ROSARIO.- Las elecciones en Santa Fe tomaron un camino particular. Los dos principales candidatos, Marcelo Lewandowski, del peronismo, y Maximiliano Pullaro, de Unidos para Cambiar Santa Fe, decidieron “alambrar” la provincia como estrategia electoral para evitar que la discusión nacional tome protagonismo en la campaña de cara a las elecciones del próximo domingo. Ante ese escenario, las visitas de Sergio Massa, ministro de Economía y candidato presidencial, del peronismo, y de Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, fueron esporádicas y de escaso impacto.
Tras las PASO, Pullaro se afianzó como un candidato que tiene fuertes chances de convertirse en gobernador de Santa Fe. En el plano nacional, respaldó la postulación de Horacio Rodríguez Larreta. Bullrich apoyó a Carolina Losada, que perdió en las PASO. El exministro de Seguridad obtuvo 506.277 votos, según el escrutinio definitivo, y si retiene gran parte de los sufragios de Losada y la socialista Mónica Fein, puede superar el 50 por ciento.
Pullaro fue el gran ganador de las PASO y quedó fortalecido como casi ningún otro dirigente del radicalismo a nivel nacional. Tiene una buena relación con Bullrich, pero en este contexto, desde su entorno saben que las visitas de la exministra de Seguridad la fortalecerían más a ella que a él. El 29 de agosto pasado, Pullaro y Bullrich, junto con el intendente Pablo Javkin, participaron del anuncio de un plan de seguridad para Rosario en un lugar emblemático de la zona sur de la ciudad: el barrio Municipal, que estuvo copado por las bandas criminales hasta que desembarcó en un sector Gendarmería y se desarrolló allí un plan integral que se llamó Abre, diseñado por el exgobernador Miguel Lifschitz.
En la mayoría de los barrios más complicados de Rosario, como aquel en el que estuvo Bullrich a fines de agosto, se impuso Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza, en las PASO nacionales. Ese nuevo escenario político que trascendió tras la elección nacional no pasa desapercibido. En los distritos más populosos y que tienen mayores problemas con la violencia narco, como Empalme Graneros, Ludueña Nuevo Alberdi, Triángulo, La Tablada y Las Flores, arrasó el libertario.
No fue una sorpresa que Pullaro haya manifestado que en un eventual ballotage entre Massa y Milei votaría “absolutamente” por el candidato de La Libertad Avanza. Milei se impuso en los 19 departamentos de Santa Fe. En Rosario, Bullrich solo obtuvo un buen caudal de votos en las seis seccionales del centro de la ciudad. El resto se tiñó de violeta.
Si Pullaro se impone por una amplia diferencia, como pronostican las principales encuestas, se transformará por decantación en un referente a nivel nacional dentro del radicalismo. El exministro de Seguridad construyó una relación de cercanía con Martín Lousteau.
La crisis del peronismo
En el peronismo la situación es diferente. Tras la fuerte derrota en las PASO provinciales, Lewandowski esperaba mayor respaldo de la Nación. El senador nacional quedó en solitario en la campaña, con los escasos fondos –según advirtieron desde su entorno- que aporta el gobierno provincial.
“La agenda de Massa donde convive el manejo de la economía y la candidatura presidencial no permitió dedicarle tiempo a la elección provincial”, señalaron fuentes del peronismo santafesino, que aclararon que si las perspectivas electorales fueran otras, seguramente Massa se hacía un tiempo. Agregaron, no obstante, que desde Santa Fe no insistieron para hacer campaña con Massa: sospechan que a Lewandowski tampoco le convenía.
La principal fricción en el peronismo se centra en la difícil relación que el candidato del PJ tuvo con el gobernador Omar Perotti, que se postula para la Cámara de Diputados provincial. El mandatario tuvo un bajo perfil en la campaña electoral en las PASO y ahora corre riesgo de que le gane la socialista Clara García. Sería una catástrofe y una situación inédita para el peronismo, que un gobernador en funciones pierda las elecciones en esa categoría.
En el PJ comenzaron a pensar en el día después del escrutinio. El partido no tiene hoy un liderazgo fuerte y Lewandowski pretende ser el que encarne ese rol. La crisis es tan profunda en el PJ que ni siquiera importa si el senador pierde. “El lunes hay que empezar a reconstruir un partido que perdió autoestima”, blanqueó un histórico dirigente.
En el peronismo consideran que se perdió una oportunidad con Perotti. Cuatro años después de llegar al gobierno, la centralidad del gobernador se evaporó y también sus aspiraciones políticas, que quedaron reducidas a una candidatura personal a legislador provincial, sin juego en las grandes definiciones a nivel nacional y con una menguada incidencia en el peronismo de su provincia, donde no pudo ni siquiera imponer al candidato a sucederlo y tuvo que aceptar a regañadientes la candidatura de Lewandowski, luego de sacrificar de mala manera a su mano derecha de toda la vida, el diputado Roberto Mirabella.