anderson también entregó algunos lineamientos sobre el carácter ideológico de Kast, “erigido como el nuevo líder de la derecha”, y que “tiene la batuta en esta nueva Asamblea Constitucional”.

Fue un gesto el que le sorprendió particularmente: el hecho de que reconociera la derrota en la pasada elección presidencial, frente al presidente Gabriel Boric. “Un gesto muy interesante. No va con la ultraderecha de estos momentos ni mucho menos como Trump y Bolsonaro. Kast tampoco es Pinochet. Hay señales de que Chile busca siempre el consenso a pesar de la polarización que existe”.

Según Lisa Zanotti, experta en populismo, Kast pertenecería a “la derecha populista radical”, una familia de partidos o líderes que se centra en tres ideologías principales: “nativismo –que habitualmente se expresa a través de preferencias por limitaciones a la inmigración–; autoritarismo –en el sentido de preferencia para orden, y valores morales tradicionales–, y populismo –pueblo puro vs. elite moralmente corrupta–”.

Al momento de hacer contrastes con otros líderes de derecha, Zanotti apunta a que, a su juicio, “lo más parecido a Kast sería Vox”, aunque todo el resto –Bolsonaro y Trump, menos Milei– también pertenece a la familia ideológica de esa derecha populista radical.

Por el contraste, sostiene que “la gran diferencia de Kast, si lo comparamos con Trump y Bolsonaro, es que el líder republicano tiene una imagen más cercana a la de un político tradicional. Siempre lleva corbata, está bien vestido, tiene buenas maneras, no grita, no hace cosas que estemos acostumbrados a ver en los otros dos líderes, y eso también tiene que ver con su estrato social. En ese sentido podría ser más institucional, aunque tengo dudas de que esa sea la palabra más adecuada”.

El analista político Guillermo Holzmann dice que la derecha de Kast sería más bien “conservadora, donde mezcla, desde lo ideológico, una cierta idea nacionalista solo en el sentido de su preocupación por la patria; pero también liberal, gusta de la democracia pero con una visión conservadora que de todos modos se aleja de lo tradicional –vinculada a la tierra o a lo propiedad–, sino que de tipo valórico”.

“Por lo tanto, Kast se diferencia de Milei porque este último es libertario y plantea una opción mucho más radical en ese sentido. Yo diría que coincide con Bolsonaro y Trump en ese toque nacionalista. Y en cuanto a Meloni, es diferente, porque ella es heredera del fascismo italiano. Hoy todas las derechas son neoalgo, pero Kast es de difícil encuadre en ese sentido”, comentó.

Daniela Toro

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