Elecciones en Tucumán: el PJ confía en conservar su hegemonía y Juntos por el Cambio espera un resultado reñido

SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.- Acostumbrado a triunfos holgados a fuerza de una aceitada maquinaria electoral, el peronismo tucumano confía en conservar su hegemonía sin Juan Manzur en la boleta principal por primera vez en 16 años. Inhabilitado a competir como candidato a vicegobernador de Osvaldo Jaldo por un fallo de la Corte Suprema, el mandatario apuesta a retener el control de la provincia que el PJ gobierna desde 1999. Jaldo es el favorito, pero a diferencia de años anteriores el triunfo podría ser más reñido.

La inflación en tres dígitos y el desgaste de la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, a la que Manzur quedó irremediablemente asociado después de su paso sin gloria como jefe de Gabinete, suma incertidumbre al desenlace electoral e ilusiona a los opositores Roberto Sánchez-Germán Alfaro, de Juntos por el Cambio, quienes aseguran que habrá un final “cabeza a cabeza”.

Jaldo, un contador público que fue cuatro veces intendente del municipio de Trancas, se mostró confiado en la previa y garantizó un triunfo, aunque no precisó diferencias, como sí lo hizo Manzur, que habló de “dos dígitos”. Jaldo designó como su compañero de fórmula a Miguel Acevedo, actual ministro del Interior, un cargo súper poderoso en la estructura de gobierno tucumano porque es quien maneja los fondos de los 19 municipios y de las 93 comunas rurales, las dos llaves con las que el peronismo local neutralizó a la oposición en las últimas cuatro elecciones domésticas.

El sistema de acoples, motivo de quejas de todos los candidatos, marca una pelea desigual para la oposición. La lista de Jaldo-Acevedo fue empujada por 61 acoples mientras que la de Sánchez- Alfaro por 16. Las otras cinco fórmulas a gobernador no tuvieron colectoras y sus posibilidades son escasas. Entre ellas está la de Ricardo Bussi, el aliado local de Javier Milei y al que en Juntos por el Cambio acusan de ser funcional al oficialismo. Con un discurso muy focalizado en la mano dura como receta contra la inseguridad y en habilitar la libre portación de armas, Bussi se postula por séptima vez consecutiva a la gobernación. Solo una vez estuvo cerca de ganar. Fue hace 24 años, cuando intentó suceder a su padre, pero cayó ante el peronista Julio Miranda después de un recuento de votos que duró casi un mes y fue judicializado. Bussi es el hijo del militar que gobernó la provincia en 1976 y en democracia (1995-1999), y al que la Justicia consideró como uno de los criminales más feroces de la dictadura. Bussi podría quedar hoy tercero.

Es todavía incierto el impacto que podría tener la impugnación a Manzur y la postergación de las elecciones, que inicialmente eran el 14 de mayo. Hugo Haime, el consulto favorito del peronismo tucumano desde la época de Julio Miranda, pronosticó un triunfo, pero descartó que fuera aplastante como en otras épocas. “El oficialismo tiene una diferencia a favor de diez puntos que podría ampliarse por los acoples”, dijo Haime a LA NACION. La diferencia sería menor, de acuerdo a las boca de urna que maneja la oposición.

En esta provincia se naturalizó el traslado de votantes de manera organizada, una práctica habitual, instrumentada y reconocida por las fuerzas políticas de más recursos. Hubo incluso denuncias por parte de Juntos por el Cambio y de la izquierda. Además, la elección quedó marcado por el pago de sueldos y de un “bono electoral” de $20.000 para empleados públicos en plena veda que generó aglomeraciones en los bancos el jueves y viernes pasado.

Además de elegir gobernador y vicegobernador, los tucumanos votaron por 19 intendentes, 49 legisladores, 184 concejales y 93 delegados comunales. Están habilitados 1.267.045 votantes, lo que representa un 3,69 por ciento del padrón nacional.

MySocialGoodNews.com
Logo
Enable registration in settings - general
Shopping cart